Blanca Cuesta y su armario estival: una lección de estilo personal y sostenibilidad en alta mar

En un momento en el que las redes sociales y las revistas dictan nuevas tendencias cada semana, Blanca Cuesta nos recuerda desde la cubierta de un yate que la verdadera elegancia no está en estrenar, sino en saber conservar. Su estilo veraniego, discreto y coherente, nos devuelve a una noción cada vez más relevante: la sostenibilidad en moda también se ejerce desde el armario personal. Mientras muchas celebrities renuevan cada temporada sus maletas con las últimas colecciones resort, Blanca opta por algo más auténtico: repetir piezas clave de otras temporadas, cuidarlas y seguir dándoles uso en sus vacaciones en alta mar.

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B. M.

Durante una reciente jornada de navegación, Blanca Cuesta volvió a dar una lección de estilo relajado y personal, alejado de las imposiciones del fast fashion. Sus elecciones textiles —un microshort blanco de algodón, un bikini caqui con vivos en fucsia y una gorra con logo desgastado— no son nuevas, y precisamente ahí reside su valor. La repetición, en este caso, no es falta de imaginación, sino compromiso con una estética que huye del consumo voraz.

El primer look que nos regaló en cubierta fue un clásico de verano: camiseta blanca básica de tirantes y microshort del mismo tono. Esta combinación, que podría parecer sencilla a primera vista, cobra fuerza gracias a su ejecución perfecta. El short, con dobladillo deshilachado, potencia su silueta atlética y resalta el tono dorado de su piel, mientras que la camiseta ajustada sin pretensiones funciona como declaración de intenciones: menos es más. Este conjunto confirma que los básicos bien elegidos son eternos, y que en vacaciones, la comodidad no está reñida con el buen gusto.

Pero donde Blanca realmente se adueña del terreno estilístico es en su elección de bañador. El bikini caqui que lleva en sus baños en alta mar es una pieza que ya hemos visto en otras ocasiones, y eso la hace aún más interesante. Se trata de un modelo de triángulo con tiras laterales y un toque de color magenta en el borde superior del top: una combinación que equilibra sobriedad con tendencia. El caqui es un tono que ha recuperado protagonismo en la moda de baño por su versatilidad y conexión con lo natural, y en pieles como la de Blanca funciona especialmente bien.

El tercer look lo completa con una gorra tipo baseball con logo. No es una gorra cualquiera: se trata de un modelo de la firma Dean & Dan Caten (Dsquared2), con una estética algo desgastada y vintage. Este accesorio cumple una doble función. Por un lado, encaja con ese aire sport que define el estilo de la artista. Por otro, cumple un rol funcional clave: proteger el rostro del sol, especialmente en rostros propensos a manchas solares. Este gesto consciente no solo tiene sentido estético, sino también dermatológico, algo que muchas veces se olvida en el culto desmedido al bronceado.

En conjunto, los estilismos de Blanca Cuesta nos hablan de una mujer que sabe quién es y no necesita demostrar nada. Lejos del frenesí por las últimas colecciones o los bikinis más virales de Instagram, su maleta estival contiene piezas que sobreviven al tiempo, al agua salada y a las modas efímeras. Y eso, en sí mismo, es una declaración de estilo.

Mientras otras figuras públicas se esfuerzan por no repetir un solo look en todo agosto, Blanca repite bikini, gorra y camiseta con orgullo. En tiempos donde la sostenibilidad es una urgencia, ella nos recuerda que cuidar y reutilizar también puede (y debe) ser glamuroso.