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Tattoo blush o colorete permanente, lo último para tener las mejillas siempre encendidas es tatuárselas
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Tattoo blush o colorete permanente, lo último para tener las mejillas siempre encendidas es tatuárselas

La fiebre por las mejillas ultrapigmentadas ha llegado al siguiente nivel y ahora comienza a sonar con fuerza el tattoo blush, la coloración permanente en los pómulos

Foto: El tattoo blush consiste en la micropigmentación difusa de las mejillas. (Launchmetrics Spotlight)
El tattoo blush consiste en la micropigmentación difusa de las mejillas. (Launchmetrics Spotlight)

Desde hace algunos años, los coloretes le han robado el protagonismo a los polvos sol, bronceadores y sucedáneos que busquen aportar un toque de color de verano al rostro.

Mientras la finalidad de unos es la de calidecer la piel, las propiedades de los coloretes son mucho más amplias, pudiendo elevar los pómulos, construir un maquillaje efecto cara lavada o rejuvenecer el rostro.

El movimiento de los coloretes rosas, ultrapigmentados, muy altos y extendiéndose por una zona más amplia, está amadrinando por iconos como Sabrina Carpenter, ha dado el salto a la red carpet, como vimos en las MET Gala con la omnipresencia de los ‘fairytale blush’, e incluso tiene su propio síndrome, el blush blindness.

El boom del colorete es un hecho y en su camino hacia la supremacía estética, el siguiente paso ha sido convertir el colorete en un maquillaje semipermanente, tatuado durante varios años, sobre la piel.

Hace algo más de un año, comenzaron a aparecer en redes sociales tratamientos de tattoo blush, con la finalidad de entintar el tercio medio del rostro, nariz incluida, de forma más duradera.

Tras el microblading, que tatúa pelo a pelo las cejas, el lip blushing, que colorea la sensible piel de los labios o el tatuado de delineado de los ojos, era cuestión de tiempo que maquillaje semipermanente llegara a las mejillas. La duración de este colorete tatuado ronda los 2-3 años, algo que puede ser entendido como un considerable ahorro de tiempo y dinero en rubores.

placeholder Colorete muy subido en el desfile de Paul Costelloe. (Launchmetrics Spotlight)
Colorete muy subido en el desfile de Paul Costelloe. (Launchmetrics Spotlight)

Siguiendo técnicas de micropimentación, tras diseñar la zona en la que se querrá lucir el rubor y elegir el tono de blush idóneo para cada persona, se realiza un tatuaje más superficial y con una presión más suave, similar al efecto de microfeathering que realiza un sombreado en las cejas.

El dramático primer resultado son unas mejillas irritadas y muy enrojecidas que, con el paso de los días, van tornando en una ruboración muy natural y homogénea. La advertencia está en que no se trata de una práctica recomendada para todas las pieles y que puede tener peligrosos efectos secundarios.

Por ejemplo, el color de la tinta del blush tattoo puede cambiar simplemente por el paso del tiempo. Lo vemos en algunos delineados permanentes que pasan del negro original a un azul verdoso. Pero también puede darse una hiperpigmentación como consecuencia del tatuaje o una reacción alérgica, además de no estar indicado en pieles sensibles, con rosácea o con otras complicaciones. En TikTok son varios los vídeos que alertan de heridas y cicatrices.

Foto: Britney Spears. (Getty)

Otro importante condicionante es la zona en la que se aplica porque, además de que resulta más interesante para pieles claras en las que la pigmentación rosa se verá de una forma más marcada, hay que recordar la sensible área del contorno de los ojos. En el diseño del tatuaje, no se pueden subir mucho sus límites o la irritación de una piel tan sensible, resultaría un verdadero riesgo.

placeholder Rubor rosa en el desfile Eudon Choi. (Launchmetrics Spotlight)
Rubor rosa en el desfile Eudon Choi. (Launchmetrics Spotlight)

Aunque este tipo de maquillajes semipermanentes en las mejillas comenzó su andadura como tendencia de belleza algo más de un año, la polémica ha vuelto a las redes a raíz de una publicación de Grace Clarke, la que fuera editora de belleza de Elle.com durante años. Acostumbrada a probar todo tipo de productos de maquillaje, Clarke se decantó no por uno, sino por dos tattoo blush en los que combinaba colores para conseguir la tonalidad e intensidad deseadas.

Clarke realizaba el tatuaje de sus mejillas en el Velvet Cosmetic Tattoo de Nueva York, un centro especializado en la micropigmentación con fines estéticos y en donde su tratamiento, que recibe el nombre de Chin Tint Tattoo y cuenta con especificaciones como incluir lunares o pecas y cuyos precios van de los 150 a los 300 dólares.

Tras investigar sobre los maquillajes semipermanentes del siglo XX, Savannah Messenger, la fundadora del centro, desarrolló una técnica que le permitiera acercar el acabado a la estética actual, “cuando creo estos tatuajes, imagino el blush Cloud Paint de Glossier. Así es como me gusta que se cicatricen mis tatuajes de mejillas, no con un efecto rubor, sino con un tono suave y saludable. El color se verá brillante al principio, pero los resultados curados siempre serán suaves y naturales”, explica en redes sociales.

Eran miles los tiktokers que comenzaban a cuestionar la decisión de Grace Clarke, que veía cómo su vídeo con ‘el antes y el después’ de sus mejillas acumulaba millones de visualizaciones y la periodista contestaba a todas ellas en una segunda publicación, alegando “no me gusta la sensación de llevar maquillaje”, por lo que un colorete permanente se le antojaba la mejor idea. Y recordaba, solo durará dos o tres años.

Desde hace algunos años, los coloretes le han robado el protagonismo a los polvos sol, bronceadores y sucedáneos que busquen aportar un toque de color de verano al rostro.

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