Nos subimos a un crucero de lujo con un claro objetivo: conquistar las maravillas del Caribe
Un barco moderno e impresionante, cinco escalas paradisíacas y los mejores planes para exprimir al máximo cada destino. Sigue leyendo, prometemos no generarte (demasiada) envidia
Aunque la primavera acaba de hacer su entrada triunfal y los termómetros parece que por fin empiezan a escalar grados, nosotros hemos decidido hacer las maletas y poner rumbo a otros lares con un clima más benigno. ¿Nuestro objetivo? Sol, obviamente calor, destinos altamente 'instagramizables' y un sinfín de aventuras a bordo de un transatlántico espectacular. Para conseguirlo nos hemos montado un planazo de la mano de Norwegian Cruise Line con la intención de surcar las cálidas aguas caribeñas durante siete días. Un barco de auténtico lujo —el crucero Prima, la última novedad de la compañía estadounidense—, cinco escalas paradisíacas y los mejores planes para exprimir al máximo cada destino. Intentaremos no provocarte demasiada envidia.
Nuestra aventura comienza en Orlando. Del mítico Puerto Cañaveral parte Prima, el barco más exclusivo e innovador de Norwegian. Una auténtica obra de ingeniería naval de 294 metros de eslora, capaz de alojar a 3.100 huéspedes, y que fue bautizado por todo lo alto este pasado verano en Reikiavik con una madrina de excepción, la cantante Katy Perry. Así, una vez ubicados e instalados en nuestro camarote con vistazas al mar, nuestra primera misión será descubrir todo lo que esta fantasía náutica nos puede ofrecer.
Bares que nos servirán licores sostenibles y vinos biodinámicos, terrazas en las que disfrutaremos de vistas privilegiadas al océano infinito, diferentes tipologías de piscinas en las que nos daremos más de un chapuzón, dos toboganes ultrarrápidos para jóvenes y no tan jóvenes, un gran teatro y megaclub de tres alturas en el que bailar hasta el amanecer. Hay mucho más, como el Prima Speedway —el primer circuito de carreras de tres niveles en el mar—, restaurantes para todos los gustos y una pasarela de cristal —Ocean Boulevard— para dar relajantes paseos sobre el mar. Y, por supuesto, también hay un spa esperándonos llamado Mandara, un exclusivo centro de salud y bienestar en alta mar en el que dejarnos llevar.
Pero por si todo esto nos pudiera parecer poco, el barco cuenta con una zona exclusiva de acceso ultraprémium, The Haven by Norwegian. Un espacio destinado a aquellos pasajeros que quieran disfrutar de una experiencia de lujo superior. Aquí encontraremos las suites espectaculares, cubiertas y piscinas privadas, servicio de mayordomía 24 horas y todas las comodidades necesarias para surcar los mares a todo confort.
Una vez exploradas las oportunidades que nos ofrece Prima, y tras abandonar tierra firme, dejaremos atrás Orlando para pasar un día entero en alta mar rumbo a nuestro siguiente destino. Un día en el que no faltarán los chapuzones en la piscina, las siestas al sol y las visitas al que, sin duda, será uno de nuestros spots favoritos, el Indulge Food Hall, el espacio gastronómico en el que disfrutar de hasta once tipologías diferentes de cocina, de la hindú a la latina, de la italiana a la mexicana, etcétera. Así que nuestro plan para esta primera jornada se resumirá en: disfrutar, disfrutar y disfrutar.
Nuestra travesía sigue su curso y nace un nuevo día. Amanecemos en Riviera Maya. Con las pilas cargadas y con muchas ganas de vivir nuevas experiencias, correremos las cortinas, nos asomaremos a la terraza de nuestro camarote y contemplaremos Cozumel. Esta isla mexicana, que antiguamente fue un asentamiento maya y también refugio de corsarios, es hoy una de las más visitadas del país. Ya con un pie en tierra, nos adentraremos en las calles de su núcleo urbano más importante, el poblado de San Miguel, para recorrer su mercado municipal, sus pintorescos bares y tabernas, y los puestos de artesanía local en los que seguro compraremos algún souvenir.
Por supuesto, también haremos esnórquel para descubrir su famoso arrecife de coral negro de más de 30 km. Una auténtica pasada, repleta de vida submarina, que no podemos pasar por alto si visitamos Cozumel. Playas espectaculares de arena fina y blanca, bañadas por agua de intensos y distintos tonos turquesa, también nos esperan en este paraíso mexicano, así que con un bañador y un pareo como únicos complementos necesarios, disfrutaremos del sol y la brisa caribeños. Y si aún nos queda tiempo antes de volver al barco, nos acercaremos hasta el Faro de Punta Sur, uno de los enclaves más bellos de la isla y desde el que seguramente tomaremos algunas de las fotos más espectaculares de nuestro viaje por el mar Caribe.
Ya de vuelta en nuestro barco querido, nos acercaremos hasta Soleil Bar. Es hora de tomar un cóctel mientras contemplamos el atardecer, y esta es la mejor ubicación para hacerlo. Avisamos: desde aquí, el atardecer es digno de ser inmortalizado y compartido en el feed de Instagram. Seguro que tu engagement te lo agradecerá y tus likes sabrán dar fe de ello. La cena la tenemos reservada en Los Lobos. Estamos en tierras mexicanas y aquí saben preparar las mejores recetas tradicionales del país, pero con toques modernos. Nosotros optaremos por su carne asada marinada con tequila y chile guajillo, perfecta para combinar con un buen margarita o una michelada. Todo un escándalo y el mejor colofón para un día intenso.
Tras dormir plácidamente toda la noche y descansar en nuestro camarote, abrimos de nuevo los ojos. Amanece un día más y ante nosotros se yergue Grand Cayman, la más grande y poblada de las famosas Islas Caimán. Su capital, George Town, aún respira ese aire elegante, herencia de los años de colonialismo británico. Sus casas de vivos colores nos dan la bienvenida en el malecón tras bajarnos de las lanchas que nos han acercado a tierra firme. Una vez desembarcados podremos optar por relajarnos en algunas de sus numerosas playas naturales. Nadaremos en aguas cristalinas rodeados de mantas y rayas e incluso podremos cabalgar a lomos de un caballo a lo largo de Seven Mile, la playa más famosa de la isla con sus más de 10 kilómetros de fina arena nacarada.
En Caimán el shopping es casi una actividad de obligado cumplimiento. Al ser un paraíso fiscal, los artículos que exhiben sus comercios están libres de impuestos, por lo que tenemos la excusa perfecta para darnos un buen capricho. Tiendas, bares y cafeterías nos ofrecen productos locales con la intención de que caigamos en la tentación, y la verdad es que a nosotros nos cuesta muy poco caer en ella. Eso sí, lo que no nos perderemos es una visita al cercano poblado de Hell —infierno en inglés— de apenas 60 habitantes. ¿Nuestro objetivo en este pequeño enclave? Mandar una postal desde... ¡el mismísimo infierno!
Es hora de regresar, ponernos guapos y reservar en Onda by Scarpetta, el restaurante italiano del Prima. Una opción elegante donde la pasta es la gran protagonista. No obstante, aquí también podremos probar excelentes opciones como el branzino a la parrilla o el pollo a la brasa con toque de limón y romero. Dejaremos un hueco para el postre porque sí, hay que probar su tiramisú.
Y una vez bien cenados, nos prepararemos para disfrutar —y bailar— con el show 'Summer: The Donna Summer Musical’, un homenaje a la gran diva de los 70 y a la música disco. Día completo aunque claro, a bordo de este increíble crucero la noche siempre se puede alargar hasta el amanecer. Pero eso, de momento, seguirá bajo secreto de sumario.
Vuelve a salir el sol, y esta vez toca amanecer en Jamaica. Selvas tropicales, cascadas y saltos de aguas nos esperan en nuestra siguiente visita a Ocho Ríos. El que fuera un tranquilo pueblecito de pescadores es hoy una bulliciosa ciudad al norte de la isla que recibe cruceristas de todo el mundo. Alegre y llena de vida, esta población ofrece muchas atracciones para los visitantes que quieran disfrutar en primera persona del relajado ritmo de vida jamaicano. Así, podremos perdernos por sus callejuelas, visitar playa Tortuga, subir hasta lo más alto del faro de Port Antonio, escaparnos hasta el pueblo de Nine Miles —el lugar donde nació Bob Marley—, a tan solo una hora de Ocho Ríos, o adentrarnos en sus frondosos palmerales en busca de las cataratas del río Dunn. Entre espectaculares flores autóctonas y altísimas palmeras podremos contemplar su salto de agua más famoso, de 183 metros de altura, y hasta darnos un chapuzón antes de regresar a nuestro camarote.
Nuestra penúltima jornada transcurrirá en alta mar, y nosotros la vamos a dedicar a relajarnos mientras nos bronceamos, bebemos junto a la piscina y disfrutamos de un betseller que metimos en la maleta justo antes de zarpar. Nuestro campamento base ya estás decidido: Infinity Beach. Desde aquí nadaremos hacia el infinito contemplando el mar y disfrutaremos de la agradable brisa caribeña descansando en nuestra tumbona. Copa de vino y buena lectura entre manos suena a planazo perfecto, así que hasta que el hambre no haga de las suyas, nos relajaremos bajo el sol mientras nuestro día transcurre placidamente. Eso sí, buscaremos un hueco para acercarnos al spa y agendar un tratamiento, y es que un centro wellness tan espectacular como el Mandara bien merece una visita… o dos.
Tras una apacible noche surcando el mar caribeño, amanece de nuevo y despertamos en el que será nuestro último destino, Great Stirrup Cay, la isla privada de Norwegian en Bahamas. Un sueño de islote que se convierte en una extensión más del lujoso crucero en el que hemos disfrutado al máximo durante esta semana transatlántica. Tras el desembarco nos esperan más opciones con las que llenar nuestro día, como por ejemplo recorrer Great Stirrup en kayak, ligar bronce en alguna de sus playas de arena blanca, bucear entre bancos de peces tropicales o, por ejemplo, reservar una villa privada con todos los servicios para sentirnos unos privilegiados robinsones modernos.
Si el hambre aprieta, podemos aprovechar para degustar una auténtica parrillada bahameña con vistas al mar Caribe. Y si lo que nos apetece es un buen cóctel, no pasa nada, le ponemos solución. Cuentan con un bar de margaritas y otro de mojitos, por lo que lo difícil será decidir. Así, mientras el sol va descendiendo lentamente y nosotros apuramos el último combinado, va llegando el momento de embarcar de nuevo y prepararnos para disfrutar de nuestra última noche a bordo.
Nuestra aventura caribeña toca a su fin. Relajados, bronceados y con el álbum de fotos del móvil pidiéndonos a gritos más espacio de almacenamiento, ponemos rumbo de nuevo a Orlando. Es hora de volver a nuestra rutina, a la cruda realidad. Un día a día que se nos hará más llevadero cuando recordemos todas las aventuras que hemos disfrutado por las aguas del mar más excitante del mundo.
Aunque la primavera acaba de hacer su entrada triunfal y los termómetros parece que por fin empiezan a escalar grados, nosotros hemos decidido hacer las maletas y poner rumbo a otros lares con un clima más benigno. ¿Nuestro objetivo? Sol, obviamente calor, destinos altamente 'instagramizables' y un sinfín de aventuras a bordo de un transatlántico espectacular. Para conseguirlo nos hemos montado un planazo de la mano de Norwegian Cruise Line con la intención de surcar las cálidas aguas caribeñas durante siete días. Un barco de auténtico lujo —el crucero Prima, la última novedad de la compañía estadounidense—, cinco escalas paradisíacas y los mejores planes para exprimir al máximo cada destino. Intentaremos no provocarte demasiada envidia.
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