La clave está en elegir una lámpara que no solo ilumine, sino que también actúe como pieza decorativa. Las opciones con pantalla textil en tonos neutros o con estructuras metálicas minimalistas son perfectas para añadir elegancia y crear un punto de luz cálido. Colocada en una esquina del salón, proyecta una iluminación suave que aporta intimidad y realza los demás elementos del espacio.
Un recurso visual que cambia toda la esencia de la estancia. (Pexels)
Los interioristas recomiendan colocar la planta en una maceta de diseño, a juego con los tonos de la estancia, para reforzar la armonía visual. De esta forma, se consigue un conjunto que funciona tanto de día, gracias al protagonismo del verde, como de noche, cuando la lámpara se enciende y aporta una atmósfera envolvente.
Luz cálida y verde intenso, una combinación ideal. (Pexels)
Este truco demuestra que no hacen falta grandes inversiones para renovar unespacio. Con solo dos piezas bien elegidas, se logra dar vida a un rincón aburrido y convertirlo en un punto focal del salón. Además, es una solución versátil, ya que tanto la lámpara como la planta pueden trasladarse a otras estancias si se busca variar la decoración.
En definitiva, apostar por la unión de iluminación y vegetación es un recurso infalible para transformar un ambiente. Una fórmula práctica, estética y atemporal que consigue que cualquier rincón del salón pase de ser secundario a convertirse en protagonista.