"Las prendas que no faltan en mi armario", la directora de Belleza y Moda de Vanitatis 'dixit'
Te abro mi armario para que veas las claves de un vestuario que soluciona muchos días y a lo largo del tiempo
Sí, yo soy esa amiga que lleva años recibiendo mails con preguntas tipo: "¿Esto se lleva ahora, Cris?, ¿me lo compro o se pasará?, ¿tú qué harías?". También soy esa que recorre las tiendas con el brazo colgado de piezas mirando tallas para llevarlas a un cambiador y dando recomendaciones de cómo ponerse esas prendas en el trabajo, una fiesta o el evento 34.567 de la vida de las que me rodean. Y que conste que no soy pluriempleada, ni la más moderna del lugar.
Tengo 43 años y ya me conozco, y también conozco a las mujeres que me rodean. Cuando pasan los años, te comprendes mejor, defines tu estilo y sabes lo que te sienta bien y lo que no. Y yo debo confesar que (aunque son pocas las veces y cada vez menos) las tendencias a veces me pueden y sí he caído ante esa prenda que vi en los desfiles, critiqué y después llevé, aunque siempre en una versión más moderada, bendito sea Inditex.
También soy esa que tiene esa amiga que todo lo copia, sí, por la que llegué a cortar etiquetas de la ropa (era joven y con poco presupuesto, ahora me encanta que me imiten) porque cuando le decías que no recordabas de dónde era algo, se tiraba a tu cuello o tu cintura a girar la prenda para ir directa a la tienda. A grandes males, grandes remedios.
A esta edad ya has descubierto que lo que te da alegría es compartir, que tu armario sea ese lugar al que recurren las que te quieren cuando tienen algo especial (aunque la devolución sea hasta 9 años después, sí, me ha pasado, y la sigo queriendo locamente). Estoy generosa, debo confesarlo y, aferrándome al 'es mejor dar que recibir', os voy a contar a todas, sí a los más de 11 millones de mujeres que leen Vanitatis, cuáles son las prendas que no faltan en mi armario, etiquetas incluidas.
Unas sandalias minimal
¿Por qué invertir en miles de zapatos de fiesta cuando hay unos que pueden ir con todo? Eso lo descubrí hace unos años, y este tipo de sandalias como las que llevaba Jacqueline Bessette Kennedy son solucionadoras. También me gustan en versión nude o doradas, pero las negras yo considero que son más atemporales y cuando la piel de nuestro cuerpo ya no tiene el bronceado del verano siguen quedando bien. Estas son de piel con la tira acolchada (no se te clavará) con tacón de 7 centímetros (asumible) y pertenecen a Studio Amelia para Luisa Via Roma (280 euros).
Camisetas de algodón forever
Sí, lo confieso, tengo bastantes camisetas de algodón, principalmente blancas y grises, alguna negra ha caído con el transcurso de los años y no falta la de rayas marineras y de manga larga a lo Coco Chanel. Es un básico perfecto que queda ideal debajo de un cárdigan de punto o de un blazer. Eso sí, no vale cualquiera y esta recomendación que os doy, calidad-precio, es estupenda. También soy muy fan de las de American Vintage. Camiseta de algodón de corte recto, de GAP (11,99 euros).
Siempre blazer
Aquí te he propuesto uno a rayas, pero es por aportar una idea diferente al clásico negro que seguro que ya tienes en tu armario -y si no, sal ya a comprarlo-. Yo tengo varios, alguno incluso con estampado print, y debo confesar que soy fan de esta prenda. Además, si lo compras un poco más 'especial', le darás un twist increíble a tus looks sin perder la formalidad. ¿No te ha pasado tener una de esas prendas que siempre que te la pones alguien te hace una referencia a ella? Yo tengo un blazer de la firma Maje de hace unos años con el que siempre me pasa. Este es de lana fría, con un corte oversized y con doble abotonadura, de Joseph (725 euros).
Un top de día o de noche
Si en ocasiones tienes que subir un poco de estilo a tus blazers, no hay nada como un top lencero para elevarlos un par de enteros. Son infalibles. Además, si el día se alarga y se sucede una cena tras una jornada laboral, te permite ir arreglada a cualquier plan. Si no lo has probado, los meses venideros, que ya vienen con calor debajo del brazo, son el momento. Top de seda modelo Christy con detalles de encaje, de Zadig & Voltaire (215 euros).
El Bolso
La mayúscula es intencionada. Seguro que lo has leído y padecido mil veces, no hay nada que aporte más sofisticación a un look que un buen bolso. Y no solo me refiero a los de marca, sino a uno que sea de piel, vegana o no, y que además de llevar tus cosas te diferencie. Si quieres que hablemos de modelos, hay clásicos que siempre funcionan: el Birkin, de Hermès (debo confesar que me gusta más que el Kelly); hay marcas como Carolina Herrera que tienen propuestas más accesibles y que también provocan un efecto 'up' en tus estilismos, y también puedes encontrar modelos que encajen en esta función en Massimo Dutti. Bolso de piel cruzado con el anagrama, modelo Gate de Loewe (1.250 euros).
Un abrigo para el frío (de verdad)
Cuántas veces te has arrepentido de llevar mil capas... Pese a que este invierno no ha sido uno de los más fríos, un buen abrigo es una inversión fundamental. Yo me hice fan de esta marca hace muchos años, debo confesar que fue un regalo y quizá por eso me hizo tan feliz. Pero yo trabajaba lejos de casa e iba en moto y pasé de vivir en un estado permanente de congelación a llegar al trabajo con una sonrisa. Ya no prescindo de él.
Una cartera mínima
Cada vez utilizamos más el móvil para todo, pagamos, llevamos parte de nuestra documentación... Yo hace años que recurro a una cartera mínima en la que llevar lo básico, eso sí, no cualquiera, una que me guste. Y la verdad es que cada vez que la saco, el que la ve me habla o de su practicidad o de su estética. El menos es más se hace realidad en este accesorio. Tarjetero con cremallera adornado con firma, de YSL (345 euros en Matchesfashion.com).
Un vestido 24/7
Aunque yo tenía una jefa que me decía que siempre debía viajar con un vestido negro en la maleta, y no le voy a quitar la razón, con los años he descubierto que, pese a que es un clásico que no falla, hay vestidos que te permiten diferenciarte y además funcionan a todas horas. El ejemplo que te pongo es la clara muestra de que tan solo cambiando una bota baja o una alta puedes alargar su vida. Vestido con estampado étnico, de Ba&Sh (192 euros).
Blusa blanca, sí o sí
Todos los armarios deben tener una blusa blanca o camisa para su supervivencia. Puede ser más romántica como la opción que te planteamos o más 'sartorial' como la que seguro ya tienes. Esta encaja perfectamente en cualquier look de primavera o verano, y esa es la idea, una prenda funcional que se adapte a tu estilo y solucione. Blusa con bordados de flores, de & Other Stories (79 euros).
Fan de las zapatillas
No hay armario que pueda prescindir de una zapatilla, seguro que las Converse ya forman parte del tuyo o puede que te hayas dado el capricho de unas Golden Goose. El modelo que he elegido es la clara muestra de cómo se ha sofisticado el mundo de la deportiva. Con unos vaqueros y un blazer son la mezcla perfecta. Zapatillas modelo 550, de New Balance (220 euros).
Un vaquero flare
Además de que vienen muy fuertes, en mi caso, que tengo cintura estrecha y cadera más ancha, debo reconocer que cada vez que me pongo unos pantalones con este corte me comentan mis compañeros que son los que más me favorecen, así que me rindo ante la opinión de los que me ven cada día. Vaqueros rectos, de Zara (29.95 euros)
Gafas de sol clásicas
Siempre tengo unas Wayfarer en mi cajón, pero en los últimos tiempos les he sido infiel con este modelo de gafas. Como veréis, no me he vuelto loca con el cambio de diseño y el atrevimiento no ha sido tal, pero sí que creo que identificarte con un modelo y que forme parte de tu personalidad es interesante a la hora de construir tu estilo. Gafas con montura metalizada dorada de Ray-Ban (145 euros en Sunglass Hut).
Unos botines negros
Para cada día, para los fines de semana, para llevarlos con pantalones, con faldas o con vestidos, sin duda es un calzado básico. Hay miles de tipos, pero yo (desde que Isabel Marant los convirtió en un básico) suelo tener unos de ante negro en el armario. Botines tipo cowboy de Roseanna para Ekseption (260 euros).
Hoy te he contado solo algunas de las prendas, no soy ni muchísimo menos una Marie Kondo. El vestido negro está, también unos pantalones negros y muchas otras prendas que por ser esenciales imagino que tendrás. Pero eso lo podemos dejar para otro capítulo, ¿no?
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Sí, yo soy esa amiga que lleva años recibiendo mails con preguntas tipo: "¿Esto se lleva ahora, Cris?, ¿me lo compro o se pasará?, ¿tú qué harías?". También soy esa que recorre las tiendas con el brazo colgado de piezas mirando tallas para llevarlas a un cambiador y dando recomendaciones de cómo ponerse esas prendas en el trabajo, una fiesta o el evento 34.567 de la vida de las que me rodean. Y que conste que no soy pluriempleada, ni la más moderna del lugar.