Diez vinos muy diferentes con los que sorprenderás a tu pareja

Sorprender, sorprenderos o que te sorprendan. Cualquiera de los tres son motivos válidos para la elección de alguno o algunos de estos vinos para una fecha tan señalada como este 14 de febrero, 'día internacional del amor'… Teniendo claro el objetivo (celebrar, disfrutar y compartir en pareja), estas diez referencias cumplen a la perfección. Variados perfiles y tipos para gustos diversos; pero cualquiera de ellos, ideal también para una velada romántica.

El acompañamiento sólido debe estar en sintonía, por lo que una selección gourmet sería lo más indicado, pues lo suyo es no tener que cocinar, si bien la alternativa estupenda es que te lo lleven todo preparadito a casa. Elegido el vino y su partner, solo falta escoger el momento… aunque el mayor lujo sería poder celebrar toda la jornada. Sueños aparte, estos vinos serán una estupenda compañía para el almuerzo o durante la cena; y, seguro, muchas gratísimas sorpresas por lo que vais a encontrar en estas botellas. Y también, reseñable, con precios asequibles para una ocasión de esta índole, que siempre agradece un ‘esfuercito’ extra.

Para abrir boca, y mientras tomáis un aperitivo o decidís sobre la parte sólida, dos estupendos rosados con frescura y cuerpo a la vez, ideales para ese pica-pica con el que podéis comenzar la velada. El primero es de la riojana Lalomba, el proyecto del grupo Ramón Bilbao asentado en la elaboración de vinos de finca. Lalomba Finca Lalinde 2020 (22,75 euros) está elaborado con uvas de garnacha a la que suman un 10% de la blanca viura. El resultado: sabroso con ricas notas de fruta ácida y flores, un vino que envuelve la boca por su untuosidad, pero también con muy buena frescura que le aporta persistencia.

El segundo rosado procede de la Ribera del Duero, de la bodega Cillar de Silos, Rosado de Silos 2020 (8,90 euros). Otra estupenda elaboración con una buena estructura (cuerpo), por lo que hará un papel extraordinario con unos marisquitos iniciales, conservas o un buen ibérico de bellota. Se cuenta entre los rosados referentes de la zona y se compone de tempranillo con un pequeño porcentaje de albillo. Aromático, fresco, fino, vivo y bien jugoso. Si os dejáis llevar, ambas botellas caerán sin daros cuenta.

Para no incidir mucho más en las sorpresas que puede deparar un buen rosado, los siguientes dos vinazos blancos son de muy distinta procedencia y perfil, pero ambos los podréis escoger como acompañantes perfectos de principio a fin porque si optáis por un menú más bien carnívoro os sorprenderá cómo aguantan. Y es que son dos etiquetas de enorme poderío.

Pazo Señorans Selección de Añada 2012 (37 euros), de la bodega gallega que le da nombre, Pazo de Señorans, una de las firmas de referencia de las Rías Baixas. Demuestra lo grandioso que puede ser un albariño sin tener contacto alguno con la madera (ni foudres ni barricas). Alucinante y sorprendente. Para describirlo: elegante, expresivo, carnoso, con volumen, equilibrio, untuosidad, frescura, salinidad... ¡Infinito!

Y luego está el de Marqués de Murrieta, Capellanía Reserva 2016 (33,50 euros), uno de los grandísimos blancos riojanos. Y es que, aunque parezca extraño, Rioja, en el origen de los tiempos, fue territorio de elaboraciones blancas. Pues eso, otra pista para disfrutar sin cansarse, con cuerpo, cremoso, intenso en aromas (fruta de hueso, frutos secos, tostados), con buena acidez y un larguísimo paso de boca. Elaborado en su totalidad con viura (variedad autóctona riojana) de más de 75 años, tuvo una crianza de 16 meses en barricas de roble francés.

Por supuesto, para una ocasión como la que nos ocupa las burbujas no pueden faltar, y en nuestro país hay muchas y muy buenas. Razón por la que podemos optar por la curiosidad. Y es que Lumen Brut Reserva 2018 (16 euros), de Bodegas Bilbaínas, es el primer espumoso riojano que ha salido de la denominación Cava para acogerse a la DO Rioja, donde ya es posible hacer vinos espumosos. Elaborado con uvas de garnacha, es un vino con estupenda frescura al tiempo que amable y vivo, vibrante, con una fina y persistente burbuja. Ideal, por ejemplo, si habéis pensado en cocina japonesa; pero, por supuesto, perfecto con mariscos, quesos o incluso guisos sin excesiva elaboración.

Para los que prefieran tinto por encima de todas las cosas, las posibilidades son inabarcables, por lo que para esta recomendación miramos hacia etiquetas menos populares e incluso alguna no muy conocida. Pero las cuatro, de nuevo, ¡para sorprender, sorprenderte, sorprenderos! Ahí van...

Desde las islas mallorquinas, bajo la indicación geográfica Vino de la Tierra de Mallorca (VT Mallorca), Àn 2019 (38 euros aproximadamente), el vino top de Ánima Negra elaborado con la combinación de cepas viejas de callet, variedad que sólo existe en Mallorca, con el añadido de un 5% de mantonegre y fogoneu, otras dos uvas autóctonas. Tiene una crianza de 18 meses en barrica francesa y es un vino original por diferente, expresivo, complejo y rico en aromas, con frescura, sabroso, de paso sedoso y un final largo y elegante.

El siguiente puede ser el avulense Pegaso Barrancos de Pizarra 2017 (31 euros), una profunda, elegante y fresca garnacha de la Sierra Gredos que firma el afamado Telmo Rodríguez en la DO Cebreros. Se puede deducir por su nombre el tipo de suelos en el que crecen las cepas (y por lo que notaréis mineralidad en el vino), todas viñas viejas en vaso, con una crianza que oscila entre los 24-30 meses en barrica francesa.

Otro valor seguro es este vino de mencía, uva autóctona del Bierzo, de la bodega Dominio de Tares.

Bembibre 2017 (24 euros). Elaborado con cepas de más de ochenta años y con un paso por barrica francesa que varía entre 14 y 16 meses. Otra etiqueta con largo recorrido muy atractiva en la nariz y con una boca corpulenta, viva (dada la acidez que conserva) y persistente que va ganando a medida que pasa tiempo en la copa.

Y de las prestigiosas Bodegas Mauro, con el gran enólogo Mariano García a la cabeza, su Mauro VS 2018 (56,75 euros aproximadamente). Un grandioso tempranillo de uvas seleccionadas con 26 meses de crianza en barrica francesa. Amplio, expresivo, sabroso, con nervio, frutal, fino. Infinito. Otro vinazo de los muchos que llevamos, y cuatro tintos que contribuirán aque tengáis un buen ratito…y rico.

Y no me resisto a apuntar un vino ‘especialísimo’ para la ocasión especial que queremos celebrar: Palo Cortado Leonor (26,80 euros), de las jerezanas bodegas González Byass. Porque sin lugar a dudas los vinos generosos son de los más especiales que existen en el mundo, y este palo cortado lo es por méritos propios. Más allá de explicar el complejo sistema por el que se convierten en excepcionales vinos, dadle y daos la oportunidad. Solo dos apuntes técnicos: está elaborado con una blanca de palomino fino y tiene 12 años de crianza en botas (barricas de los vinos de Jerez).

A la vista muestra un bonito color caoba propio de tantos años de envejecimiento; a partir de aquí, no faltan las notas lácticas, los frutos secos, la naranja amarga… Todo un despliegue de sensaciones que irán apareciendo a medida que degustáis cada sorbo, ¡larguísimo!. Una maravilla irrepetible qué solo se hace en el Marco de Jerez; por eso único y especial, pero, además, un auténtico placer para los sentidos que os puede acompañar con una selección de quesos para el momento dulce… Bueno, llámalo dulce, llámalo salado, llámalo X.