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El marqués de Marchelina 'renuncia' a su título por amor
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NOBLEZA

El marqués de Marchelina 'renuncia' a su título por amor

Periodista, líder del PCE en su juventud, crítico gastronómico y novelista en sus últimos tiempos, el aristócrata ha decidido ceder el histórico título rural andaluz a su nieto Daniel

Foto: Ignacio Romero de Solís, VI marqués de Marchelina. (Canal Sur)
Ignacio Romero de Solís, VI marqués de Marchelina. (Canal Sur)

Por real cédula de 31 de diciembre de 1858, la reina Isabel II nombró al teniente coronel Ignacio Romero y Cepeda marqués de Marchelina. Lo hizo principalmente por el valor demostrado en Cartagena de Indias. La ciudad se perdió por capitulación, pero uno de los últimos en abandonarla fue este militar, perteneciente al cuerpo nacional de artillería, "que guarneció dicha plaza con cien soldados de su arma" hasta el final. La denominación del título hace referencia a la Hacienda de Marchelina, en Osuna (Sevilla), que entonces era propiedad de la familia. El título se ha ido sucediendo según los protocolos nobiliarios y ha llegado hasta hoy, donde tiene un nuevo titular. La historia detrás de este movimiento es... una historia de amor.

Hasta el pasado viernes, el título de marqués de Marchelina lo ostentaba Ignacio Romero de Solís, un conocido intelectual sevillano, periodista, crítico gastronómico, director en tiempos de RTVE en Andalucía, también de Antena 3, y últimamente novelista comparado con el mismo Lampedusa. Romero de Solís pertenece a una linajuda familia de 13 hermanos que se criaron en la Casa Palacio Carmona, un espectacular palacio renacentista del siglo XVI que cuenta con 33 dormitorios situado el centro histórico de Carmona y que hoy, por supuesto, es un hotel. En su juventud fue uno de los hombres más guapos de la aristocracia sevillana. Con una vida de leyenda, casado varias veces ante Dios y otras tantas 'solo' ante los hombres, su último gesto con su herencia histórica le define, además, como un hombre de familia.

Romero de Solís ha querido que sea su nieto, Daniel Romero Delrue, quien ostente el marquesado de Marchelina, para lo cual se lo ha cedido en vida. Aunque la gestión se solicitó en febrero, el parón administrativo por el coronavirus ha hecho que no fuera hasta el pasado 3 de julio cuando el BOE lo hiciera oficial. Daniel, de 37 años, declina hacer declaraciones a este medio sobre por qué su abuelo ha tenido este gesto con él: "No puedo darle mucha información sobre mi vida privada, prefiero ser discreto y mantenerme en un segundo plano", explica.

El abuelo prácticamente escondía sus armas, nunca hizo alarde del marquesado. "Hoy ser noble no significa nada. No tiene ninguna función social. La aristocracia es otra cosa, son los Nadal, los Amancio Ortega, la gente brillante, pero la nobleza no tiene nada que ver con eso. Soy marqués de Marchelina, sí, pero no utilizo el título. Jamás. Solo me ha servido para tener que pagar cuentas. '¿La factura? Al marqués".

Garbanzo negro

Romero de Solís está más acostumbrado que su nieto a los medios de comunicación, un mundo en el que ha trabajado durante años como columnista, crítico gastronómico o gestor. Hace cinco años decidió soltar el boli de opinador y coger la pluma de la escritura con mayúsculas, para narrar en la monumental trilogía 'Palmagallarda' (de la que ya se han publicado dos entregas) el ocaso de la nobleza terrateniente andaluza de principios del siglo XX. Unas páginas que (a nadie se le escapa) están llenas de notas autobiográficas. "Especialmente conmovedor resulta el dibujo de la íntima relación entre el joven huérfano y su abuelo", recoge una crítica literaria.

Romero de Solís siempre fue, según él mismo ha explicado, "el garbanzo negro de la familia". Antifranquista convencido en su juventud, en 1961 su posición contraria al régimen le llevó a afiliarse al Partido Comunista, lo que le acarreó la detención y la apertura de un Consejo de Guerra, acusado de arriesgar la seguridad del Estado. Pasó un año en la cárcel de Carabanchel, y después se exilió en París, donde estudió Economía en la Sorbona. "Para mí la lucha contra el franquismo era una obligación moral. Personalmente tuve que pagar un precio muy alto: estuve un año en la cárcel, pasé mucho miedo; sufrí diez días de interrogatorios diarios, algunos de siete horas seguidas; seis meses encerrado en una celda sin ver a nadie... Muy duro. ¿Si me arrepiento? No... la vida no es una moviola en la que uno puede dar marcha atrás cuando quiere", contó en el 'Diario de Sevilla'. También vivió una época en Bath, la célebre localidad británica conocida por su balneario y por ser escenario de muchas novelas victorianas.

"Estuve a punto de quedarme definitivamente en Bath, pero volví a España", reconoció en una entrevista en Canal Sur. ¿Por qué? "Por mi nieto, mi nieto es mi vida. Me ha dado ya tres bisnietos maravillosos. No podía quedarme allí y dejarlos fuera". En nuestro país inició una carrera en los medios, primero en 'España Económica", luego formando parte del equipo que fundó 'Cambio 16'. En 1980 fue nombrado director de RTVE en Andalucía y diez años más tarde de Antena 3 TV en Sevilla. También fue columnista del diario 'ABC' y de otros medios muchos años.

Los Orleans-Borbón

Paralelamente, mantenía una vida personal apasionada y apasionante. "Me he dedicado más a vivir que a contar la vida", ha reconocido. Como anécdota, siempre recuerda que la génesis de 'Palmagallarda' surgió en una conversación con Orson Welles, después de que el cineasta se hubiera tomado algunas copas de blanco y una pirámide de cangrejos. Fue en la Feria de San Pedro de Burgos, en 1968, estaban esperando a que toreara Antonio Ordóñez. Durante la conversación, el cineasta le contó que la ilusión de su vida era hacer una película sobre los señoritos andaluces, pero que nunca la haría "porque entonces no podría volver a España". Él recogió el guante.

Su nieto Daniel, el verdadero amor de su vida, aparece en la novela, como decíamos, en distintos personajes. "[El personaje de] Jerónimo pretende ser una elaborada mezcla de un hermano de mi madre, de mi hermano Perico, de mi nieto Daniel y de Álvaro de Orleans Borbón, el padre de Geri", reconoce en la misma entrevista con Canal Sur. Geri es Gerarda de Orleans-Borbón, su última esposa, hermana del ahora famosísimo primo del rey Juan Carlos I. El cuñado de Romero de Solís ha declarado en sede judicial y en los medios de comunicación que tuvo a bien invitar durante años al Rey emérito a unos cuantos vuelos privados. Esa historia (también) daría para una extensa novela...

Por real cédula de 31 de diciembre de 1858, la reina Isabel II nombró al teniente coronel Ignacio Romero y Cepeda marqués de Marchelina. Lo hizo principalmente por el valor demostrado en Cartagena de Indias. La ciudad se perdió por capitulación, pero uno de los últimos en abandonarla fue este militar, perteneciente al cuerpo nacional de artillería, "que guarneció dicha plaza con cien soldados de su arma" hasta el final. La denominación del título hace referencia a la Hacienda de Marchelina, en Osuna (Sevilla), que entonces era propiedad de la familia. El título se ha ido sucediendo según los protocolos nobiliarios y ha llegado hasta hoy, donde tiene un nuevo titular. La historia detrás de este movimiento es... una historia de amor.

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