Ser o no ser socio de un club social. Esa es la cuestión
Pertenecer a un club es una forma de ocio, pero también una seña de identidad que marca la diferencia y el estatus. ¿Quieres entrar? Advertencia: no todo el mundo está admitido
El concepto es sencillo. Un club aglutina a personas con gustos e intereses parecidos: fútbol, tenis, lectura, arte, labores… De ahí, surge un lugar de encuentro social garantizado, una vida ociosa determinada, conexiones, conversaciones y vínculos que en la calle, en el trabajo, o en familia no siempre surgen. En definitiva, nace un clan en el que ser socio influye en el estatus y aporta infinidad de ventajas.
Y es que una partida de golf puede ser una ocasión ideal para cerrar un contrato; el almuerzo, el momento de cambiar de trabajo; una tarde de cartas, esa oportunidad para hablar de algo importante; una conferencia, el lugar donde conocer a personas que tienen las mismas inquietudes intelectuales… ¿Te interesa? Pues ahí va una exclusiva selección de donde elegir.
Mujeres al poder
Una casa palacio del siglo XIX, situada en pleno barrio de Salamanca, alberga uno de los clubes más exclusivos de España. Se llama Alma y sus socias y algunos hombres buenos -como se recibe amablemente al sector masculino- lo definen como “un entorno estimulante, inspirador y cosmopolita, en el que satisfacer las inquietudes profesionales, personales y culturales”. Y si te haces socio, ¿qué privilegios tendrás? Desde acudir a interesantes tertulias y eventos de literatura, ciencia, tecnología o arte hasta gozar de un trato personalizado en el área de belleza y bienestar, pasando por la opción de trabajar en uno de sus múltiples despachos de coworking o de disfrutar de su cocina, donde chefs como Mario Sandoval o los hermanos Roca ya han deleitado a sus miembros. Más información: 918 19 51 70.
El glam de la City
Importado de la City londinense (con escudo real incluido), descubre el recién inaugurado Hedges Club en la zona alta de Barcelona. ¿Qué ofrecen? El concepto de club de élite inglés adaptado a los tiempos que corren. Para empezar, se presenta como un lugar donde poder trabajar, reunirse, pensar y tomarse algo sin estrés y con un alto nivel intelectual y profesional. De hecho, los móviles no están permitidos en ciertas zonas del club. Un espacio de encuentro, networking y afterwork reservado a la flor y nata empresarial, intelectual y social de la ciudad condal. Más información: 930 07 94 54.
¿Plan deportivo?
El panorama de clubs deportivos se ha democratizado en la última década, pero no dejan de ser entornos en los que como en Cheers, todo el mundo sabe tu nombre. ¿Qué opciones encontrarás? Por una parte hay antiguas instituciones de rancio abolengo como el Real Club de Puerta de Hierro en Madrid, Pineda en Sevilla, Jolaseta en Bilbao o el Club de Polo de Barcelona, donde el buen ambiente no puede ser mejor. ¿Problema? O no admiten a nuevos socios (porque solo con las generaciones que llegan ya suman demasiados), o las cuotas de ingreso son una invitación a decir que no, dada le elevada suma que hay que pagar. Así que si quieres hacerte socio de algún club, el mejor probablemente sea aquel que está cerca de tu domicilio, trabajo o en el lugar donde veraneas. ¿Las claves para elegir bien? Tener en cuenta las instalaciones deportivas, los profesores que imparten clases y las actividades que organizan. ¿Algunos ejemplos democráticos? David Lloyd (tiene establecimientos tanto en Barcelona como en Madrid), el club Somontes (Madrid), Real Club de Tenis de Zaragoza... En todas las ciudades encontrarás uno adaptado a tus necesidades.
El concepto es sencillo. Un club aglutina a personas con gustos e intereses parecidos: fútbol, tenis, lectura, arte, labores… De ahí, surge un lugar de encuentro social garantizado, una vida ociosa determinada, conexiones, conversaciones y vínculos que en la calle, en el trabajo, o en familia no siempre surgen. En definitiva, nace un clan en el que ser socio influye en el estatus y aporta infinidad de ventajas.