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Crítica de 'La Canción': Carolina Yuste massielizada y humor yeyé en la serie definitiva sobre Eurovisión
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EL 8 DE MAYO EN MOVISTAR PLUS +

Crítica de 'La Canción': Carolina Yuste massielizada y humor yeyé en la serie definitiva sobre Eurovisión

La serie llena el vacío de producciones sobre ese fenómeno llamado Eurovisión y capta con inteligencia una época ilusionante, con primeros signos de libertad y marcada por un aislacionismo felizmente superado

Foto: Yuste, una Massiel que huye de la mera imitación. (Movistar Plus  )
Yuste, una Massiel que huye de la mera imitación. (Movistar Plus )

"Andando por la vida aprendí esta canción". La imagen de Massiel en el Albert Royal House londinense, cantando el 'La, La, La' compuesto por el Dúo Dinámico, es tan metonimia del franquismo y forma parte tan importante del imaginario colectivo, que no solo ha aparecido en documentales y reportajes de aquel mayo del 68.

La victoria de la cantante en Eurovisión, la única en solitario (Salomé compartió victoria al siguiente) de nuestro país en el festival, se ha dejado ver en ficciones tan dispares como 'Cuéntame cómo pasó' o 'Balada triste de trompeta'.

También ha alimentado bulos y medias verdades a lo largo de los años. Hubo, incluso, noticias sobre la presión que el mismísimo Franco ejerció para que España se alzase con el número uno. Unas manifestaciones que llevaron a Cliff Richard, que quedó en segunda posición con su 'Congratulations', a bromear con la posibilidad de revisar el triunfo español. La consecuencia: el comprensible enfado de la propia Massiel.

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placeholder Carolina Yuste en dos momentos de 'La Canción'. (Movistar Plus)
Carolina Yuste en dos momentos de 'La Canción'. (Movistar Plus)

Una secuencia del ‘Generalísimo’ cazando y hablando de Eurovisión da inicio a 'La Canción', un relato ficcionado sobre los entresijos y la gesta de aquel tema creado por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa que nos llevó a la gloria y ocultó nuestro infierno. Una canción que conllevó cambios de última hora cuando Joan Manuel Serrat se empeñó en cantarla en catalán. Massiel fue un recambio perfecto y la voz para llegar al podio de un certamen que sigue arrastrando miles de fieles a día de hoy.

En la serie, Francisco Franco le encomienda a Manuel Fraga ganar ese festival musical, un método para salir de la autarquía y del aislamiento de una España que se llenaba de turistas suecas y coqueteaba con un aperturismo que se medía con protestas universitarias, guateques ye-yés y bikinis de playa que dejaban al José Luis López Vázquez de turno con la boca abierta.

'La Canción' fantasea a partir de una realidad y mediante un personaje ficticio y protagonista absoluto de los tres capítulos: el Esteban Guerra que interpreta con pericia cómica y patetismo a lo Jack Lemmon (el mindundi de 'El Apartamento' parece un referente claro) el joven y talentoso Patrick Criado.

Un chico que busca evolucionar laboralmente en una Televisión Española en la que Artur Kaps, marido de la mítica Herta Frankel y puntal de la cadena pública, será su pareja profesional para conseguir que Europa se fije en ese 'La, La, La' y olvide la polémica de un cantante catalán que se retira en último momento; para que no reparen en la increíble paradoja de un país manejado por un dictador que expone, casi sin saberlo, un himno de liberación.

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placeholder Patric Criado y Álex Brendemuhl en 'La Canción'. (Movistar Plus  )
Patric Criado y Álex Brendemuhl en 'La Canción'. (Movistar Plus )

La amalgama de veracidad y ficción deja claro que en 'La Canción' no existe la voluntad de documentar el hecho de forma realista. La mejor prueba de ello es que la Massiel de Carolina Yuste no es una imitación calcada, pese a la reproducción de los movimientos ortopédicos de su mítica actuación y la ingenuidad de su traje blanco y de flores..

'La Canción' prefiere fabular y mostrar un producto de fotografía cetrina y pantallas partidas para acercarse lo más posible a la España de finales de los 60, movimiento universitario incluido. La media verdad como vehículo para acercarse a la verdad completa o al sentimiento completo, obviando ese naturalismo tan de moda y tan estomagante en algunas ocasiones.

Quizá trata de abarcar demasiado en apenas tres horas, pero el resultado es igualmente loable: la inclusión de imágenes de archivo mezcladas con su espejo de ficción (las fotografías de Massiel posando antes del certamen o probándose vestidos se entremezclan con las imágenes recreadas de la serie) muestran el artificio sin pudor. Evidencian que, ante todo, estamos ante una fábula que parte de una realidad, sin que eso suponga un demérito. Más bien todo lo contrario.

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placeholder Imágenes promocionales de la serie, que se estrena el 8 de mayo. (Movistar Plus  )
Imágenes promocionales de la serie, que se estrena el 8 de mayo. (Movistar Plus )

Los actores de ‘La Canción’ se prestan al juego con inteligencia y buen humor: el binomio Patrick Criado-Alex Brendemühl nos regala un derroche de química entre ambos intérpretes. Las situaciones comprometidas en las que ambos se ven inmersos son resueltas con un toque 'buddy movie' lleno de comicidad.

Marcel Borrás retrata, mediante su interpretación mezzo forte, la calmada disidencia de un Serrat que vio en 'La, La, La' una oportunidad de reivindicar la riqueza lingüística de esta España nuestra. Y Carolina Yuste, que no aparece hasta el segundo capítulo ni necesita de playbacks para cantarlo absolutamente todo, compone una Massiel muy particular; una artista con descarada energía que ella captura con sabiduría de gran actriz. Es la misma energía que probablemente tuvo en aquellos años una cantante que no quiso que la asociaran con el régimen franquista.

Tras la cámara se nota la mano de Alejandro Marín, el director que nos regaló el mejor y más accesible relato LGBTIQ+ del cine español de los últimos años, ‘Te estoy amando locamente’. En ‘La Canción’ también hay una vertiente LGTBIQ+ que quizá esté traída por los pelos, pero el guion es lo suficientemente inteligente como para no convertirla en una obviedad o subrayarla hasta la náusea.

Esa es otra de las virtudes de esta ‘canción’ disfrutona y formalmente exquisita, que llena el vacío de producciones sobre ese fenómeno llamado Eurovisión y capta con inteligencia una época ilusionante, con visos de libertad, pero marcada por un aislacionismo y un estancamiento felizmente superados.

"Andando por la vida aprendí esta canción". La imagen de Massiel en el Albert Royal House londinense, cantando el 'La, La, La' compuesto por el Dúo Dinámico, es tan metonimia del franquismo y forma parte tan importante del imaginario colectivo, que no solo ha aparecido en documentales y reportajes de aquel mayo del 68.

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