Reese Witherspoon: su aprendizaje fashion desde 'Una rubia muy legal' a 'Tu casa o la mía'

Hace unas semanas, Reese Witherspoon publicó en su perfil de Instagram un divertido vídeo en el que examinaba algunos de sus looks más comentados de los últimos años. En él aprobaba con un notable el estilismo formado por un vestido de terciopelo verde y unas botas negras que lució en el estreno de ‘Romeo y Julieta' en Los Ángeles en 1996 y suspendía uno que llevó en esa misma década en el que los protagonistas eran un crop top y una falda larga, todo de color negro. “Es un desastre”, reconoce la actriz durante el clip.

Sin embargo, se pone a sí misma muy buena nota a la combinación de suéter de cuello vuelto, botines y falda con estampado tartán con la que aparece en una instantánea junto a su amiga y compañera de reparto en ‘Big Little Lies’ Laura Dern, así como a la elección clásica de vaqueros, camisa blanca y bolso bandolera que hizo para aparecer en la première de ‘True Lies’ en 1994. Estos ejemplos que la actriz puso en redes sociales sirven como perfecta demostración de cómo ha aprendido a base de prueba-error a enfocar su armario en lo que verdaderamente era interesante para ella.

A Reese Witherspoon la conocimos hace tres décadas y enseguida captó la atención del público y la crítica tras ser nominada al Globo de Oro a mejor actriz de comedia o musical por ‘Election’ –la cual, por cierto, ya ha empezado a preparar una segunda parte basada en la novela de Tom Perrotta, 'Tracy Flick Can’t Win’–. Después llegaría la taquillera ‘Crueles intenciones’ y, en el 2001, la cinta que supuso un punto de inflexión en su carrera: ‘Una rubia muy legal’ –de la cual también está en marcha una secuela para finales de 2023–.

En ella se metía en la piel de Elle Woods, una aparentemente ingenua y frívola estudiante de derecho que con su pequeño perro a cuestas y su ridículo atrezo de color de rosa puso frente al espejo que los prejuicios pueden circular en ambas direcciones y reivindicó que las rubias en el cine no solo estaban para que se rieran de ellas. Lo que parecía ser una comedia romántica más se transformó en una película de culto, lo que le dio un nuevo rumbo a su carrera y, por qué no decirlo, a su armario. “Conseguí todo mi vestidor”, admitió Reese Witherspoon hace unos años cuando acudió al programa 'The Graham Norton Show' y desveló que todo el vestuario que lució en la segunda entrega de la película –incluidos los 77 pares de zapatos de Jimmy Choo que calzaba en distintas escenas– se lo llevó a casa: “Lo tenía escrito por contrato”, añadió.

No significó esto que sus estilismos pasaran a ser cursis ni mucho menos, pero sí que se tradujo en una mayor sofisticación de su ropa y en un creciente interés por la moda que se materializó en su recogida del Oscar el 2006 por ‘En la cuerda floja’, cuando deslumbró con un vestido de Christian Dior de 1957 en color champán con cientos de aplicaciones brillantes bordadas a mano que fue adquirido en una tienda vintage en París.

“Me he enamorado de tantos vestidos a lo largo de los años y guardo uno de cada película. ¡Pero destaca un vestido especial!”, dijo en Twitter en referencia a esta espectacular pieza que describió como “un sueño”.

Por esa misma alfombra roja la hemos visto con looks firmados por Nina Ricci, Tom Ford y Oscar de la Renta, todos ellos muy distintos pero con la dosis de glamour justa como para que siempre convenga tener un ojo puesto en sus looks para las grandes ocasiones. También cuando se trata de acudir a un estreno o un evento más informal, en estos casos prefiere rendirse ante un esquema muy similar –faldas de tubo y blusas, trajes o vestidos de silueta lápiz generalmente–, siempre bajo la supervisión de su estilista Petra Flannery, con quien también trabajan Zoe Saldana, Claire Danes y Emma Stone, entre otras.

Muchas de estas propuestas son las que estamos viendo estos días en los que Reese Witherspoon se encuentra inmersa en plena promoción de ‘Tu casa o la mía’, la película que Netflix estrenará con San Valentín como excusa y en la que comparte protagonismo con Ashton Kutcher. La prueba fehaciente de que la intérprete ha encontrado la manera de sortear las tendencias siendo fiel a un estilo propio.