Una cocina 'sin cocina': el auge del diseño minimalista llega hasta los fogones
Reducir el ruido visual en los diferentes espacios de la casa es un requisito cada vez más solicitado en decoración de interiores. Las encimeras de inducción invisible pueden ser la respuesta para los amantes del 'menos es más'
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Pasar tiempo en la cocina forma parte de nuestra cultura. No es solo un lugar para cocinar, también es un punto de encuentro en el que contarse cómo ha ido el día, terminar de hacer los deberes o disfrutar de una copa de vino mientras acaba de hacerse la cena. Hablamos, por tanto, de un escenario diseñado con mimo en el que, cada vez más, sus elementos se escogen para convertirlo en un lugar tan funcional como acogedor. Y si hay un elemento en el que la evolución ha sido más que evidente, es la cocina propiamente dicha.
¿Imaginas poder cocinar sobre tu encimera sin que, aparentemente, nada aplique el calor necesario sobre tus ollas y sartenes? La encimera con inducción invisible es la materialización del sueño de los amantes del minimalismo y también de Nacho Rodríguez, el CEO de Cooking Surface. Se trata de un sistema oculto de cocción por inducción a través de un proceso de integración entre material y tecnología. Dicho de otro modo, su tecnología permite cocinar directamente sobre una encimera porcelánica. La estética es una de las principales bondades de su diseño, aunque Rodríguez apunta también a otras como el aprovechamiento máximo del espacio, la eficiencia energética o la garantía que aportan al consumidor final.
Jordi Cruz -en su restaurante ABaC de Barcelona-, Pepe Rodríguez -en El Bohío en Toledo-, Vicky Sevilla o Carlos Maldonado son solo algunos nombres de la primera línea de la cocina española que ya la utilizan. No obstante, la lista de celebrities es larga e incluye, entre otros, a Diego Sandoval, Sofía Suescun, Raquel Meroño, Noemí Salazar o Jordi Évole. Más allá de la esfera mediática, "tengo seis chefs haciendo de manera continua showcooking por toda España y Francia. En ellos intentamos demostrar a la gente que este producto ha llegado para quedarse", cuenta Nacho.
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La historia de Cooking Surface es la de una empresa familiar en la que confluyen la tradición que pasa de padres a hijos con la inquietud innovadora de las nuevas generaciones. Nacho Rodríguez representa a la tercera generación dedicada a un negocio, el de la instalación de encimeras de cocina que, con el devenir de los años tuvo que reinventarse. Fue su empeño por “aportar un valor añadido diferente a lo que son las encimeras de cocina que lleva haciendo mi abuelo desde los años 40" lo que le llevó a abandonar su trabajo fijo como policía y apostar por aplicar su particular visión a este negocio. Pero el camino no siempre fue fácil.
Tras haber vivido la ruina de la empresa familiar -como consecuencia de varios casos de silicosis por el uso de materiales, entonces, aparentemente inofensivos-, Rodríguez decidió reinventarse y fundar en 2014, junto a su mano derecha, Roberto Arnau, la nueva compañía: Stolanic. Pronto se dieron cuenta que tenían que ofrecer una idea disruptiva. Tras varios años de investigación, en 2018 salió la primera Cooking Rak que se llamó así porque, en aquel momento, su principal valedor era la empresa emiratí RAK Ceramics.
Pese a tener todo listo para lanzar el proyecto, el fallecimiento repentino del presidente de la compañía emiratí apenas unas horas antes de presentarlo ante los dueños de la organización, truncó los planes de Stolanic que, poco después, firmaría su carta de libertad para buscar nuevas opciones. Por aquel entonces ya le habían salido “varias novias” y, aunque algunas empresas nacionales mostraron cierto interés, la cosa no pasó a mayores.
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Para Rodríguez, “en España nadie es profeta en su tierra y cuando eres pequeño más. No pueden entender que una empresa de provincias que apenas llega a una facturación de tres millones de euros, tuviera una idea y una patente con potencial para desarrollarla y que interesara a multinacionales”. La oportunidad de lanzar su sistema llegó gracias a una de las más potentes firmas italianas: ABK Group que, pandemia mediante, apostó por Stolanic con su entrada a finales de 2020.
De la mano de la firma italiana se materializó la internacionalización de un producto que ya está en Singapur, Japón, Corea, Brasil, México, Estados Unidos… ABK se dedicó a gestionar la expansión en los 52 países en que está presente mientras los valencianos conquistaban ferias profesionales en desde Las Vegas hasta Milán, pasando por Orlando o París. Hoy, solo en la sede española son alrededor de 160 personas pero desde Valencia coordinan la expansión en Portugal y Francia.
“Estamos en constante evolución. Además de la innovación en términos de ingeniería electrónica, también evolucionamos a través de la experiencia que nos dan las más de 25.000 cooking que tenemos instaladas”. Para el empresario valenciano, "los nuevos desafíos ahora pasan por incorporar la inteligencia artificial en sus sistemas, un reto que en sus propias palabras “abre un nuevo universo de posibilidades”.
Pasar tiempo en la cocina forma parte de nuestra cultura. No es solo un lugar para cocinar, también es un punto de encuentro en el que contarse cómo ha ido el día, terminar de hacer los deberes o disfrutar de una copa de vino mientras acaba de hacerse la cena. Hablamos, por tanto, de un escenario diseñado con mimo en el que, cada vez más, sus elementos se escogen para convertirlo en un lugar tan funcional como acogedor. Y si hay un elemento en el que la evolución ha sido más que evidente, es la cocina propiamente dicha.