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La adicción al colorete existe, se llama blush blindness y puede quedar genial o ser un cuadro
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La adicción al colorete existe, se llama blush blindness y puede quedar genial o ser un cuadro

El rubor se ha convertido en el cosmético estrella de cualquier maquillaje y, bajo el nombre de blush blindness se identifica a aquellas personas con una clara adicción al colorete… Hay celebrities entre ellas

Foto: La ceguera por colroete o blush blindness apoya todo el maquiillaje en el uso del rubor de mejillas. (Launchmetrics Spotlight)
La ceguera por colroete o blush blindness apoya todo el maquiillaje en el uso del rubor de mejillas. (Launchmetrics Spotlight)

En el camino hacia un maquillaje cada vez más natural y con el que la piel no quede enmascarada bajo capas y capas de base o corrector, el rubor de mejillas se ha convertido en ese cosmético ineludible en cualquier look.

Puedes prescindir de iluminador o máscara de pestañas, pero jamás de colorete. No es una afirmación banal, es un hecho. Mira por ejemplo a Hailey Bieber, defiende pasar de los ojos maquillados, pero su piel siempre está iluminada y sus pómulos profusamente coloreados.

Convertida en icono de maquillaje, la empresaria que puso de moda el brillo glaseado en los labios, las uñas y la piel es también un icono del uso indiscriminado del colorete, extendiéndolo más allá de su zona de influencia habitual y aplicando capas y capas hasta intensificarlo de forma considerable.

Hailey Bieber es una de las enfermas de blush blindness o ceguera de colorete, pero no es la única celeb que padece esta “enfermedad” que, bien entendida, favorece, pero que puede convertir un maquillaje natural en un disfraz de payaso.

placeholder Sabrina Carpenter es candidata a tener blush blindness. (Getty/Frazer Harrison)
Sabrina Carpenter es candidata a tener blush blindness. (Getty/Frazer Harrison)

Se llama blush blindess porque, como si de la primera etapa de una adicción se tratara, señala casos en los que se aplica tanto colorete para maquillarse, que sufres una especie de dismorfia de rubor. Es decir, nunca es suficiente y cuando llevas varias capas de texturas y colores sobre tus pómulos, sufres una ceguera que te hace no ver que ya hay suficiente.

Esas pieles en las que se aprecia la textura, que tienen un tono uniforme pero no mucho maquillaje, que rezuman hidratación y luz… Ese ‘clean look’ que ha seducido a la generación Z es la perfecta base para un colorete potente. Sobre ellas es donde apreciamos las mejillas sonrosadas, prácticamente en todo el tercio medio.

Además de ocupar una zona muy generosa del rostro, el color y la intensidad del rubor también hace inclinarse la balanza de un maquillaje con colorete vivo a una ceguera del colorete.

Foto: Haz match con tu blush. (Cortesía de Charlotte Tilbury)

Las texturas cremosas, líquidas y los tintes son los mejores aliados para este tipo de maquillajes que, bien construidos, son realmente favorecedores. Un ejemplo es Sabrina Carpenter. Además de contar con unos pletóricos pómulos solo asequibles a los 24 años de forma natural, la cantante siempre usa mucho, mucho colorete.

En su caso, combina los rubores líquidos con los coloretes en polvo, ya que la textura de su piel siempre es semimate. El color elegido siempre se mueve por los tonos empolvados, en un claro guiño a la estética noventera.

La plenitud del colorete en el maquillaje comenzó un poco en aquel desfile invernal de Chanel, en el que recreando una estación de esquí, las modelos lucían mejillas de esquiador. La técnica se depuró con el ‘W Blush’, que consistía en dibujar una ‘w’ con rubor rojo o rosa sobre los pómulos y el tabique de la nariz.

Pero los usos de los coloretes continuaron y ahora podemos ver a quienes lo utilizan en las ojeras para anularlas o jugar con la proyección de los pómulos. Y no olvidemos modas de maquillaje como el boyfriend blush, inspirado en los coloretes juveniles que se dibujan de forma natural en algunos hombres y que, inspirados por unos jóvenes príncipes William y Harry tienen su propio trend de TikTok.

Foto: Súbete los colores inspirándote en el propio sol. (Launchmetrics Spotlight)

En este intenso uso de los coloretes, mantener la cordura y no sobreaplicarlo es una línea muy fina que muchas personas han sobrepasado en redes sociales. Así, el blush blindness es una realidad que vemos en tutoriales de maquillaje, pero también en alfombras rojas.

El New York Times se hacía eco de esta enfermedad beauty a través de una publicación de la tiktoker Jennie Suk que decía haberse dado cuenta de su dismorfia de maquillaje cuando al ir a ver a su hermana esta le preguntó si venía de haberse hecho un tratamiento facial por la intensidad de colorete rosa sobre sus mejillas.

Así, bajo el hashtag #blushblindness son varios los tiktokers que aseguran padecer este problema y cómo maquillarse con mucho colorete, pero sin caer en el exceso. Entre ellos también se cuelan aquellos que no solo aplican varias capas de un rubor, sino que combinan diferentes colores y texturas, construyendo una pigmentación y opacidad un tanto cuestionables.

Teniendo en cuenta que, entre los 15 productos más vendidos de Sephora se encuentran tres rubores de mejillas considerablemente populares en redes sociales y que los lanzamientos de las primeras marcas de maquillaje van en esa dirección, parece que la pandemia del blush blindness ya está aquí y se va a extender a una velocidad vertiginosa.

Shopping para un buen blush, pero sin ceguera

Soft Pinch de Rare Beauty es uno de los más utilizados en las redes sociales y, como consecuencia, de los más buscados en tiendas. Está en el top 3 de los productos de maquillaje más vendidos de Sephora, pero su altísima pigmentación lo convierte en un arma solo al alcance de personas que no padecen de ceguera de colorete. Un toque minúsculo te cunde para ambas mejillas.

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Soft Pinch de Rare Beauty
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Detrás de las mejillas ultrapigmentadas de la Gala MET estaba el Pillow Talk Matte Beauty Blush Wand de Charlotte Tilbury, un colorete cremoso de acabado mate, disponible en varios tonos que, en una pasada consigue un tono muy potente, modulable, eso sí.

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Pillow Talk Matte Beauty Blush Wand de Charlotte TIlbury
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Quizá el primer tinte de meijllas y labios fue el Benetint de Benefit y su efecto ruborizado sobre la piel es muy natural, aunque su fórmula precisa de una aplicación muy rápida porque se adhiere enseguida a la piel. Con una pasada tienes unas mejillas muy naturales, si reaplicas, te acercarás al efecto Heidi.

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Benetint de Benefit
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La cantidad de producto, el color elegido y la zona sobre la que se aplique, por supuesto, ayuda a equilibrar la balanza de un abuso de colorete, es decir, un blush blindness, y un colorete bucólico, natural y bonito. Si te pasas, siempre queda pasar un poco de corrector para reducir la intensidad de la ceguera.

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En el camino hacia un maquillaje cada vez más natural y con el que la piel no quede enmascarada bajo capas y capas de base o corrector, el rubor de mejillas se ha convertido en ese cosmético ineludible en cualquier look.

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