Celia B: "Mis prendas pueden cambiar el estado de ánimo de alguien en un mal día"

En una industria abarrotada de marcas y diseñadores, diferenciarse es difícil, pero no imposible. Hay algo más, diferenciarse y conseguir que el mundo identifique tus piezas a vista de pájaro. Dos hitos de los que Celia Bernardo (Oviedo, 1979), el alma de Celia B, puede jactarse de haber logrado. Fundó su enseña en 2012 y hoy los llamativos diseños de la asturiana dan la vuelta al planeta. "Me defino como una activista del color, quiero llenar las calles de colores alegres en un mundo que cada vez es más oscuro y uniformado", dice la creadora para Vanitatis.

A lo largo de esta década, más uno, Celia ha conquistado a celebrities de aquí y de allá. Entre sus clientas figuran la socialité Olivia Palermo, la actriz Zooey Deschanel y la guionista Lena Dunham. También la actriz Paula Echevarría y un porrón de creadoras de contenido como Marta Lozano, Lucía Bárcena o María Fernández-Rubies. Aun así, y probado su éxito entre las prescriptoras, la diseñadora siente una inmensa satisfacción cuando cualquier persona, famosa o anónima, viste sus prendas. "No solo se trata de celebridades, sino también de personas de a pie. Lo que más me emociona es saber que mis prendas pueden alegrarte el día. Un diseño mío puede cambiar el estado de ánimo de alguien en un mal día. Recibir mensajes de personas que llevan mis prendas y escuchar todos los elogios y comentarios positivos que reciben me llena de felicidad".

Una carrera en la moda que, aunque comenzó en 2012, siempre estaba en los planes de la asturiana. "Desde siempre tuve la necesidad de hacer algo creativo. Inicialmente, estudié publicidad, pero sentía que me faltaba algo. Comencé a experimentar, personalizando mi ropa y creando accesorios. Descubrí que tenía un talento para el diseño. Empecé como diseñadora de accesorios y, posteriormente, surgió la oportunidad de trasladarme a Shanghái en 2012, lo que marcó un punto de inflexión. Planeaba quedarme por un año, pero terminé extendiendo mi estadía a seis años. Mi naturaleza activa y mis numerosas ideas se vieron potenciadas por esta experiencia, ya que me di cuenta de que podía dar vida a esas ideas. Fue un momento revelador que abrió mi mente y me llevó a emprender, cumplir mi sueño y establecer mi marca".

Con tres máximas, maximalismo, diversión y mucho color, y un sello muy personal: "Mis colecciones van más allá de las tendencias con prendas atemporales de estética maximalista, divertida y muy colorista, es una apuesta arriesgada, reconocible y diferente que no se deja influenciar".

Un universo de moda en el que el color reina y que se inspira en los viajes que la diseñadora realiza: "Mi principal fuente de inspiración son mis viajes, que siempre han tenido un papel fundamental en mi vida. Los textiles de culturas ancestrales y de pueblos remotos me fascinan, y siento una conexión especial con sus colores vibrantes, estampados, texturas y bordados. Me motiva especialmente la idea de preservar este legado de colores y técnicas. Tengo un libro sobre textiles del mundo que es como mi biblia. Haber vivido en países como Tailandia y China, y viajado por lugares como Bolivia, Guatemala, Marruecos, Senegal o Vietnam, me ha permitido conocer más sobre estas culturas y es mi mayor inspiración".

Sus modelos son tan distintos y especiales que han acaparado la atención de los estilistas, y de ahí a formar parte del vestuario de algunas de las series más aclamadas de Netflix como 'Sex Education' o 'Élite'.

"Lo que nos diferencia son el diseño, los materiales, la fabricación y el patronaje. Nuestras prendas de alta calidad están diseñadas con mimo para que se ajusten perfectamente al cuerpo femenino y resulten favorecedoras. La identidad de la marca se centra en el maximalismo y la combinación de elementos como estampados, brillos, colores vibrantes, chorreras, hombreras llamativas, apliques, mangas de farol, patchwork, lazadas, entre otros. Esto ha creado en la marca una identidad única y muy reconocible", dice la asturiana.

Las fanáticas de Celia B se pelean por cazar sus tres bestsellers cada temporada. "El vestido Baba, Raffaella y Jade, tres iconos que se renuevan colección tras colección. Además, las prendas de crochet son otros de nuestros superventas. Nuestras prendas no se limitan a temporadas de primavera y verano, y cada vez más personas optan por llevar colores y prendas alegres durante el invierno, lo que hace que nuestros abrigos acolchados de colores sean muy populares".

Desde mujeres de 30 años que usan sus piezas para salir de fiesta, asistir a eventos o trabajar hasta mujeres mayores de 70, su moda no tiene edad. "La mujer que elige Celia B es ecléctica, busca prendas que realcen su feminidad y que le hagan sentir bien y única. Contribuyen a un mundo más colorido y alegre, algo que defendemos a través de nuestro trabajo", detalla.

En el punto de mira de sus sueños, el alter ego de una mujer de 58 años de fama mundial, Carrie Bradshaw: "Es un verdadero icono de la moda, al que un día me gustaría vestir", confiesa la diseñadora asturiana.

El futuro de la moda en España y el de su propia firma, Celia B, está garantizado. "La moda española se encuentra en un momento muy interesante, no solo por la cantidad de propuestas creativas que llevan surgiendo en los últimos años, sino también porque el público es cada vez más receptivo, educado y dispuesto a invertir y apoyar diseños diferentes y de calidad. Por mi parte, en este momento estoy explorando el mundo de la decoración, algo que me apasiona. Tengo una pequeña colección de 'homeware' que irá creciendo poco a poco. Es un proyecto que disfruto mucho y que seguiré desarrollando", cuenta Celia.

Un presente y un futuro en el que el color, la alegría y las buenas vibraciones mandan por encima de cualquier otra cosa.