La zona perfecta para hacerse un tatuaje y que todo el mundo lo vea
El moderneo y la tinta siempre han ido de la mano, pero la nueva (e instagrameable) moda es tatuarse en una zona muy concreta del cuerpo
La temática es cosa tuya, tanto como el trazo o el color, sin embargo la zona geográfica -anatómicamente hablando- ya está dictada. Si estableciéramos una línea temporal en las generaciones con tinta en su piel, prácticamente los últimos millennials serían los precursores del tatuaje guay, entendiéndolo como algo mucho más allá de un rito simbólico y rozando lo meramente estético.
En medio de tanta moda, hay que ser sinceros, hay tatuajes de lo más apetecibles y artísticos, y tatuarse en el antebrazo, ya sea delantero o posterior, está tan de moda que dentro de unos años será imposible encontrar un codo libre de tinta.
No se trata de una zona nueva ni que nos pille por sorpresa, ni siquiera es original; sin embargo los diseños minimalistas, los tatuajes a todo color o los diseños florales se han convertido en la guinda perfecta para coronar esta zona.
Hace unos años fueron las costillas, ahora le toca a otra zona de piel blanca como es la cara interna del brazo, en las proximidades del codo, para ser más concretos.
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Aunque se trate de una zona habituada al contacto con las agujas, encontrarnos con un tatuaje en la zona en la que la enfermera aprieta para ver nuestras venas antes de hacernos un análisis, no es lo más común… Hasta ahora.
Al tratarse de una zona que habitualmente no está expuesta a los rayos del sol, la piel del antebrazo no solo es más clara, sino también más sensible, siendo un poco más doloroso tatuarse ahí.
A su favor, los diseños se ven mucho mejor gracias al contraste entre la tinta y el color de la piel. El espacio para tatuar también es más amplio y parece que entre los más instagramers del lugar, es la mejor zona para dejar un frase con simbolismo.
Otra opción, sin abandonar la parte interna del brazo, es el tatuaje por encima de la fosa del codo o sangría -lo acabamos de consultar, nuestros conocimientos anatómicos no llegan a esos niveles de precisión-. Frases, smileys o ramilletes son opciones muy correctas para decorar esta olvidada zona.
Pero ahí no queda la cosa. Más popular y ancestral, tatuarse encima del codo es sin duda la zona por excelencia para tatuarse algo muy profundo que no ver a diario pero que demuestra quiénes somos.
Este tatuaje siempre quedará expuesto y a la vista de todo el mundo. Aunque, a diferencia de las zonas internas de los brazos, la piel es más oscura y la tinta no destaca igual, es el lugar idóneo para diseños que se adapten a la forma del codo.
En el top de los tattoos más recurrentes, cifras con números romanos, ramas cruzadas, frases en cursiva y a poder ser en otro idioma son las decoración habitual de la zona superior del codo. Toda una declaración de intenciones, vaya. Para no cometer los errores de Ariana Grande, antes de tatuarse en una zona tan expuesta al ojo público, es preferible chequear un par de veces que el mensaje no tiene ningún error.
A partir de ahora solo habrá que mirar a los codos para saber cómo es esa persona o, al menos, la imagen de sí misma que pretende proyectar... Y ¡que corra la tinta!
La temática es cosa tuya, tanto como el trazo o el color, sin embargo la zona geográfica -anatómicamente hablando- ya está dictada. Si estableciéramos una línea temporal en las generaciones con tinta en su piel, prácticamente los últimos millennials serían los precursores del tatuaje guay, entendiéndolo como algo mucho más allá de un rito simbólico y rozando lo meramente estético.