Quién es Arturo Obegero, el diseñador asturiano detrás de los últimos looks de Harry Styles

El pasado 1 de abril, Harry Styles estrenó su última canción, 'As it was'. En poco más de 4 días, el videoclip tenía 38 millones de reproducciones y más de 2 millones de likes en Youtube. Para él, el impacto seguramente no sea nada distinto de lo que está acostumbrado a experimentar en su carrera, pero para un joven asturiano de 28 años del concejo de Tapia de Casariego que sueña con ser el director creativo de alguna firma de moda de renombre en el futuro —"si me dejan ser el primer español en Balenciaga, yo encantado”, reconoce entre risas—, Arturo Obegero, son palabras mayores.

El diseñador español firma los dos monos setenteros de tirantes decorados con lentejuelas que lucen durante casi todo el videoclip Styles y la bailarina que protagoniza la película con él. Ella, en azul y el excomponente de One Direction, en rojo. Los monos, que brillan con luz propia en escenarios estratégicamente escogidos para la ocasión, como la vanguardista piscina para pingüinos que el arquitecto Berthold Lubetkin construyó para la Zoological Society of London en 1934 —si te gusta la arquitectura, deberías leer más acerca de la transformación que llevó a cabo del concepto zoológico a través de su obra el arquitecto ruso—, tienen una historia apasionante detrás.

El diseñador español cuenta para Vanitatis, desde su residencia a las afueras de París, que es allí, “en 5 metros cuadrados” del salón de su casa, donde tejió “con una máquina de coser Singer tradicional” los dos atuendos del videoclip de Styles. Lo hizo por partida doble “por si se deterioraban con el baile” durante el rodaje y en tiempo récord, ya que solamente tuvo un par de semanas para diseñar casi 30 propuestas diferentes para esta oportunidad profesional. Todo con la ayuda de su ayudante y en su taller casero. “Fue complicado”, reconoce.

Es este espacio íntimo y personal donde Arturo Obegero cose los diseños de su firma homónima, lanzada durante el confinamiento. El motivo, expone con naturalidad, es económico. “París es muy caro y todavía estoy empezando”, señala.

El contraste es radical entre los medios con los que cuenta para trabajar y su recorrido en estos dos años de andadura en solitario tras haberse graduado en la Central Saint Martins (CSM) de Londres y haberse formado profesionalmente durante un año en el equipo creativo de Lanvin. En este tiempo, no solo ha visto cómo Harry Styles luce su arte, sino cómo también han apostado por su creatividad mujeres como Carla Bruni o Pamela Anderson. Y ya ha debutado en la Semana de la Moda de París. “Muchas veces desfilar en París 'se romantiza' en comparación con lo que en realidad es”, apunta, si bien reconoce sentirse “un afortunado”, aunque todavía le quede “mucho por conseguir”. “Toco madera porque en dos años estamos en el calendario oficial de la París Fashion Week y hay artistas que me encantan y que creen en mí. La locura y el sacrificio merecen la pena; soy ambicioso, pero prefiero ir poco a poco con pasos firmes porque la ambición puede ser un arma de doble filo”, apostilla Obegero.

La intrahistoria de su colaboración con Harry Styles

El primer acercamiento entre Arturo Obegero y el equipo de Harry Styles se produjo el año pasado. “Harry Lambert, (estilista del cantante) me escribió el año pasado para decirme que estaba trabajando con Harry y tenían un proyecto top secret”, cuenta el diseñador asturiano. Entonces, añade, “me pidieron muchos colores, muchas piezas, tuvieron un fitting, les encantó y a finales de enero me pidieron más piezas justo después de París, también para el escenario”.

Pese a la alta demanda, el estilista de Harry Styles tenía clara la idea: “Más lentejuelas, estilo disco, más color…”, recuerda. Algunas referencias concretas que le pasaron incluían looks de Mick Jagger, Freddy Mercury o David Bowie, estilos en general con los que la visión de la moda de Arturo Obegero empastan muy bien, si bien en sus colecciones reconoce que están presentes influencias artísticas distintas. “Yo bebo mucho de los años 70 porque me gusta la Motown y la estética disco, pero mis colecciones tienen también mucho de España, de la danza, del ballet clásico, de la danza contemporánea, de la compañía Pina Bausch —se reconoce como “muy fan” e incluso asegura que le hubiera gustado dedicarse a ello y por eso lo utiliza como una “forma de escapismo”— y del mundo de la costura en general”, afirma. “En definitiva, bebo de referencias de muchas partes, pero luego me gusta centrarme en lo más puro, en lo más minimal posible”, concluye.

Estas influencias dan lugar a una visión muy personal de la moda que el propio Arturo Obegero plasma en su proyecto personal que viste tanto a hombres como a mujeres. “Lo que hago es proponer looks similares, pero con patronaje distinto para adaptarse a cada cuerpo”, cuenta sobre su trabajo, el cual le gustaría que fuera visto a ojos de los demás como “una marca joven que intenta innovar en la manera de presentar, de innovar en cuanto a sostenibilidad, que propone un lujo joven y responsable y que crea un estilo de ropa romántica, centrada en la silueta, en la sensibilidad, que es sensual y seductora, pero sin llamar la atención”, define antes de reafirmarse incidiendo en la última idea expuesta: “Es seducir sin gritar”.

La sostenibilidad, pilar innegociable

En sus reflexiones acerca de la moda, Arturo Obegero repite a menudo dos conceptos: respeto y sostenibilidad. Este es un tema que le preocupa especialmente, como demuestra la valoración que hace de ello y cómo trata de ser consecuente con sus ideas al respecto. “La sostenibilidad no debería tratarse como una herramienta de marketing, sino que debería ser una regla a seguir”, argumenta el joven creador. Bajo su punto de vista, esta es una cuestión que deben tener muy presentes tanto su generación como las que vienen, lo quieran ver o no los nuevos diseñadores. Él no solo lo tiene interiorizado y asumido, sino que además la pone en práctica en cada uno de sus diseños. “Con los rollos finales que no quieren Givenchy, Fendi o cualquiera de estas marcas potentes, los recompro y hago mis prendas”, asegura. Estas prendas son “responsables y exclusivas” porque “de cada rollo de tela puedes confeccionar alrededor de 20 camisas máximo, por ejemplo, o 10 o solamente 5”, reconoce. “Es crear un sistema de lujo nuevo, moderno y respetuoso”, remata.

A finales del próximo mes de julio, Arturo Obegero presentará su siguiente colección, de la cual ya está organizando todo: “Estoy cortando, cosiendo, organizando los patrones, escogiendo la música, fotografiando, etc.”, explica. Lo hará, a buen seguro, con todo el glamour que rodea a la moda en París, pero con la minuciosidad y el rigor de un diseñador en el punto de mira cuyas primeras aventuras ideadas desde su hogar situado en Montreuil ya han dado mucho de qué hablar.