"Maleta para escapadas de fin de semana", la directora de Moda de Vanitatis dixit
Vienen los fines de semana en los que a nadie le da pereza preparar una maleta y huir de la ciudad en busca del campo o la playa
Vienen los fines de semana en los que a nadie le da pereza preparar una maleta y huir de la ciudad en busca del campo o la playa, los días son más largos, las horas de luz más amortizables… ¿Quién no se va a escapar uno de estos puentes maravillosos? ¿Quién no se plantea desconectar 48 horas del mundanal ruido?
Debo confesar que mis escapadas son cada vez las menos, solo porque se casa algún amigo -sí, hay gente que se sigue casando más allá de los cuarenta y de primeras nupcias, nos ayudan a seguir creyendo en el amor (Juan, gracias)-. O también tengo una amiga que me invita a un plan inolvidable (María, te debo una, grande). La cuestión es que esas pocas horas fuera de casa sin niños, además de darle vida al matrimonio y no penséis mal, permiten poder hablar con ese compañero de piso que elegiste sin interrupciones, un milagro, y me permite demostrar que tengo un don para empaquetar ropa para planes diversos y acertar. Es una de esas cosas buenas que una saca de que unos padres se divorcien pronto. El traslado cada quince días (en aquella época, sí, la edad de piedra, no existía la custodia compartida) te convierte en una mudancera sin igual.
La cuestión a la que íbamos. Estos fines de semana buscan prendas versátiles, que puedas llevar durante el día y transformar de noche. Y suelo meter (de forma alterna, no suelen ser las mismas, y si no consulta las que me llevé en Semana Santa) las que te cuento bajo estas líneas.
El vestido que puedes llevar de día o de noche. Por supuesto es negro en mi caso, aunque en ocasiones debería cambiar. Más adentrado el verano también llevo blancos, pero lo que sí tengo claro es que sea en monocolor y neutro porque me facilita mis días de look y de noche. Cuando el sol cae, lo suelo subir a unas sandalias de esparto y de día con unas planas. Este es de &Other Stories (89 euros).
Como sigo blanca, no soy de las que tiene tiempo para tomar el sol en el abdomen entre semana y, si lo hago algún fin de semana, me pongo tanta protección que, bueno, digamos que las primeras semanas de calor mi abdomen se siente cómodo debajo de un traje de baño. Me encantan los modelos asimétricos, sobre todo ahora que el sol no pega tan fuerte (lo de ir con la asimetría en verano con los vestidos es ya otro cantar). Este es de Arket (49 euros).
Es el típico pantalón que permite viajar cómodamente en tren, coche… Este tipo tiene varias vidas y me salva de cualquier plan. Estilo chino te permite llevarlo de día con una camiseta a rayas, más sporty y con unas bailarinas de color, por ejemplo, y de noche subirlo a donde quieras. Es de Arket (69 euros).
El esparto es uno de mis materiales recurrentes cuando se acerca el verano. Las alpargatas forman parte de mi vida desde que tengo uso de razón, planas, con altura... Debo confesar que tengo varias de diversos colores en el armario. Te voy a recomendar las mías clásicas de siempre. Las de cuña que me salvan muchas noches de verano y con doble plataforma mejor, para verlo todo desde arriba. Estas son de Castañer (120 euros).
Pero, como te decía, también voy plana con esparto y estas de Castañer las puedes llevar a todos lados (135 euros).
Cuando hayas leído estas líneas,pensarás: "Se lleva más zapatos que Imelda...". En ocasiones me pasa, supones bien; unos siempre los llevo puestos, así que no computan.
Camiseta a rayas y de manga larga, ¿por qué? Para los cambios de temperatura o los aires difíciles del tren. Es un básico que lleva en mi armario más de 20 años. Si me ves por Atocha, suele ser mi uniforme, y si tengo calor, me arremango en plan marinera a lo Jean Paul Gaultier y se acabó. Esta es de A.P.C. (120 euros).
Aunque ya te he confesado en otras ocasiones mi debilidad por las parkas caquis, hay otra chaqueta que tengo en mi armario de toda la vida. Me la llevo sí o sí. Siempre que voy de compras (que aunque creas no son tantas veces como parece en estos artículos), me paro ante algún tabardo o chaqueta azul marino con botones cruzados, me encantan sobre una camiseta de rayas… Esta es de Weekend Max Mara (255 euros).
Aunque un amigo me dice que parezco americana, debo confesar que no me importa. Hace unos meses me quité manchas de la cara y ahora voy a todos lados con una gorra de béisbol (más cómoda para los viajes) o un sombrero de panamá. Estoy blanca como la leche, mis amigas no están demasiado contentas con mi careto. Pero mi piel y mi salud lo agradecen (a largo plazo pareceré más joven que ellas) o eso creo. De Fórmula Joven (17,99 euros).
Los materiales naturales son una tendencia de esta temporada, pero es que el verano pide rafia, paja, esparto y demás tejidos orgánicos. Siempre tengo una cesta o bandolera de uno de estos materiales. Las cestas las guardo más para los días de playa. Ahora la bandolera me acompaña en estas fechas. Esta es de Adolfo Domínguez (140 euros).
Sí, lo confieso, caí en unas estilo venecianas de color granate… ¿Me dejé llevar por la tendencia? Sí. ¿Me gustan? Sí. ¿Son cómodas? La pera. Aunque confieso que cada vez que me las pongo tengo que hacer un acto de valentía porque me da la sensación de que salgo de casa en zapatillas. Pero qué le voy a hacer… Ideales de día con unos chinos y para recorrer estaciones o conducir. Estas son de Flabelus (82 euros).
Un pañuelo o fular es fundamental para evitar los aires de los transportes o los cambios de temperaturas que se suceden en estos momentos, además lo puedes utilizar para la cabeza o donde quieras. Yo tengo varios en tonos neutros que los llevo como un básico y también alguno con un toque de color que me pongo cuando me veo más aburrida. Este es de &Other Stories (49 euros).
¿Maleta? Repito siempre la misma, así que ya sabrás de cuál te hablo. Los fines de semana va más vacía, no como en Semana Santa, que la llevaba que ya no cabía un alma dentro. Pero siempre me llevo la misma. La resistencia es un plus. Esta es de Eastpack (110 euros)
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Vienen los fines de semana en los que a nadie le da pereza preparar una maleta y huir de la ciudad en busca del campo o la playa, los días son más largos, las horas de luz más amortizables… ¿Quién no se va a escapar uno de estos puentes maravillosos? ¿Quién no se plantea desconectar 48 horas del mundanal ruido?