Aquel 'llenazo' histórico del Hipódromo de la Zarzuela con la visita del coronel Townsend

Aquel 20 de mayo de 1956 sigue guardado en la memoria de muchos como el día del ‘llenazo’ histórico en elHipódromo de la Zarzuela. El coronel Peter Townsend, exnovio de la princesa Margarita de Inglaterra, visitó el recinto. Hacía tan solo unos meses que la hermana de Isabel II había renunciado al amor de su vida y este héroe de guerra, un divorciado con quien le prohibieron casarse, acaparaba las miradas internacionales en aquellos tiempos, los mismos en los que visitó Madrid con parada en el hipódromo. El histórico recinto vuelve estos días a la vida tras el coronavirus. Reabrió el domingo 28 con público y este 5 de julio celebra un día de grandes premios.

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“Uno de los grandes llenos del recinto de La Zarzuela, sino el mayor, se produjo hace 50 años con la visita del coronel Townsend, pretendiente de la princesa Margarita, la hermana de la reina Isabel de Inglaterra”, recuerda Marcos Carmen en la revista ‘Agalopar’. “El coronel Townsend, héroe de la Segunda Guerra Mundial, en donde actuó como piloto de la RAF, vino a Madrid para montar en calidad de ‘gentleman-rider’ en la prueba de liso del campeonato internacional ‘amateur’, acaparando la atención de aficionados y profanos”.

Las crónicas de la época, como las de la revista ‘Alazán’, hablaban del éxito: “Una jornada extraordinaria en la que el interés mundano desplazó al deportivo, llevando a nuestro Hipódromo al ‘todo Madrid’ de las grandes solemnidades, que se dio cita en La Zarzuela al conjuro de un nombre con la doble leyenda de héroe y galán... Lo que importa también es el descubrimiento del Hipódromo y de sus atractivos que han hecho varios millares de madrileños, que bien claro manifestaron primero su admiración y después su entusiasmo”.

Descubrir las carreras

Muchos madrileños descubrieron esos días el recinto donde se disputaban las mejores carreras de caballos del país. El hipódromo madrileño cambió de ubicación varias veces a los largo de sus años de historia. Las competiciones pasaron de celebrarse en la Castellana, a la altura de la actual plaza de Castilla, al campo, hasta que a principios del siglo pasado se instalaron en la Zarzuela, donde han permanecido hasta la fecha.

A diferencia de otras casas reales europeas, como la citada británica, que tiene en su reina a una de las mayores aficionadas y propietaria de grandes campeones, la actual monarquía española nunca ha mostrado especial devoción por las carreras de caballos. Y eso que la infanta Elena ha sido siempre una avezada amazona, aunque ha preferido los saltos, disciplina en la que en estos momentos se concentra el mayor número de millonarios.

Infante don Juan Carlos

Con todo, el rey Juan Carlos I visitó el hipódromo capitalino cuando era infante. Fue en 1960 y estuvo presente en las pruebas de la Fegentri, la organización internacional que agrupa a los clubes o asociaciones de jinetes aficionados de los diferentes países del mundo.

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Esta Federación Internacional de Gentlemen Riders fue creada en Saint Moritz en febrero de 1955 con el fin de establecer lazos de camaradería y solidaridad entre los llamados ‘gentlemen-riders’ y amazonas de los diferentes países, permitiendo conocerse y entenderse mejor. El primer presidente de la rama española de la entidad, la Aegri, fue el marqués de Murrieta, que fue sucedido en el cargo por el conde de Romanones.

Pero en el hipódromo no había solo aristócratas. Cierto es que históricamente era un lugar de la jet set, donde se celebraban fiestas y encuentros. Lo recuerda Carolina, una madrileña afincada en Barcelona que asistió a múltiples celebraciones en el hipódromo cuando era pequeña, desde puestas de largo hasta bautizos, comuniones y bodas. Pero ahora, el alma del lugar es básicamente equina.

Gran cita

Después del estado de alarma han regresado grandes deportes como el fútbol, que ha llenado páginas y páginas sobre las pericias de los jugadores sobre el césped. Pero no es solo el balón el que ha vuelto a competir. Este domingo es día grande en el Hipódromo de la Zarzuela, donde las carreras de caballos volvieron al campo, a puerta cerrada, este mes de junio. Marcado en rojo por los aficionados, tal como nos cuentan desde el hipódromo, se disputan “dos grandes premios: el Gran Premio de Madrid, que rendirá homenaje a la ciudad con el desfile de participantes, y el Gran Premio Claudio Carudel, en recuerdo al mítico jinete apodado el Rubio de Oro”.

Quiebras y cierres

El domingo 28 el recinto ya abrió sus puertas por primera vez tras el estado de alarma. Un cierre que a muchos recordó los peores años de su historia, que llevó a su cierre de 1996 a 2005. Aunque en aquella época el recinto registraba una media de 15.000 espectadores cada domingo, según contaba ‘El País’ en aquellos días, y había estabulados en las cuadras algo más de mil caballos, la empresa entró en quiebra y su gestión retornó a Patrimonio Nacional en el año 2000.

De titularidad estatal, el recinto ha tenido al frente a un miembro cercano a la realeza: Faina Zurita, sobrina de la infanta Margarita, hermana de don Juan Carlos, quien presidió la sociedad hasta 2018, año en el que las deudas registraron 27 millones de euros de pérdidas, acumuladas desde que en 2005 abriera sus puertas como empresa pública. La gestión de Zurita fue polémica.

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Hija de Emilio Zurita y Faina Ussía Muñoz-Seca, prima de María Zurita y persona de confianza de la infanta Margarita (con la que la hemos visto en numerosos actos) y descendiente de Pedro Muñoz Seca, autor de 'La venganza de Don Mendo'. Llegaba Zurita al hipódromo con la misión de relanzarlo y celebrar carreras de caballos, pero en 2014 se desató la batalla con los propietarios de los caballos de carreras, que la señalaron como responsable de actuaciones irregulares y, según afirman, perjudiciales para todo un sector.

En la actualidad, y desde octubre de 2018, el presidente del hipódromo es Álvaro Gutiérrez de la Fuente, ligado al sector hípico desde joven. Este criador y propietario de caballos de carreras es miembro de la junta de la Asociación de Propietarios desde 2008 a 2016, y fue impulsor y gestor del primer sindicato profesional de propietarios de caballos de carreras, el Spanish Racing Club.

El hipódromo empezó a construirse en 1931, obras que se vieron paralizadas por la Guerra Civil. Así que no fue hasta 1941 cuando se inauguraron las instalaciones, en las que la mayoría de caballos era extranjeros porque la guerra mermó la llamada ‘cabaña caballar’ española. Fue en la décadas de los 50 y 60 cuando el recinto vivió sus años dorados, los mismos en los que el coronel Townsend reunió al ‘todo Madrid’ con su visita.