Isabel Preysler nunca tuvo novios, solo maridos
Exceptuando algunos escarceos amorosos que la actual pareja de Vargas Llosa tuvo de joven, lo cierto es que donde puso el corazón colocó un anillo. Menos con el escritor, de momento
Las relaciones amorosas de Isabel Preysler siempre han terminado en matrimonio y con hijos. El único que no se ha acoplado, por ahora, a esta premisa es Mario Vargas Llosa. Es la excepción que confirma la regla, aunque en este caso, también hay un nexo de unión afectivo que es Celine, el gran danés, que recibió el escritor por su 80 cumpleaños, regalo de Isabel.
En junio de 2015 se publicaban las primeras imágenes de la pareja, que ya no negaba su relación. En realidad, había comenzado tiempo atrás y existían unas fotos que lo demostraban pero que resultaban impublicables al haber sido tomadas en la terraza de la casa de su hijo Enrique Iglesias, en Miami. Era una propiedad privada y, por lo tanto, cualquier medio se arriesgaba a una indemnización millonaria en el caso de que vieran la luz.
Isabel Preysler reconocía, cuando ya fue pública su historia, que les salvó la campana, como en las películas. En este caso se trataba de una terraza de la mansión que, aunque estaba a la vista, se podía considerar como intromisión a la intimidad.
Una vez que el rumor estaba en el aire, fueron ellos mismos los que facilitaron el trabajo. La imagen de la confirmación de esa inesperada pareja se resumía en una foto de ambos de espaldas aparecida en el 'álbum familiar', que así denomina Tamara a la revista '¡Hola!'. Una puesta en escena consentida que sirvió para que Patricia Llosa, la mujer del nobel, hiciera unas declaraciones asegurando que su matrimonio funcionaba perfectamente: “Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York, celebrando nuestros cincuenta años de casados”. Esta fue la primera y última vez que la esposa se expresó públicamente.
El matrimonio se divorció, y Vargas Llosa y Preysler comenzaron una vida en común que dura ya seis años. Esta vez, la que fue bautizada por Francisco Umbral como la 'reina de corazones' no ha cumplido con sus cánones afectivos. Ella misma afirmaba que no había intención por parte de ninguno de los dos de cambiar de estado civil: "Es la primera vez que estoy de novia. Con ninguno de mis anteriores maridos pasé tanto tiempo sin casarme. Estoy muy bien así”.
Novios, solo de juventud
Si exceptuamos los tonteos que tuvo en Manila antes de cumplir los 18 años, entre los que se encontraban jovencitos como Bobie Santos, Louis Ismael, Gregorio Araneta, Eduard Finland, Charlie Lopez y uno de los hijos de la familia de millonarios de apellido Laxon, el resto de 'hombres de su vida' se convirtieron en el transcurso de su existencia en maridos.
En el caso de Julio Iglesias, desde su primer encuentro en casa de Juan Olmedilla hasta la boda pasaron solo ocho meses. La noche en que se vieron por primera vez en 1970, en el domicilio del amigo que había organizado una fiesta con la actuación de Manuela Vargas, no hablaron pero sí se miraron. El 20 de enero de ese mismo año se daban el 'sí, quiero' en Illescas. La razón de la boda rápida fue el embarazo de la novia.
A continuación de Julio Iglesias apareció Carlos Falcó en 1978. Las continuas infidelidades del cantante fueron la causa de la ruptura. Como contaría Tamara muchos años después: “Tío Julio le puso muchos cuernos a mami”.
Falcó era todo lo contrario: un hombre fiel al que su mujer le había abandonado con dos niños pequeños, de los que se hizo cargo y que aportaría al matrimonio. Grande de España y marqués de Castel-Moncayo y de Griñón. Mucho blasón, pero poca liquidez. Se encontraron por primera vez en la embajada norteamericana en una proyección privada de 'Fiebre del sábado noche'. A partir de ese día se hicieron inseparables y el 23 de marzo de 1980 se casaban en una ceremonia íntima en la ermita de la finca Casa de Vacas, propiedad del marqués. A diferencia de la primera, a esta segunda boda solo acudió una veintena de personas. Como era preceptivo, tuvieron descendencia y Tamara se convirtió en el juguete de la casa. La gran familia tuyos-míos-nuestros vivía en un chalet en la colonia de El Viso.
En 1982 apareció por primera vez en escena Miguel Boyer, que estaba casado con Elena Arnedo. Fue en el hotel Los Monteros en Marbella y no en las lentejas que organizaba Mona Jiménez y a las que acudían políticos y empresarios. En esas comidas coloquio fue donde se enamoraron. Y ya en 1983 se inicia la cuenta atrás del matrimonio de los marqueses de Griñón. Pero aún quedan dos años más para que la relación del todopoderoso ministro y la 'reina de corazones' se hiciera público.
Y sucedió como con los anteriores 'hombres de su vida'. El noviazgo fue clandestino, pero una vez que se hizo oficial no tardaron en casarse. Lo hacían en los juzgados de la calle Pradillo a las ocho de la mañana un 2 de enero de 1988. Un año después, nacía Ana Boyer para cerrar el círculo.
Las relaciones amorosas de Isabel Preysler siempre han terminado en matrimonio y con hijos. El único que no se ha acoplado, por ahora, a esta premisa es Mario Vargas Llosa. Es la excepción que confirma la regla, aunque en este caso, también hay un nexo de unión afectivo que es Celine, el gran danés, que recibió el escritor por su 80 cumpleaños, regalo de Isabel.