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Mapeamos el sur de Tenerife para concluir que hay mucho más que playas bonitas
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NOS VAMOS EL DOMINGO

Mapeamos el sur de Tenerife para concluir que hay mucho más que playas bonitas

La isla canaria de la eterna primavera se sacude el tópico de sol y playa con rutas por sus espacios naturales más salvajes, vuelos en parapente e incursiones marítimas para todos los públicos. Así fueron nuestras 72 horas allí

Foto: No importa la hora del día, el Teide siempre resulta espectacular. (Cortesía)
No importa la hora del día, el Teide siempre resulta espectacular. (Cortesía)

La ignorancia es atrevida y los estereotipos, su hilo conductor perfecto. “Si quieres sol y temperaturas suaves en cualquier momento del año, vete al sur de Tenerife, aunque allí no hay mucho más que hacer que coger algo de color y quizá una buena resaca por la trepidante vida nocturna a la que no podrás resistirte”. Tras nuestro último fin de semana en el sur de la isla: ni confirmamos ni desmentimos, sino todo lo contrario.

Bromas aparte, podemos corroborar que la temperatura en Costa Adeje y alrededores es suave y estable (con mínimas de 17º en invierno y máximas de 33º en verano), descartando nuestro aterrizaje, momento exacto en el que cayó el único chaparrón del año. Sí, vivimos ese momentazo inédito y afortunadamente sucinto. A partir de ahí, todo fue cuesta arriba: parapente, acantilados, miradores infinitos, pueblos pesqueros con encanto, avistamiento de cetáceos y rutas de senderismo insospechadas, Teide incluido.

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placeholder Dame un hotel Hard Rock y moveré el mundo, o una de sus islas. (Cortesía)
Dame un hotel Hard Rock y moveré el mundo, o una de sus islas. (Cortesía)

Teide, un espectáculo imperdible

De visita obligada, el paisaje lunar del pico más alto de España (3.715 metros) y sus 19.000 hectáreas de Parque Nacional sobrecoge desde el minuto uno. Desde que el autobús entra en la zona protegida, nuestro guía, Enrique de Lorenzo, va describiendo cómo el año pasado se arrasó el siete por ciento de la isla por culpa de un incendio.

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placeholder Parque Nacional del Teide (EFE / Cortesía)
Parque Nacional del Teide (EFE / Cortesía)

El pino canario del Parque Natural Forestal La Corona, sin embargo, tiene un superpoder en forma de capas tan compactas que no dejan espacio para el oxígeno, responsable de que el fuego se propague. Gracias a ello, en el camino hacia el Teide estos ejemplares se cuentan por cientos. Según vamos ganando altura, los resilientes pinos canarios van desapareciendo, dejando paso a la flora de alta montaña como el mítico (y bellísimo) tajinaste.

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placeholder Tajinaste rojo del Parque Nacional del Teide. (Cortesía)
Tajinaste rojo del Parque Nacional del Teide. (Cortesía)

Halcones, pájaros carpinteros, cernícalos, lagartos, cabras y conejos pueblan este paisaje surrealista formado por coladas de lava de otros tiempos, en un paisaje que ha ido cambiando por la fuerza de la naturaleza. De hecho, el Teide (tercer volcán más alto del mundo, los otros dos están en Hawái) no es una formación antigua, ni tampoco activa… Es, lo que llaman, un volcán durmiente. Para que sea considerado muerto, deben haber transcurrido 10.000 años sin erupcionar, y el Teide lo hizo hace 1.100.

El Teide es el tercer volcán más alto del mundo, un 'durmiente' que no se considerará muerto hasta que hayan transcurrido 10.000 años sin erupcionar; su última actividad se registró hace 1.100 años

Aunque la mayoría de los visitantes de este parque nacional —el segundo más visitado del mundo— acuden al teleférico (que en 8 minutos te sitúa en la cima) en coche de alquiler o en autobús, existen senderos para los más avezados, con una media de 6 horas por trayecto. Arriba, se han llegado a alcanzar 16 grados bajo cero, por lo que la ropa de abrigo es absolutamente imprescindible. El espectáculo final es indescriptible; desde el Teide pueden divisarse perfectamente las islas de La Gomera, La Palma y El Hierro.

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Como recomendaciones adicionales, De Lorenzo, nuestro guía, nos invita a ver la puesta de sol sobre el cráter del volcán Samara, también dentro del parque; a visitar pueblos marineros cercanos como el Médano, La Caleta o San Miguel de Tajao —obligado disfrutar de mariscos y pescados frescos, y de lo mejor de la comida típica canaria—, y a ver las estrellas desde el pueblo de Vilaflor de Chasna, a 1.450 metros sobre el nivel del mar. Una ceremonia que pocos conocen y a la que no llegan los tours turísticos.

De acantilados vertiginosos y tiburones martillo

En el sur de la isla de Tenerife, efectivamente, podemos disfrutar de unas playas espectaculares, las más concurridas como precio a pagar. Pero podemos perdernos por algunas de sus calas diminutas de rocas negras, como la de Playa Paraíso, o ir en busca de las piscinas naturales de La Jaquita, con vistas sobre los acantilados de Los Gigantes. Enrique nos recomienda “la playa más bonita del sur, la de La Tejita, en El Médano, de arena dorada y aguas en calma. Apenas un kilómetro que encierra la belleza absoluta, y que tiene un chiringuito que frecuentan los locales, El Pirata, que hay que visitar. Al fondo, podemos observar el volcán submarino de la Reserva Natural Montaña Roja, un verdadero espectáculo”.

placeholder Piscinas naturales de La Jaquita. (Cortesía)
Piscinas naturales de La Jaquita. (Cortesía)

Y es precisamente en este abrupto punto, a 600 metros sobre el océano Atlántico y cerca de Santiago del Teide, donde merece (mucho) la pena disfrutar de las vistas. El espectáculo creado por la caprichosa naturaleza, en forma de cavernas y formaciones rocosas, también puede disfrutarse desde el mar, a bordo de alguna de las embarcaciones que cubren esa ruta.

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placeholder Tortugas bobas y ballenas piloto, habituales del sur de Tenerife. (Cortesía)
Tortugas bobas y ballenas piloto, habituales del sur de Tenerife. (Cortesía)

Otra de las actividades a disfrutar es el avistamiento de cetáceos a bordo de un catamarán (catering incluido en muchos casos), que en esta parte de la isla tienen mucho que ver con ballenas piloto, tortugas —puedes nadar con ellas si haces snorkel en la playa de Los Cristianos)—, delfines y tiburones martillo “cada ejemplar puede medir cinco metros, pero que no es agresivo, nunca ha atacado a nadie en las Canarias”, aclara nuestro guía. En total, se han visto en libertad hasta 21 especies de cetáceos en el sur de la isla.

El cinco estrellas más grande de España

Para alojarnos, y como buenos melómanos que somos, elegimos el mítico Hard Rock de Tenerife, junto a Playa Paraíso, en Costa Adeje. Desde sus piscinas, familiares o para adultos, cada mañana el cielo del hotel se llena de aventureros a bordo de parapentes de colores, que sobrevuelan la isla con un monitor a bordo y que nos da mucha envidia —y un poco de respeto también— El desfile es interminable, ya que el aterrizaje tiene lugar junto al hotel.

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placeholder Hard Rock Tenerife cuenta con 365 habitaciones y 259 suites. (Cortesía)
Hard Rock Tenerife cuenta con 365 habitaciones y 259 suites. (Cortesía)

Respecto a nuestro alojamiento, el cinco estrellas más grande de España —con 365 habitaciones y 259 suites—, nos convence desde el mismo instante en el que hacemos el check-in, accedemos a la habitación, y nos recibe a la entrada un altavoz que pide a gritos nuestra playlist.

placeholder Traje negro con diamantes de imitación, diadema y boa de plumas de Elton John. (Cortesía)
Traje negro con diamantes de imitación, diadema y boa de plumas de Elton John. (Cortesía)

En Hard Rock Hotel, como no podía ser de otra forma, la gran protagonista es la música, y también las vitrinas que protegen 81 memorabilias ('cosas admirables') de los artistas más grandes del mundo y que nos salen al paso en cada rincón. A saber. Un icónico traje negro con diamantes de imitación, diadema y boa de plumas de Elton John que preside el lobby. El vestido de unas vacaciones en Massachusetts de Taylor Swift. La carta que escribió Katy Perry a un amor platónico con tan solo 10 años. Un reportaje fotográfico de la estancia de los Beatles en Tenerife allá por los 70 (solo faltó en aquella ocasión John Lennon). Etcétera, etcétera.

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La oferta gastronómica de Hard Rock Hotel Tenerife es apabullante, empezando por su recién estrenado mexicano Suena Chido, el japonés Narumi ol el steakhouse Montauk; también hay un club exclusivo para niños y dos rooftop de vértigo en la planta 16 de cada una de las torres, Oasis y Nirvana, con los atardeceres sobre el Atlántico y La Gomera más impresionantes. Un no parar. Cada noche, cuando subimos a la habitación, en el lobby, decenas de británicos —huéspedes mayoritarios— se divierten al ritmo de las bandas que actúan en directo. Pero que nadie se preocupe, en cuanto coges el ascensor, no se escucha absolutamente ningún ruido. ¿Quieres fiesta? La tienes. ¿Prefieres descansar? No hay problema.

placeholder Un barraquito siempre es un acierto. (Cortesía)
Un barraquito siempre es un acierto. (Cortesía)

Hard Rock Hotel lo tiene todo para atrincherarse dentro de él, aunque nosotros somos curiosos y con un punto rebelde, como los grandes del rock and roll, y por eso queremos más. La aventura es la aventura. Antes de elegir la actividad del día siguiente, y como los tópicos hay que alimentarlos y darles de beber, pedimos un barraquito —bebida típica tinerfeña con leche condensada, Licor 43, café expreso, leche espumada y canela—, elegimos tumbona y disfrutamos de la eternidad de la primavera. Aquí, la temporada alta empieza ahora.

La ignorancia es atrevida y los estereotipos, su hilo conductor perfecto. “Si quieres sol y temperaturas suaves en cualquier momento del año, vete al sur de Tenerife, aunque allí no hay mucho más que hacer que coger algo de color y quizá una buena resaca por la trepidante vida nocturna a la que no podrás resistirte”. Tras nuestro último fin de semana en el sur de la isla: ni confirmamos ni desmentimos, sino todo lo contrario.

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