Teresa Helbig conquista París con sus minivestidos y sus bordados geométricos

Llevamos días poniendo el foco de atención en París. Cierre del circuito internacional de las semanas de la moda, en las últimas jornadas Chanel, Miu Miu o Louis Vuitton expusieron al mundo sus colecciones para el otoño-invierno de 2024/2025. Pues la cosa no había terminado. Quedaba un nombre, una marca en concreto, por presentar su nueva línea y que aquí, en España, es todo un referente: Teresa Helbig. La ganadora del Premio Nacional de Diseño de Moda 2023 cumple hoy uno de sus grandes sueños, ver como sus creaciones se contonean por una pasarela ubicada en la capital francesa.

De buena mañana, Helbig y su equipo, muy bien acompañados por amigas, celebrities y representantes de los medios de comunicación españoles, se han montado a bordo de un avión de Iberia con el nombre de la catalana. Entre esos rostros conocidos, Eugenia Martínez de Irujo, Macarena Gómez y Leonor Watling, las tres íntimas, fieles clientas del sello Helbig y habituales en sus front row.

Teresa Helbig lleva 27 años dando guerra, literal. Con el lema 'Una mujer Helbig nunca pasa desapercibida' por bandera, la diseñadora (junto a su madre, la otra Teresa del taller) ha hecho suyos el 'rock and roll', el romanticismo, la rebeldía y el empoderamiento de la mujer, siempre respetando la tradición por la costura y el trabajo arsenal hecho con mimo. Sus modelos se caracterizan por geometrías retorcidas a base de retales de tul, mangas cortas abullonadas, costuras en relieve, bordados hechos a mano, pieles desgastadas, blusas románticas, faldas muy cortas y colores tierra. Cuando ves un Helbig, lo reconoces a vista de pájaro.

A lo largo de estos años ha vestido a la reina Letizia, a Begoña Gómez, a Leticia Dolera, a Clara Lago, a Martina Klein, y también a estrellas internacionales como Saoirse Ronan, Zendaya, Eva Longoria o Halle Berry.

Casualidades del destino, la última colección que presentó en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid durante el mes de septiembre de 2023 se llamó 'París Texas'. Un viaje que partía desde la Ciudad de la Luz, con los colores luminosos, los tules de seda, hasta Texas, en el estado de la estrella solitaria, y que marcó el principio de su ubicación actual: desfile en París.

'1832 Sur Mer', que así ha decidido Helbig bautizar a su colección FW24/25, ha tenido lugar en el emblemático barrio parisino de Le Marais, en el edificio que fue Museo Pierre Cardin y que en la actualidad alberga la Gallerie Joseph. Inspirada en la atemporal novela de Victor Hugo 'Los miserables', y enriquecida por una cultura francesa exquisita y sofisticada, Helbig rinde un homenaje a la lucha por la redención, la tenacidad y la búsqueda de la justicia a través de las prendas.

Distribuidos en dos plantas, los invitados al desfile han disfrutado del estilo Helbig en directo. La puesta en escena, con un montaje central que recordaba a los musicales en torno a la citada novela y la bandera de Francia presente del techo al suelo, era en realidad un guiño al país que ha acogido la nueva colección de la catalana. El show ha comenzado con un primer acto: una modelo metida en la piel de una actriz recorriendo el edificio ataviada con una capa de tul blanco.

Acto seguido, la primera modelo ha lucido un minivestido de silueta 'sixty' estampado con un motivo tartán en blanco, azul y rojo, de nuevo, los colores de la bandera representados en el desfile. Una gama cromática que ha teñido parte de la propuesta inicial de la diseñadora, que ha jugado a su antojo con estos tres tonos, bien solos o bien empastados.

En general, los minivestidos con ese patrón, es decir, cuello redondeado, silueta estructurada, largo reducido y bajo evasé han sido protagonistas de principio a fin. Helbig los ha presentado en una diversidad de diseños, pero con un punto común: su ADN. Bordados con cuentas, combinando dos tejidos en su corte, con faldas voluminosas que parecían volar y hechos con texturas.

Más prendas cortas. Shorts acompañados de jerséis marineros, faldas con chaquetas tipo bomber, camisas con mangas cortas abullonadas o sudaderas con capucha y conjuntos de estética utility.

Otra de las piezas insignias de la mujer Helbig son los vestidos vaporosos de largo midi. Fabricados en materiales nobles como el satén, el tul o la gasa, le han servido a la catalana para crear faldas tableadas a base de flecos gruesos de patrón regio y otros fluidos que emulaban al slip dress. En estos vestidos tampoco han faltado las geometrías retorcidas a base de retales de tul, una de las señas que identifican sus looks. Uno de estos diseños se ha visto en la figura de la modelo Pino Montesdeoca.

En esta parte del desfile, la gama cromática ha dejado los rojos y azules para teñir con los tonos maquillaje las prendas. Como excepciones, un vestido azul cielo y otro en verde manzana que brillaban por sí solos.

La moda nupcial, un filón en la marca de la catalana, ha estado representada por dos estilismos. Un vestido de novia puro y duro de escote en pico y falda ligera, y uno más rompedor, en el que la novia llevaba un short, un jersey de punto con balaclava y velo.

Tiras bordadas, camisas con cuellos y puños románticos, abrigos peludos con capucha, prendas estampadas a rayas, pantalones con silueta relajada, bolsillos como elementos decorativos y transparencias, así es el cóctel de Teresa Helbig.

Apuntando a los accesorios, las modelos han calzado dos tipos, unos zapatos de salón destalonados con tacón sensato o unas bailarinas tipo Mary Janes.

Al final del desfile, una ovación ha recibido a la creadora. Aplausos y los invitados de pie mientras Teresa recorría esas dos plantas en busca de su madre, la otra Teresa, y juntas de la mano, han puesto el broche de oro al show.