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Galatzó: el secreto natural de Mallorca
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Galatzó: el secreto natural de Mallorca

Parece mentira que a pocos kilómetros del ajetreo playero de Mallorca pueda existir un remanso de paz como la possesió Galatzó. Con 14 millones de metros

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Galatzó: el secreto natural de Mallorca

Parece mentira que a pocos kilómetros del ajetreo playero de Mallorca pueda existir un remanso de paz como la possesió Galatzó. Con 14 millones de metros cuadrados de espacio natural, la mayor finca de titularidad pública de las islas Baleares se ha convertido en los casi tres años que lleva perteneciendo al patrimonio municipal de Calvià en el lugar favorito de los mallorquines para practicar senderismo y mantener el contacto con la naturaleza. Cuando este verano ponga sus pies en la isla para disfrutar del sol reserve una jornada para descubrir este tesoro: no lo olvidará.

 

Galatzó ha sido desde siempre un lugar fundamental en la isla. Desde tiempos prehistóricos el ser humano llegó hasta estas tierras e hizo de ellas su hogar entre encinas, pinares y garrigas. Prueba de ello son los más de 15 núcleos arqueológicos catalogados, que van desde las épocas petalayóticas (los primeros pobladores de Mallorca, allá por el tercer milenio aC) hasta las culturas romana o árabe, de las que se han encontrado diversas cerámicas. De hecho, se cree que el origen de la finca está en una alquería árabe. Durante la edad moderna y contemporánea la finca perteneció a varias familias nobles.

Lo más impresionante del terreno, de todos modos, no es su patrimonio prehistórico, sino el enclave en el que está situado. La finca se encuentra en la Serra de Tramuntana, surcando su orografía en torno a un valle recorrido por un torrente y flanqueado por montañas. Entre ellas, el impresionante Puig de Galatzó, que con sus 1.027 metros de altura es uno de los picos más representativos de la isla. Sobre él corren mitos y leyendas, como la del Comte Mal, que fue condenado a muerte tras aterrorizar a los habitantes de la zona con sus fechorías y que incluso después seguía cabalgando eternamente sobre un caballo negro envuelto en llamas. Desde su cima se puede divisar el pueblo de Estellencs, la Mola de Planicia, el mar y en los días despejados incluso se puede divisar en el horizonte el archipiélago de Cabrera.

El mejor modo de acceder a Galatzó es a través de la carretera que une es Capdellà con Galilea, en un desvío a la izquierda situado apenas dos kilómetros después de salir de la primera localidad. No le costará encontrarla: a la entrada un gran arco delimita el terreno de la finca. Una vez en ella se puede recorrer buena parte del terreno a pie. Existen cuatro rutas con diferentes grados de dificultad que permiten recorrerla a pie, en bicicleta o a caballo. Las indicaciones en el camino sirven como referencia para encontrar yacimientos arqueológicos o conjuntos etnográficos y además, si la recorre en otoño podrá llevarse a casa los tesoros micológicos que por aquí crecen.

Parece mentira que a pocos kilómetros del ajetreo playero de Mallorca pueda existir un remanso de paz como la possesió Galatzó. Con 14 millones de metros cuadrados de espacio natural, la mayor finca de titularidad pública de las islas Baleares se ha convertido en los casi tres años que lleva perteneciendo al patrimonio municipal de Calvià en el lugar favorito de los mallorquines para practicar senderismo y mantener el contacto con la naturaleza. Cuando este verano ponga sus pies en la isla para disfrutar del sol reserve una jornada para descubrir este tesoro: no lo olvidará.