Un dermatólogo y un tatuador nos dicen qué zonas son mejores para hacerse un tatuaje
Una de las preguntas más habituales antes de hacerse un tatuaje: ¿cuál es la mejor zona? Para sacarte de dudas, hemos hablado con un dermatólogo y un tatuador. Y coinciden
Tener un tatuaje se ha convertido en algo tan habitual que ahora, más que preguntar si llevas uno, la cuestión es: ¿cuántos llevas? En un estudio de Kaosystem, (http://www.kaosystem.com) de las 3.000 personas encuestadas, tan solo un 3% no llevaba ningún tatuaje, mientras que el porcentaje de personas que lucían más de 4 o más de 6 había crecido exponencialmente en los últimos años.
Sin embargo, a pesar de la creciente afición por los tatuajes, animarse a hacerse uno viene precedido de una serie de decisiones. Puedes tener muy claro el concepto que quieres llevar en tu piel, pero decidir la zona de tu cuerpo en la que hacerlo depende no solo de dónde se verá mejor. La sensibilidad de la zona o sus cuidados también son factores muy interesantes a tener en cuenta.
¿Dónde duele más?
Tanto médicos como tatuadores coinciden en que el umbral del dolor de cada persona determina el malestar durante el tatuado. Las horas que se hayan dormido ese día o si no se ha comido lo suficiente también pueden influir, explica el tatuador Creative Close, quien también habla del sexo como un interesante factor. “Las mujeres tienen más tolerancia al dolor que los hombres”, nos confiesan.
Bajo el criterio médico, la doctora Fragoso, de los cosméticos Beoxy, señala las zonas de articulaciones o prominencias óseas como aquellas en las que puede resultar más molesto el tatuado: “La piel es más delgada y las terminaciones nerviosas tienen una importante presencia. Ejemplo de estas zonas son: tobillos, codos, zona costal, dedos de manos y pies”.
Por otro lado, la tatuadora Leticia Hidalgo destaca como zonas más dolorosas costillar, bíceps interno y pie. La zona interna de las muñecas es también especialmente sensible según los tatuadores. “La piel fina y los puntos con terminaciones nerviosas o mucho flujo sanguíneo también pueden ser zonas de mayor dolor”, asegura el tatuador Creative Close, que también señalan la sensibilidad de las partes blandas del cuerpo donde tiende a acumularse la grasa. En el otro extremo, los tatuajes en las extremidades suelen doler menos que en el tronco o zonas centrales, aunque puede haber zonas en las extremidades que duelan más que otras como el pliegue o el interior del brazo, la parte trasera de la pierna y/o interior, indican los tatuadores.
La doctora Fragoso sí previene de zonas no tanto dolorosas como sí menos recomendadas desde el criterio médico: “Se recomienda evitar la zona de la columna vertebral, pues si hubiera la necesidad de una anestesia epidural, sí existe evidencia de que las tintas puedan migrar al sistema nervioso central”.
No todas las zonas del cuerpo curan igual
Aunque no existen unas zonas mejores que otras para hacer un tatuaje, los expertos sí tienen criterios más allá del dolor. Por ejemplo, si el tatuaje se hace en una zona demasiado expuesta al sol, la tinta se deteriorará antes que en las zonas que suelen cubrirse con la ropa. Creative Close detalla el proceso así: “El sol actuará como el láser de eliminación, irá desencapsulando el pigmento e irá haciendo que los colores pierdan su intensidad. Por otro lado, la melanina, situada encima de todo, también afectará. Es por ello que tatuajes negros, en gente que se expone mucho al sol y especialmente en tatuajes realizados hace años, donde el negro no era negro, sino un azul muy oscuro, acaban por tomar un matiz verdoso, resultado del amarillento de la piel superior afectado por la melanina y el azul oscuro del tatuaje realizado con negro”.
Además, la piel del cuerpo cambia y también se renueva. Las zonas del cuerpo que están más expuestas a los roces son más sensibles al deterioro, es el ejemplo de manos, codos, pies, cráneo. Cuando hablan de renovación de la piel, los tatuadores también se refieren a las capas más finas de la piel que se regeneran con mayor frecuencia y que hacen que el pigmento se vaya yendo poco a poco, "en este caso no será tanto la pérdida de intensidad como la desaparición".
Otro punto importante es la diferencia entre la piel de unas zonas del cuerpo y de otras, como destaca María Fernández, fundadora del salón Alchemist’s Valley: “Ciertas zonas sangran más o son muy grasas o muy duras. Esto dificulta que la piel acepte la tinta en la medida justa. En zonas complicadas puede que la piel expulse mucha tinta al tatuar o no la acepte bien”. En este último caso, como la tatuadora nos dice, una zona poco adecuada puede hacer que el color del tatuaje cure más claro de lo que debería. El resultado final del tatuaje también dependerá de la zona elegida. Por otro lado, en zonas muy sensibles puede ocurrir lo contrario, que la tinta se expanda mucho haciendo que las líneas queden más anchas y oscuras de lo deseable.
Bajo el criterio médico, otro aspecto a valorar es precisamente la tinta. “Son más recomendables las tintas de color que las de tonalidades negras por la concentración de hidrocarburos tricíclicos aromáticos”, expone la doctora, que incide en el viaje que la tinta hace desde nuestra dermis, a través de los macrófagos, que tiene como destino final los ganglios linfáticos, “aunque no hay evidencia científica que demuestre daño a la salud por la acumulación de las tinturas”.
Y si el sol es un importante condicionante a la hora de conservar un tatuaje, el tono de piel también es algo en lo que prestar atención. Cuando se tatúa pieles más morenas, la elección de la tinta es fundamental, aclara Creative Close: “Hay que tener cuidado con los colores utilizados, porque perderán su intensidad casi nada más ponerlos”.
Aunque es solo tuya la responsabilidad de elegir la zona del cuerpo en la que tatuarte, recuerda las zonas más sensibles -zonas blandas, piel fina, articulaciones y zona interna de las extremidades-, así como aquellas más expuestas a los rayos del sol y, por tanto, posiblemente alterables. Y como norma de obligado cumplimiento, jamás te olvides del fotoprotector 50.
“Espera antes de ponerte al sol. Si te acabas de hacer un tatuaje, tienes que proteger el dibujo de los rayos solares durante las 2 o 3 primeras semanas. Puedes taparlo con un apósito o directamente con la ropa”, explican desde Dorsia, cuya crema vegana Tattoo Cream (11,95€ en Amazon) está especialmente formulada para hidratar y proteger los tatuajes, al contar con ingredientes botánicos para reparar la piel, ayudar en la cicatrización, calmar y actuar como antiséptico y evitar infecciones. Como explican, la hidratación a medida para los tatuajes es otro factor fundamental para cuidar el estado del tatuaje, “es importante hidratarlo a menudo, porque con la sequedad del aire y el sol la piel se escama y seca con más facilidad”.
Tanto durante el verano como el resto del año, los filtros físicos y los fotoprotectores con SPF 50 son la otra barrera necesaria para proteger la piel y el tatuaje, tanto si es reciente como si es antiguo. En el caso de los tatuajes recientes, otra de las indicaciones es limpiar la zona nada más llegar a casa.
Hacerse un tatuaje durante el verano también tiene sus propios condicionantes. “La humedad y el sudor pueden dificultar la curación”, explican desde Dorsia. La mayor exposición de la piel a diferentes agresiones también aumenta el riesgo de infección. “Si tu tatuaje es antiguo y ya está más que curado, no corres ningún riesgo por bañarte o llevarlo al sol, siempre que esté correctamente protegido”.
Tener un tatuaje se ha convertido en algo tan habitual que ahora, más que preguntar si llevas uno, la cuestión es: ¿cuántos llevas? En un estudio de Kaosystem, (http://www.kaosystem.com) de las 3.000 personas encuestadas, tan solo un 3% no llevaba ningún tatuaje, mientras que el porcentaje de personas que lucían más de 4 o más de 6 había crecido exponencialmente en los últimos años.