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París cierra la Semana de la Moda más atípica de su historia
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PFW 2020

París cierra la Semana de la Moda más atípica de su historia

La crónica de unos desfiles en los que la moda ha intentado acercarse a un público distanciado por las pantallas y el coronavirus

Foto: Chanel Spring-Summer 2021. (EFE)
Chanel Spring-Summer 2021. (EFE)

Solo 19 desfiles presenciales. “Próximamente”, rezó el espacio del calendario oficial de la Federación de la Alta Costura y de la Moda hasta unos días antes del inicio de la Semana de la Moda de París el pasado 28 de septiembre. El enigma de cómo sería la edición de la primavera-verano 2021 se resolvía con un híbrido de presentaciones en diferentes formatos y desfiles marcados por el distanciamiento social y las mascarillas. La propia Federación ha utilizado el término 'fi-gital'.

Ya sabíamos que algunas firmas como Yves Saint Laurent, Celine o Dries Van Noten no celebrarían desfile esta edición. Finalmente han sido 65 marcas las que han optado por presentaciones digitales o a puerta cerrada con reserva de horario. Así ha quedado una Semana de la Moda que vivir delante de la pantalla. Loic Prigent, periodista conocido por sus frescos documentales de moda entre bambalinas, la ha llamado “la distanciada mini Semana de la Moda”.

Si el pasado febrero las tres primeras filas de asientos del desfile de Balenciaga estaban vacías a causa del apocalipsis ficticio recreado por el director creativo Demna Gvasalia, ocho meses más tarde a las tres primeras filas del de Balmain les ha pasado lo mismo. El codiciado front row ha sido virtual: grabaciones de Anna Wintour, Jennifer Lopez, Juliette Binoche, Natalia Vodianova o Cindy Crawford aparecían en unas pantallas que ocupaban sus plazas. Un homenaje que para algunos fue simpático a otros nos resultó casi funerario.

Espacios salpicados con pocos asientos y generosas distancias entre ellos han sido las imágenes de un tímido intento por volver a hacer girar la rueda tras la anulación de los desfiles de alta costura y prêt-à-porter de hombre el pasado julio. María Valderrama, una de las pocas periodistas españolas que ha cubierto esta edición en directo, ha percibido un ambiente triste sin los asistentes habituales procedentes de América, Asia, Reino Unido, España e Italia.

Atrás quedan las fotografías previas a cada desfile en las que celebridades y editoras de grandes cabeceras de moda se saludaban efusivamente y se sentaban como sardinas enlatadas en el front row. “Han acudido tan solo algunos rostros famosos de París”, dice Valderrama, que bromea cuando señala como cara más conocida en el desfile de Gauchere la de Pascal Morand, presidente ejecutivo de la Federación Francesa.

Grandes firmas como Dior y Chanel, que suelen tener en sus listas de invitados a más de mil personas, en esta ocasión han contado solo con 350 y 650, respectivamente, y Paco Rabanne ha optado por hacer tres pases de su desfile para audiencias de 60 personas.

placeholder Desfile de la primavera-verano 2021 de Dior. (Cortesía)
Desfile de la primavera-verano 2021 de Dior. (Cortesía)

No todos se han mostrado de acuerdo con esta estrategia contenida de presentar las colecciones en desfiles con aforo reducido, en cumplimiento de la normativa que impide reunir a más de mil personas. Jonathan Anderson, director creativo de Loewe, criticó abiertamente en una entrevista por videoconferencia que se celebraran desfiles en estas circunstancias.

En un tono optimista, Anderson considera este momento clave para salirse del camino trazado y crear con mayor libertad. Con su 'Espectáculo en la pared', Anderson nos ha mostrado su colección para Loewe mediante unos pósteres a tamaño real y ha conseguido que la enorme carpeta verde de dibujo en la que los ha enviado circule por las redes sociales. Así ha hecho patente que sin pasarela se puede comunicar, viralizar y hacer una de las colecciones más aplaudidas, que para la estilista Alba Melendo ha rozado la alta costura.

Una nueva forma de comunicar

Diariamente hemos recibido correos electrónicos de la Federación con el programa, supongo que con el objetivo de incitarnos a visualizar los vídeos de las marcas, unas presentaciones mucho menos atractivas que los desfiles. También se han esforzado por crear un ambiente de conversación en su plataforma y redes sociales con entrevistas y artículos sobre temas relevantes para el sector. Incluso Anna Wintour se ha quitado sus inseparables gafas de sol en una historia de Instagram en la que invitaba a ver la propuesta digital de Balenciaga.

Este nuevo lenguaje con el que algunas marcas han intentado comunicar sus colecciones no ha tenido gran impacto. Fórmulas estilo cómo se hizo, tipo campañas publicitarias o grabaciones de sesiones fotográficas no han sido sustitutos a la altura de una pasarela. Para Melendo, las presentaciones digitales de Balenciaga y Mugler han sido las mejores y coincido con Valderrama en señalar la de Issey Miyake por alegre, inspiradora, artística, adaptada a las circunstancias, además de permitir ver bien la colección y el concepto creativo ideado por Satoshi Kondo.

Otra de las ideas más innovadoras y comentadas ha sido el distópico cortometraje 'Amor Fati', de la firma Marine Serre, que ha capturado la ansiedad y confusión actual y que no ha pasado desapercibido por recordar a los Power Rangers.

A pesar de los esfuerzos de algunos en sus fórmulas alternativas al desfile, las presentaciones físicas son las que han captado la atención. En una Semana de la Moda, sombría y lluviosa, pocos han removido el ánimo de un espectador.

El ritmo del baile de Lamine Kouyaté -de la marca Xuly Bet- al presentar a sus modelos ha llegado como un soplo de aire fresco. Y los abrazos y besos que intercambiaron los bailarines de Isabel Marant chocaron en plena lucha por mantener las distancias. Sophie Fontanel, periodista de moda y escritora, reconocía emocionarse con estos gestos, expresión de la libertad, la energía y el contacto que necesitamos. A pesar de las aclaraciones sobre la supervisión sanitaria realizada al equipo, esta puesta en escena ha recibido críticas en redes sociales por el potencial riesgo de contagio.

Los kits de bienvenida con mascarillas y gel han sido un básico y motivo de anécdotas de comicidad contemporánea. En este baile de máscaras necesario para mostrar la sonrisa frente a las cámaras, algunos como el periodista Pierre M’Pelé han olvidado retirar la suya arrancando alguna risa.

En las calles de París apenas ha habido destellos de flashes, ni multitudes de curiosos, ni la algarabía de los aspirantes a trabajar en la industria agolpados en las zonas de acceso a las pasarelas. Los fotógrafos de street style, sin todos los habituales fanáticos de la moda ataviados con las últimas tendencias, han redirigido sus objetivos. Valderrama cuenta entre risas que esta semana ha sido blanco de las cámaras.

La edición ha quedado marcada por la presencia y la huella que ha dejado el coronavirus. En la recta final de esta Semana de la Moda la noticia de la desaparición del colorista y alegre diseñador japonés Kenzo Takada como consecuencia del covid-19, tan solo días después del desfile de la marca homónima, ha golpeado a amigos y seguidores. Muchos asistentes se preguntaban si el Gobierno francés estaba a la espera de la finalización de esta edición para tomar medidas más estrictas en París, considerada en este momento zona de alerta máxima.

Solo 19 desfiles presenciales. “Próximamente”, rezó el espacio del calendario oficial de la Federación de la Alta Costura y de la Moda hasta unos días antes del inicio de la Semana de la Moda de París el pasado 28 de septiembre. El enigma de cómo sería la edición de la primavera-verano 2021 se resolvía con un híbrido de presentaciones en diferentes formatos y desfiles marcados por el distanciamiento social y las mascarillas. La propia Federación ha utilizado el término 'fi-gital'.

Primavera París Jonathan Anderson
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