¿Qué brocha tienes que usar con tu colorete? Sea el tipo que sea

En el mundo del maquillaje, la elección de la brocha adecuada para cada producto puede marcar la diferencia en los resultados finales. Esto es especialmente cierto cuando se trata de la aplicación del rubor, un paso clave para lograr un rostro con un aspecto fresco y saludable. Si bien muchas personas utilizan una brocha común para aplicar productos como base, bronceador o iluminadores en crema, el rubor requiere una atención especial.

Dependiendo de la fórmula que uses, ya sea en polvo, crema o líquido, el tamaño y la forma de la brocha pueden influir significativamente en el acabado y la duración del producto en tu piel.

Una de las opciones más populares es la brocha para rubor en ángulo

Este tipo de brocha es ideal para trabajar tanto con fórmulas en crema como en polvo y líquidas, ya que se adapta bien a diferentes texturas. La forma angular de la brocha permite aplicar el rubor de manera precisa, siguiendo la línea natural de los pómulos. La clave al usar esta brocha es colocarla a lo largo del pómulo y moverla hacia arriba, difuminando el color en la piel con movimientos suaves. Esta brocha es perfecta si buscas un acabado elevado, creando un efecto de contorno sutil mientras aplicas el rubor. Además, al ser tan versátil, es adecuada para diversas técnicas de aplicación, como el "draping", que consiste en aplicar rubor en áreas estratégicas como la frente, las mejillas y la línea de la mandíbula.

La brocha con forma de cúpula es una excelente opción para una aplicación uniforme

Si prefieres usar un rubor en polvo, esta brocha distribuye el color de manera más ligera y evita la acumulación excesiva de producto, lo que puede resultar en un acabado más natural.

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Al aplicar el rubor en polvo con una brocha de cúpula, puedes usarla en movimientos circulares o hacia arriba, dependiendo del tipo de look que desees. Este tipo de brocha es ideal para aquellos que buscan un rubor suave y difuso, sin un contorno marcado, y es especialmente útil si prefieres un acabado fresco y natural, explica la experta en maquillaje Natalia Belda en su libro 'Maquíllate'.

Las brochas cónicas permiten depositar más producto en áreas específicas

Aunque puede que cueste un poco acostumbrarse a su uso, ya que tienen cerdas más cortas y densas, los resultados son muy favorables para quienes buscan un color más intenso y definido. Con este tipo de brocha, es posible aplicar el rubor con más precisión y control, especialmente en las mejillas, creando un look más estructurado y duradero.

La elección correcta puede transformar tu técnica de aplicación del blush

Si deseas un acabado más natural, puedes difuminar el producto o añadir un poco de base para suavizar el color. Esta técnica también es perfecta para aquellos que prefieren aplicar varias capas de rubor, ya que la brocha permite fijar el color de manera eficaz.

La brocha contorneadora es una opción versátil

Finalmente, además de servir para aplicar rubor, también puede ser utilizada para contornear el rostro o aplicar iluminador. Estas brochas tienen una forma más plana o ligeramente angular, lo que facilita la aplicación precisa del producto en las zonas que se desean resaltar o contornear.

Son una excelente opción si buscas una herramienta multifuncional, que te permita aplicar diferentes productos sin necesidad de usar múltiples brochas. Para evitar que los colores se mezclen, es recomendable limpiar la brocha entre aplicaciones, lo que ayuda a mantener los tonos limpios y definidos.

En resumen, no todas las brochas son iguales, y la elección correcta puede transformar tu técnica de aplicación del blush. Lo importante es elegir la brocha que se adapte a la fórmula de rubor que estás utilizando y al estilo que quieres lograr. Experimenta con diferentes formas y técnicas hasta encontrar la combinación perfecta para ti.