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Los Gómez-Acebo y López-Ibor logran apoyos en su lujosa Marbella extremeña
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ISLA DE VALDECAÑAS

Los Gómez-Acebo y López-Ibor logran apoyos en su lujosa Marbella extremeña

Se crea la plataforma Salvemos la Isla de Valdecañas, en la que propietarios y empresarios de la zona piden que no se destruya el complejo turístico de lujo

Foto: Una de las playas privadas de Isla de Valdecañas.
Una de las playas privadas de Isla de Valdecañas.

Tenía que ser la Marbella extremeña. La Isla de Valdecañas es una pequeña porción de tierra de 135 hectáreas situada en el centro del pantano de Valdepeñas que debía ser el paraíso. La idea fue, entre otros, de Beltrán Gómez-Acebo y Jaime López-Ibor, quienes en 2005 pensaron en crear un centro turístico de lujo en la zona. No contaron con que los ecologistas se opondrían judicialmente al proyecto y ganaron en los tribunales en 2011.

LEA MÁS: Última oportunidad para salvar la Isla de Vadecañas

La Isla de Valedcañas, por su cercanía a Madrid y su belleza, se convirtió hace unos años en un lugar privilegiado al que muchos querían acudir en sus días de descanso. Ahora, vecinos de los municipios cercanos, propietarios, trabajadores de la Isla de Valdecañas, alcaldes y comerciantes se han unido para crear la plataforma Salvemos la Isla de Valdecañas con el fin de defender la permanencia del complejo, abandonado desde que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEX) fallara a favor de Ecologistas en Acción y decidiera el desmantelamiento del complejo.

placeholder Beltrán Gómez-Acebo, con su esposa al fondo, en una imagen de archivo. (CP)
Beltrán Gómez-Acebo, con su esposa al fondo, en una imagen de archivo. (CP)

Hay en la zona propietarios con apellidos como Aznar, Gómez-Acebo, López-Ibor, Vega-Penichet, y nombres de la farándula, como el cantante Carlos Baute. Otros tienen apellidos menos rimbombantes pero ‘puestazos’ en consejos de administración, bufetes, empresas y entidades como el Banco Santander, Banca Rothschild, Telefónica, Bank of América o Credit Suisse.

Se rompió el sueño

En 2011, el sueño turístico se desvaneció: el TSJEX sentenció la nulidad del proyecto, que había aprobado en 2007 la Junta de Extremadura. El fallo ordenaba la restitución de los terrenos a su estado original y hacer desaparecer las construcciones. En la isla hay un campo de golf de 18 hoyos, 180 casas (se proyectaron 360) de 270 metros cuadrados de media en parcelas de 800 metros. Las casas color ocre, con increíbles vistas al pantano y diseño que se mezcla con el paisaje están acompañadas por un hotel de cuatro estrellas, varias piscinas, una playa artificial, 76 atraques y pistas polideportivas.

placeholder Vista aérea de la isla de Valdecañas, en el pantano del mismo nombre.
Vista aérea de la isla de Valdecañas, en el pantano del mismo nombre.

A priori y dada la cercanía con la capital, era el mejor lugar para desconectar el fin de semana y un privilegiado lugar de descanso en vacaciones. Casi despoblado entre semana, salvo por los huéspedes que se alojan en el hotel, el complejo cobra vida durante los fines de semana. El campo de golf que acoge el recinto al que se accede desde el hotel es ahora el principal reclamo.

Esqueletos de hormigón

Lo contaba Vanitatis hace un tiempo: el resto del complejo está deteriorado y presenta una situación de semiabandono. La playa artificial, rellena en otros tiempos con agua de mar, está seca y los accesos a la zona y los monstruosos esqueletos de hormigón que adornan uno de sus márgenes ofrecen al visitante un aspecto desolador.

La campaña Salvemos la Isla de Valdecañas surge ahora ante las próximas decisiones que determinarán el futuro del complejo. Quieren la pervivencia de la isla “como un ejemplo de convivencia entre las personas y medio natural, sostenibilidad y desarrollo". Advierten de que el complejo genera 60 empleos directos y 150 indirectos, además de contribuir a la supervivencia de comercios en una zona gravemente afectada por la despoblación. Y que en caso de derribo, el coste para las arcas de la Junta sería enorme y pondría en riesgo sus propias finanzas públicas

Tenía que ser la Marbella extremeña. La Isla de Valdecañas es una pequeña porción de tierra de 135 hectáreas situada en el centro del pantano de Valdepeñas que debía ser el paraíso. La idea fue, entre otros, de Beltrán Gómez-Acebo y Jaime López-Ibor, quienes en 2005 pensaron en crear un centro turístico de lujo en la zona. No contaron con que los ecologistas se opondrían judicialmente al proyecto y ganaron en los tribunales en 2011.