A la exquisitez por la imperfección: trucos para crear una firma de cerámica única

Eva Llamas había alcanzado una supuesta plenitud laboral trabajando en marketing y publicidad. Tenía un puesto bien remunerado y el reconocimiento de sus colegas tras doce años dándolo todo en el mundo digital, aunque también altas dosis de estrés y una desconexión de sí misma que la obligó a bajar revoluciones. Fue así como empezó a tomar clases de cerámica, a experimentar con las manos, el torno, los esmaltes y a aprender de los mejores maestros alfareros; lo que la llevó a tomar una de las decisiones más radicales y satisfactorias de su vida: crear Eva’s Sand.

“Desde pequeña soñaba con ser jefa. Después de muchos años de experiencia profesional en distintas empresas, comprendí que lo que quería en realidad era ser mi propia jefa”, cuenta Llamas, quien con el barro, la porcelana y la cerámica hace una oda al movimiento ‘slow’, al goce de cada uno de los sentidos y a la experiencia del presente, como única forma de realización y libertad.

Así empezó todo

“Todo empezó cuando era pequeña, tenía la idea de formar una empresa, como mi padre. Creo que porque él era el jefe y yo quería serlo también”, explica, aunque recuerda que antes de llegar a esto pasó doce años trabajando en grandes multinacionales del sector del marketing y la publicidad digital, alcanzando, incluso, puestos directivos: “Fue un camino muy emocionante y de mucho aprendizaje, pero hubo un momento en el que dejé de sentir satisfacción y solo sentía obligación”.

“Nunca he llevado bien que, generalizando, muchas veces las grandes empresas no reconozcan adecuadamente el trabajo, que seamos meros peones y que otros se anoten tus puntos. Estaba tan desmotivada de todo que decidí apuntarme a unas clases de cerámica para desconectar. Me gustaron tanto que supe que me iba a dedicar a ello en la segunda clase”.

Principales obstáculos

“España no es un país fácil para emprender, aunque tampoco es imposible si te lo propones y eres constante. Te diría que el principal obstáculo eres tú mismo y lo que estés dispuesto a arriesgar para hacer lo que de verdad te apetece”, confiesa la ceramista. “Yo me lancé sin mirar atrás, intentando estar muy segura de mi decisión y volcándome en esta nueva pasión. Mi visión era poder ser dueña de mi vida y de mi trabajo, y sabía que iba a tener que trabajar mucho para ello, pero estaba convencida de que llegaría lejos”, señala no sin un punto de emoción en la voz.

"Si intentas no mirar atrás y visualizas todo lo positivo que te puede aportar tomar el control de tus decisiones, serás capaz de superar cualquier obstáculo"

"Aparecerán otros obstáculos, como un socio o un colaborador que no comparte tu visión, problemas con terceros, con proveedores, etcétera, como en cualquier otro trabajo, pero lo importante es no perder de vista tu objetivo ni tu esencia”.

Tus errores

Eva tiene claro cuál fue su principal fallo: “Pensar que no podría hacerlo sola”. Se recuerda intentando animar a su entorno para montar una empresa de cerámica artesanal: “Obviamente todas tenían sus trabajos y no iban a dejarlos por mis locuras, así que fui avanzando sola con mi marca de productos artesanales, Eva’s Sand, hasta que monté un estudio con otra persona. Aquello fue bien varios años hasta que se acabó, y tuve que empezar de cero. Quizás con cualquier otra persona no se hubiera acabado, pero mirando hacia atrás, no volvería a dudar de mí misma para andar el camino yo sola. Por suerte, hoy cuento también con personas que me ayudan y me aportan muchísimo, y eso también ha sido un regalo de los últimos años”.

Tus aciertos

“Confiar en mi propio criterio y ser fiel al estilo de piezas que siempre tuve en mente”, dice orgullosa nuestra protagonista. “Cuando busco vajillas, nunca encuentro lo que quiero, por eso decidí fabricar yo misma lo que deseaba, esperando no ser la única a quien le gustara la imperfección y el romanticismo de la cerámica artesanal, con huellas de estar hecha 100% a mano desde cero".

“Cuando empecé a recibir los primeros pedidos y las primeras alabanzas sobre mi trabajo, no cabía en mí de alegría y emoción. Cada vez hay más demanda, aunque también hay mucha nueva oferta, nuevos pequeños artesanos que, como yo, se han lanzado a vivir de este fantástico universo”.

Una anécdota

“Recuerdo que una de mis amigas llegó a calificar mis piezas 'como de los Picapiedra’, precisamente por la rusticidad que me gustaba transmitir con ellas. Es una gran anécdota que me gusta contar, porque hoy todas mis amigas, incluida ella, son mis mayores fans, y grandes amantes de la cerámica artesanal”.

La clave de tu éxito

“Creo que es la originalidad de los diseños. Hace siete años, cuando empecé, eran muy diferentes a lo que se podía encontrar en cualquier tienda de decoración o en unos grandes almacenes. En aquella época se estaban poniendo de moda también los platos pintados —yo no pinto platos, yo los hago de cero, desde un trozo de barro, dándoles forma, horneándolos, poniendo color, de principio a fin—; es un proceso muy diferente y en aquel momento muy desconocido, pese a que España es un país de gran tradición cerámica”.

Lo primero que haces al empezar el día…

“Entrar en Instagram”, admite. “Para mí ha sido y es un canal de ventas muy importante, clave para dar a conocer mi trabajo y todo el proceso que hay detrás, para explicar por qué es tan lento y de tanto valor. Ahora que soy madre, he disminuido drásticamente el tiempo que dedico a Instagram, pero es un canal muy potente e intento seguir utilizándolo todo lo que puedo”.

… y al acabar la jornada

“Termino mi día chequeando emails y también Instagram. Es una especie de ritual, aunque sé que terminar el día con pantallas no es lo ideal, a mí me relaja ver contenido que me inspira y me transporta a otros lugares. Me genera sensación de paz”.

Consejo para emprendedores

“Ser constante y creer en uno mismo. Aunque parezca un cliché, considero que se puede conseguir emprender satisfactoriamente si se mira hacia adelante, con ilusión, y sin importar lo que puedan pensar de ti. Ahora mismo estoy creando una línea de producto más orientada al arte, y para mí es casi como emprender de nuevo, ya que adentrarse en este mundo no es fácil. No niego que tengo algo de miedo de que mis nuevas creaciones no gusten, aunque el gusanillo de correr ese riesgo, es lo que me sigue motivando a recorrer nuevos caminos”.

¿Ha merecido la pena luchar por tu sueño?

“Rotundamente, sí, incluso a pesar de los malos momentos, que los hay”, afirma nuestra protagonista. “Yo soy dueña de mi vida y de mis decisiones, de mis aciertos y de mis errores, y no hay nada más satisfactorio para mí que la libertad de no depender de nadie”.

¡Plato!