De cómo Pescaderías Coruñesas enseño a Madrid a comer lo mejor y más fresco del mar

Este estupendo caffee table book aborda la historia de una familia y su modus vivendi, un negocio en torno al 'arte de comercializar’ el mejor pescado y marisco a través de la logística más eficaz. Un libro que también nos habla de artes de pesca, características básicas del producto, conservación y preparación de las recetas más estupendas.

Pero, sobre todo, recoge el legado y el conocimiento de la familia García Azpiroz, personas esforzadas que no solo llevan cuatro generaciones trayendo a Madrid el mejor género, sino que también lo sirven en su red de fantásticos restaurantes: El Pescador, Filandón, O’Pazo (dos soles), Lhardy y Desde 1911 (con su merecida primera estrella y sus dos soles).

Personalmente, confesamos que pronunciar ‘pescaderías’ y ‘coruñesas’ de forma concatenada provoca en nosotros auténticas descargas de placer.

​Madrid, mejor puerto de mar de España

En palabras de nuestro querido y admirado Luis Cepeda, premio nacional de Periodismo de la Real Academia de Gastronomía y autor del prólogo de este libro: “Rara vez quiere la historia que un comerciante se convierta en mito, pero, para la tradición pescadera española, Evaristo García lo es. En buena parte, vino precedido por el origen de su estirpe: arrieros maragatos que trajeron a Madrid el pescado gallego a carretadas, refrescándolo con la nieve ahorrada durante el invierno en los sombríos pozos del trayecto. Sin duda, esto ocasionó el desmedido entusiasmo de los madrileños por el pescado antes de que el ferrocarril facilitara su transporte más raudo”.

“En 1956, Evaristo recibió de su padre, Norberto García, el legado de Pescaderías Coruñesas en la calle Recoletos de Madrid. Desde entonces, su propósito fue convertir el establecimiento en ‘El mejor puerto de mar de España’, un lema paradójico que acuñó y se verificó”, concluye Cepeda.

Algunos hitos en el recorrido de Pescaderías Coruñesas

En 1911, Luis Lamigueiro funda Pescaderías Coruñesas en La Coruña. En 1917 deciden trasladar la sede social a Madrid, principal destino de sus productos. A su inauguración acudieron las principales personalidades de la época, empezando por Alfonso XIII. Comienzan veinte años de gloria absoluta y Madrid se inunda del pescado y marisco más fresco.

En 1920 la empresa contaba ya con diversos barcos para la pesca de arrastre, almacenes, camiones frigoríficos, una flota de vehículos de reparto en Madrid, una fábrica de salazón en La Palloza (Lugo) y fábricas de hielo en los puertos en los que operaba.

Arrieros somos y en el camino nos encontraremos

Pescaderías Coruñesas quería controlar la venta de pescado y marisco en Madrid y acabar con la hegemonía de la colonia maragata, especializada en salazón. No lo consiguen. La Guerra Civil mina el negocio y prácticamente, desaparecen.

En 1956 solo les quedaba un punto de venta, el quinto, el de la calle Recoletos. En estas condiciones, Norberto García —padre de Evaristo—, que había trabajado en Pescaderías Coruñesas en sus inicios, maragato y propietario de La Astorgana, compra la sucursal a Lamigueiro, ya muy mayor. Comienza así la actual etapa.

Evaristo García pronto queda al frente del nuevo negocio, siempre con la ayuda de sus padres y hermanos. Su objetivo desde el principio fue devolver a Pescaderías Coruñesas el brillo de décadas anteriores.

En 1971, Evaristo se casa con Juliana Azpíroz, hija mayor de la familia fundadora de Angulas Aguinaga, a los que Evaristo compraba, convirtiendo su pescadería en el principal punto de venta de la capital. La rama García entroncaba así con lo mejor de la tradición angulera vasca.

Tuvieron cuatro hijos: Norberto, Marta, Diego y Paloma, que de sus padres han heredado nobleza de carácter y la certeza de que no hay mayor recompensa que la proporciona el trabajo bien hecho.

Juan Mari Arzak, Pedro Subijana o Martín Berasategui, entre otros muchos, no habrían llegado tan lejos sin el apoyo logístico y el buen hacer de Pescaderías Coruñesas.

Cocina sin artificios

A mediados de los sesenta, Evaristo García compró el restaurante-marisquería El Pescador, en la calle José Ortega y Gasset de Madrid. Fue el primer restaurante del grupo, una apuesta diferente que en aquella época sorprendió por su concepto: máxima calidad, cero artificios. En 1981 adquieren O’Pazo.

De los cuatro hijos de Evaristo y Juliana, Norberto y Diego tomaron las riendas del negocio a mediados de los noventa, adaptándolo a los nuevos tiempos: venta online, huerta ecológica propia en el Bierzo (Granja de los Monjes), nuevos restaurantes (Filandón, Lhardy y Desde 1911) y dos caterings: Albada y Lhardy Catering.

Entre los nuevos proyectos de la familia está la fusión de los tres edificios simbólicos de la plaza de Canalejas —Casa de Allende, edificio Meneses y Teatro Reina Victoria— de la que emergerá un complejo hotelero, un nuevo teatro y zona de restaurantes.

Gracias por tanto, familia García Azpíroz.