Ventajas e inconvenientes de la bañera en un cuarto de baño

Hace tiempo que el debate decorativo está sobre la mesa, hay personas que son partidarias de tener una bañera en el cuarto de baño y hay quienes prefieren que sea una gran ducha la que la sustituya. Hay muchos motivos para defender cualquiera de las dos opciones, pero quienes se estén planteando la ardua decisión de tener una cosa u otra, seguro que agradecen una recopilación de los mejores motivos para tener bañera en casa, así como los inconvenientes que este elemento puede traer consigo.

Pocas dudas hay de que los baños pequeños no siempre son los mejores escenarios para tener una bañera porque, aunque hay muchos trucos ideales para que esta estancia parezca más grande visualmente, incluso evitando las siempre tediosas obras -pero que tan espectaculares resultados nos aportan al final-, los metros disponibles son los que son y una ducha ocupa un espacio menor en cualquier baño.

¿Quiere esto decir que tenemos que renunciar a tener una estupenda bañera con la que convertir el cuarto de baño en un spa de lujo? No, de hecho podemos tener lo que queramos y mejor se adapte a nuestras necesidades y, si necesitas motivos para convencerte o convencer a los demás, seguro que estas ventajas te ayudan a conseguirlo.

Ventajas de la bañera

Como ha quedado claro anteriormente, cualquiera que disfrute los baños de espuma debe borrar de su mente la idea de cambiar este elemento por una ducha. Las bañeras son un complemento ideal para relajarnos, disfrutar de un momento de relax y de desconexión total que, pocas dudas puede haber al respecto, nos merecemos.

Permanecer un tiempo sumergidas en agua caliente nos ayuda a despejar la cabeza, figurada y literalmente porque al vaho que desprende el agua puede despejar nuestras fosas nasales. También puede ayudarnos a aliviar dolores y tensiones musculares que acumulamos al lidiar con los problemas del día a día.

No podemos dejar de señalar que son un elemento que puede resultar muy práctico, sobre todo en determinadas ocasiones, como cuando hay niños pequeños en la casa y es necesario bañarles. Si bien los adultos podemos ducharnos con facilidad, los más peques estarán más cómodos sentados en la bañera, donde además podrán estar más entretenidos jugando con el agua mientras terminamos de bañarles sin son demasiado pequeños para hacerlo ellos solos.

Más allá de las cuestiones prácticas, también conviene tener en cuenta los detalles estéticos, puesto que con una bañera podemos conseguir un look mucho más clásico que con la ducha. Cada vez son más tendencia las bañeras exentas, esas que no están integradas, sin que se colocan de forma independiente. Con ellas podemos conseguir cuartos de baño llenos de elegancia y estilo.

También hay inconvenientes

Si las bañeras son tu pasión, por desgracia también tienen algunos inconvenientes, como que suelen ocupar un espacio mayor o que no es demasiado sencillo entrar en ellas, sobre todo en caso de problemas de movilidad. También se suele señalar que suponen un gasto mayor de agua, pues llenar una bañera entera requiere una gran cantidad de este líquido elemento.

Así, si normalmente te duchas en lugar de bañarte y quieres ganar espacio, se suele recomendar optar por una práctica ducha. Eso sí, si necesitas un baño de forma puntual que te relaje y reconcilie con el mundo, no dejes que nadie te quite tu idea de la cabeza, al fin y al cabo el resultado será un baño estiloso, de aire clásico (aunque dependiendo de la bañera escogida o de la grifería también puede ser industrial) y perfecto para poder tener un spa en casa.