Claves y trucos de interiorismo para una cocina decorada al estilo slow

Sentirnos confortables en casa es una de las máximas que conviene priorizar a la hora de decorar nuestro hogar. Este es uno de los motivos por los que resulta tan importante encontrar el estilo o estilos que mejor nos representan. No es lo mismo ser partidario de un estilo minimalista, donde los colores blancos y la selección de elementos concretos y esenciales es la norma, que dejar que sea un estilo más nórdico el que marque nuestro hogar.

Un hogar del estilo adecuado para nosotros nos hará mucho más felices, no solo estéticamente, también en el plano emocional. Rodearnos de elementos que nos resultan atractivos es un buen comienzo, porque nos hará sentirnos más a gusto, uno de los objetivos a la hora de vestir nuestro hogar. Si queremos convertir nuestra casa en un lugar cálido, agradable y acogedor, puede que el slow deco sea nuestra mejor opción.

Claves para el estilo slow deco

El movimiento slow cada vez está más arraigado en nuestras vidas. Tomarnos las cosas con calma y disfrutando de todo al máximo es esencial cada vez para más personas y eso hace que queramos extenderlo a todos los aspectos de nuestra vida. Si queremos una alimentación slow, en la que sea importante el origen de los alimentos y la forma de cocinarlos, y también una vida slow, que nos invita a ralentizar el ritmo del día a día, apostar por la decoración slow parece un paso lógico.

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En este tipo de decoración, la luz juega un papel fundamental, sobre todo la luz natural. Aunque esto sea cierto para casi cualquier estilo decorativo, en este caso no es solo por lo que esto nos aporta visualmente, espacios que se ven más amplios y despejados. Es también porque la luz natural nos proporciona energía positiva, por lo que conviene evitar obstaculizar la entrada de luz con muebles grandes o textiles espesos.

A la hora de escoger los colores para una decoración slow, los tonos claros se posicionan como los más adecuados, porque lo que se pretende es desarrollar espacios relajantes y luminosos. Los colores orgánicos son la elección más habitual, los colores blancos y los tonos neutros, así como las versiones más claras de tonos como los verdes o azulados.

No podemos olvidar los materiales a la hora de crear nuestros espacios. Cuanto más nos acerquen a la naturaleza, mejor, porque potencian la conexión que tenemos con ella. En las casas slow siempre hay hueco para los muebles de madera natural, las fibras vegetales y los materiales sostenibles. También tejidos naturales como la lana, el lino, el yute o el algodón.

Trucos para tener una cocina slow de lujo

Todas estas claves las podemos aplicar a la hora de decorar también nuestra cocina, aumentando la entrada de luz natural, seleccionando el color blanco o los tonos claros para las paredes, el suelo y los muebles o escogiendo encimeras de madera para conseguir esos acabados que consiguen llenar de calidez la estancia. Sin embargo, esto no es lo único que podemos hacer para dejar que el estilo slow marque esta estancia.

Uno de los puntos esenciales para conseguir que la cocina sea el corazón de nuestra casa, un lugar de reunión en el que pasar tiempo juntos y compartir con la familia, no solo el espacio en el que nos encerramos para cocinar; por eso no es mala idea incorporar una zona de comedor o una barra de desayuno.

Un espacio sostenible y responsable también es clave para crear estos espacios, por lo que invertir en iluminación de bajo consumo o electrodomésticos de alta eficiencia energética es también esencial, así como tener una zona de reciclaje limpia y ordenada. El tiempo que pasamos en la cocina será más agradable si tenemos algunas plantas vivas -por ejemplo, algunas especies de aromáticas-, si ponemos música de fondo y cocinamos de manera lenta y relajada, con alimentos de temporada y cercanía.

Porque todo influye a la hora de crear una atmósfera slow en nuestra cocina, no solo la decoración que seleccionamos, también contar con elementos que nos ayuden a que la cocina siempre esté bien organizada, que sea un espacio práctico y agradable para compartir nuestro tiempo y que los alimentos que incorporamos a nuestra dieta sigan también las pautas de este nuevo estilo de vida. La slow deco entra a nuestras cocinas por la puerta grande, pero también cambia nuestro modo de ver el mundo.