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Sally Hambleton o la capacidad de reinventar el arte floral a golpe de talento y buen gusto
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Sally Hambleton o la capacidad de reinventar el arte floral a golpe de talento y buen gusto

Perfeccionista y agradecida, así es el genio que da forma a unos arreglos tan silvestres como sofisticados, tan divinos como elegantes. Hablemos de errores y aciertos, de flores y negocio

Foto: Diez años en la banca y un despido providencial permitieron a Sally Hambleton convertirse en una exquisita artista floral. (Cortesía)
Diez años en la banca y un despido providencial permitieron a Sally Hambleton convertirse en una exquisita artista floral. (Cortesía)

Esta artesana floral puso un toque de color y elegancia en la petición de mano de Letizia Ortiz y Felipe de Borbón. También en las dos fiestas más sonadas de las ofrecidas por Victoria y David Beckham durante su estancia en Madrid. O en los exclusivos saraos de firmas tan prestigiosas como Bollinger, Jimmy Choo, Tous, Loewe, Yves Saint Laurent, Hermès, Chanel o Tiffany & Co., entre otras. A Sally Lerma Hambleton (Madrid, 1971) la suerte la visitó en forma de despido, gracias al cual pudo tomar una de las decisiones más importantes de su vida: dedicarse de lleno al mundo de las flores.

placeholder Magia floral al estilo Sally Hambleton. (Cortesía)
Magia floral al estilo Sally Hambleton. (Cortesía)

Su amor por la naturaleza y su gusto exquisito le viene de familia, al igual que la afición por las telas, los estampados, las antigüedades y el arte, herramientas todas ellas con las que ha creado su empresa. Hoy, Sally Hambleton cuenta con doce empleados y cuatro locales, así como un programa de formación que se nutre de sus viajes anuales a Inglaterra con su madre y su hija. Anticuarios, galerías, literatura, cine y música son las fuentes que inspiran su talento natural. Su energía y su fuerza de voluntad hacen el resto.

Así empezó todo

Sally confiesa que las flores le han gustado desde siempre, aunque nunca imaginó que pudiera dedicarse a ellas profesionalmente. “En España, en 1989, terminabas el colegio y estudiabas algo 'serio'. Si no tenías una vocación muy clara, pero sí una buena nota en selectividad —como era mi caso—, casi inevitablemente te sugerían que estudiases Derecho o Económicas. Yo aposté por el Diseño de Interiores”, explica.

placeholder Arreglo floral de Sally Hambleton. (Cortesía)
Arreglo floral de Sally Hambleton. (Cortesía)

Tras graduarse, trabajó diez años en el sector financiero hasta que la despidieron: “Me encontré, por primera vez en mi vida, con tiempo y algo de ahorros —más la indemnización—, así que decidí tomarme unas vacaciones en Londres y hacer varios talleres de diseño floral por puro hobby. Ahí nació todo. Volví a casa y le dije a mi marido: 'Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida', y hasta hoy”. Han pasado 20 años.

Principales obstáculos

“Tenía un desconocimiento absoluto del sector”, confiesa sin pensárselo. “Tuve que aprenderlo todo sola, no tenía referentes en España y las pocas escuelas de diseño floral que había no enseñaban el estilo que me interesaba. Además, no existían las redes sociales, ni la formación online, ni nada parecido. Fue complicado pero al mismo tiempo apasionante. Recuerdo la primera vez que fui al mercado de Aalsmeer de Holanda –el mercado de flores más grande del mundo–, no daba crédito. Aprendí mucho y me equivoqué muchísimo también".

placeholder Bolsa con flores de Sally Hambleton. (Cortesía)
Bolsa con flores de Sally Hambleton. (Cortesía)

Tus errores

“¡No hay suficiente espacio para contestar esta pregunta!”, exclama nuestra protagonista, aunque aclara que, quizá, todo se podría resumir en uno: “No tenía un plan de negocio. No sabía nada del sector, ni sobre cómo funciona una empresa. Debería haber empleado el dinero de mi indemnización en hacer un máster de gestión; se lo recomiendo a todo el mundo. Es más romántico lanzarse en plancha como hice yo, pero mucho menos inteligente y mucho más caro a todos los niveles”.

Tus aciertos

“Creo que el principal acierto no tiene que ver con una decisión meditada, sino que fue fruto de la casualidad: el timing. Llegamos al sector en 2003, en un momento el que, claramente, necesitaba renovarse”. Compraba flores regularmente cuando trabajaba en el banco y disfrutaba creando sus propias composiciones, mezclándolas con elementos que cortaba del jardín.

“No encontraba ramos ya hechos con arreglos silvestres, con flores pequeñas y aspecto campestre, que son los que a mí me gustaban”, recuerda Hambleton. Por otro lado, se alegra de haberse subido al carro de las redes sociales desde el primer momento: “Esa labor de comunicación que hicimos y seguimos haciendo en Instagram nos ha traído muchos trabajos increíbles por el mundo entero”.

placeholder Sally Hambleton y sus flores, un lenguaje universal con infinidad de significados  positivos. (Cortesía)
Sally Hambleton y sus flores, un lenguaje universal con infinidad de significados positivos. (Cortesía)

Una anécdota

“Una seguidora de Instagram nos encargó decorar una fiesta en su casa de... ¡Nueva Zelanda! Le dimos largas durante semanas pensando que era alguien que nos estaba tomando el pelo, y al final resultó ser cierto. Volamos a Nueva Zelanda e hicimos el trabajo. Fue increíble”.

La clave de tu éxito

“Nuestro producto. A pesar de estar hecho a mano y con un material que se muere a los pocos días, conseguimos ofrecer unos arreglos de flores que, a mi juicio, son exquisitos”, dice orgullosa. Todo el equipo está en formación continua: "No escatimamos en la calidad de las flores que utilizamos, lo cual se aprecia claramente en el resultado final”.

placeholder Bodegón con tulipanes y fresas de Sally Hambleton. (Cortesía)
Bodegón con tulipanes y fresas de Sally Hambleton. (Cortesía)

“Hablamos de un producto delicado, física y emocionalmente. Acompañamos a las personas en momentos claves de sus vidas: nacimientos, defunciones, bodas, bautizos… Por lo que la atención al cliente es vital. Dar una respuesta eficiente a todas las necesidades del cliente es algo que trabajamos muchísimo”.

Lo primero que haces al empezar el día es…

“Dar gracias por la suerte que tengo de despertarme donde lo hago. Y lo segundo, repasar mentalmente —o si es mucho, lo miro en la agenda— lo que tengo que hacer en el día. Soy una persona caótica. Mi cabeza va a mil, tener el control es algo que necesito y que me da paz".

… y al acabar la jornada

“Lo mismo. Repasar lo que tengo que hacer la mañana siguiente, tanto personal como profesional. Y dar gracias”.

placeholder Tienda Sally Hambleton. (Ornella Binni)
Tienda Sally Hambleton. (Ornella Binni)

Consejo para emprendedores

“Que se le dé muy bien lo que sea que vaya a hacer, que le guste de manera enfermiza. Pero lo primero es más importante que lo segundo”.

¿Ha merecido la pena luchar por tu sueño?

“Nunca he sido ni demasiado competitiva ni ambiciosa. Nunca he tenido un talento 'reconocido', fue surgiendo con el tiempo. Quizá por eso no tengo la sensación de haber logrado nada del otro mundo. Para mí el logro más relevante es poder vivir de mi trabajo honradamente y dar trabajo a otras muchas familias. El reconocimiento —como esta entrevista, por ejemplo— es agradable, no te voy a engañar, pero tampoco he descubierto la pólvora, ni he creado un gran imperio”, añade.

placeholder Bodegón con tulipanes de Sally Hambleton. (Cortesía)
Bodegón con tulipanes de Sally Hambleton. (Cortesía)

“Por responder a la pregunta: la lucha siempre merece la pena y esa es la enseñanza que quiero trasmitirle a mi hija, que nada que valga la pena es fácil", apunta Hambleton. “Además, esforzarte y lograrlo es una gozada. Y sí, volvería a hacerlo, una y mil veces. De hecho, lo hago todos los días porque para alguien perfeccionista como yo la lucha no acaba nunca”.

Esta artesana floral puso un toque de color y elegancia en la petición de mano de Letizia Ortiz y Felipe de Borbón. También en las dos fiestas más sonadas de las ofrecidas por Victoria y David Beckham durante su estancia en Madrid. O en los exclusivos saraos de firmas tan prestigiosas como Bollinger, Jimmy Choo, Tous, Loewe, Yves Saint Laurent, Hermès, Chanel o Tiffany & Co., entre otras. A Sally Lerma Hambleton (Madrid, 1971) la suerte la visitó en forma de despido, gracias al cual pudo tomar una de las decisiones más importantes de su vida: dedicarse de lleno al mundo de las flores.

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