Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado: una separación de grandes cifras (pero 'sencilla')
Cuando se casaron, ambos tenían ya una carrera consolidada. Cada uno posee su propio patrimonio inmobiliario. De hecho, el director de orquesta se compró hace menos de dos años una casa en Madrid
De frente, cogiendo las llamadas y devolviendo los mensajes. Así encajó ayer Anne Igartiburu la publicación de su separación de Pablo Heras-Casado, revelada en exclusiva por la revista 'Lecturas'. La presentadora confirmó la crisis de la pareja y aclaró que, pese a todo, les une aún la lealtad familiar de los hijos en común (uno biológico, dos adoptados). "Nos llevamos superbién, nos queremos un montón, tenemos una familia y adelante", confesó en Vanitatis.
Ese "adelante" encierra el doloroso fracaso de un proyecto vital en común que Igartiburu y Heras-Casado emprendieron en 2015, cuando se casaron discretamente en Elorrio, el lugar de nacimiento de Anne. Si en esta ruptura familiar (con niños de por medio) hay algo que pueda calificarse de 'sencillo', eso podría ser el asunto económico. Cuando decidieron 'pasar por el altar', ambos eran ya dos profesionales muy reconocidos con un patrimonio propio. Y así ha seguido siendo en estos años. No tienen nada a medias, por lo que, siempre desde el punto de vista práctico, si llegaran a divorciarse, no habría motivos de disputa.
"Con mi casa en Granada, que compré y restauré hace años, tengo una relación muy profunda. Es mi tierra y el barrio es como una extensión de mí. Aquí tengo mucho de lo que yo soy, siempre vuelvo, es un punto de reunión con mi familia y amigos, y siempre me ha faltado tiempo para estar aquí, de manera que esta situación no es un castigo. El castigo es no poder estar con mi familia, la decisión fue difícil pero necesaria. Ahora me dedico a cuidarme, a cuidar de la casa, a ordenar, leer, echar cuenta de las cosas que tengo, libros a los que hace tiempo que no hago caso, objetos que colecciono... porque me gusta el arte". Pablo Heras-Casado hablaba así en 'La Vanguardia' en la primera ola del coronavirus, mientras pasaba sus días solo en Granada tras haberle sido diagnosticada la dichosa enfermedad. En 2009 adquirió una casa con huerto en el Albaicín, un lugar "laberíntico y bonito" (como explica una fuente de la ciudad) donde el director de orquesta pasó la mayor parte del confinamiento mientras Anne se quedaba en Madrid con sus hijos.
El músico granadino tiene otras propiedades en su ciudad natal, algunas compradas, otras heredadas, pero su gran inversión inmobiliaria está, de hecho, en Madrid. "Muy solicitado como director invitado por las orquestas más destacadas de la escena internacional, aparece regularmente en las programaciones de Philharmonia Orchestra y London Symphony Orchestra, Orchestre de Paris, Münchner Philharmoniker, Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks y Staatskapelle Berlin, Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia o Tonhalle-Orchester Zürich, entre otras muchas", se lee en su página web. "También ha dirigido a las orquestas filarmónicas de Berlín y Viena, igualmente a la de Israel, así como a la orquesta del Teatro Mariinsky. En América del Norte es invitado regularmente por las orquestas sinfónicas de San Francisco, Chicago, Pittsburgh, Minnesota, Philadelphia, Los Angeles Philharmonic o la Orchestre Symphonique de Montréal. Fue Director Principal de la Orchestra of St. Luke’s entre 2011 y 2017, habiendo actuado en el Carnegie Hall y grabado juntos".
El currículo de Heras-Casado, principal director invitado del Teatro Real desde 2014, debería haberle hecho mucho más popular entre los españoles que su matrimonio con Anne Igartiburu. Es uno de los directores más solicitados internacionalmente y su repertorio es "inusualmente amplio". Gracias a su trabajo, el músico pudo llevar a cabo en la capital el mismo sueño que hizo realidad en Granada. A finales de 2019 compró (en solitario) una casa cercana al Retiro, en la colonia del Niño Jesús, con ánimo de restaurarla. Es una zona donde los precios no bajan del millón de euros y muchos de los vecinos tienen nombres y apellidos famosos.
También Anne Igartiburu tiene una casa en Madrid, en su caso es un chalé en la zona norte de la Comunidad que se compró en el año 2005. En Elorrio, su localidad natal, cuenta con otras propiedades menores. No es una faceta muy conocida de la presentadora (licenciada en Empresariales), pero en estos años ha preferido invertir en buenas ideas antes que en bienes inmobiliarios. De hecho, tiene varias empresas desde las que gestiona sus intereses en mundos tan diversos como la publicidad (a lo largo de su vida ha sido imagen de muchas marcas, desde aceitunas Serpis a Lacasa o Aigostar), la peluquería o las cestas de fruta a domicilio.
Igartiburu es "socia fundadora de la cadena de peluquerías Ébanni, y además colabora en las labores de expansión, marketing y posicionamiento de la marca", según un 'statement' elaborado por la compañía hace años. Ella suele 'dar la cara' en la inauguración de los locales, que normalmente se encuentran dentro de un centro comercial de referencia. El último que amadrinó fue antes de la pandemia, en enero de 2020, dentro de El Corte Inglés de Pamplona.
La presentadora gestiona su participación en Ébanni a través de su 'holding' Noaederra SL, con sede en Vizcaya. En las últimas cuentas que la sociedad ha facilitado al Registro, declara no haber facturado nada en 2019 y unas pérdidas simbólicas de mil euros.
Además, el nombre de la presentadora y coach aparece en otra compañía, Triskel Izar SA, dedicada a la gestión de sus actividades publicitarias y al alquiler de bienes inmuebles. En 2019 facturó 420.000 euros. A su vez, esta entidad participa en otra empresa, Fashion Fruit, de la que Igartiburu fue administradora en otro tiempo. Fashion Fruit se dedica al comercio al por menor de frutas y hortalizas en establecimientos especializados y tiene una cuidada web desde la que se pueden enviar cestas de fruta o de dulces a domicilio.
"Anne Igartiburu es una de las presentadoras más conocidas de nuestro país. Lleva más de 25 años en televisión y participa además como maestra de ceremonias de diversos eventos como congresos de empresas y convenciones anuales de multinacionales. Su trayectoria personal además la ha llevado a desarrollarse como coach y formadora en el ámbito de la comunicación efectiva y motivación personal y profesional a través de los valores y la emoción". Su agencia de contratación presume sin pudor del currículo de uno de los rostros televisivos más queridos del país. La faceta más desconocida de Anne, la de coach y presentadora de eventos, salió a relucir en plena pandemia y a día de hoy es su principal ocupación. La empresaria ha sabido reinventarse, tal y como ella misma contaba a Vanitatis hace unos meses.
“Es una pasión y una vocación que tengo y llevo muchos años formándome. Empecé a formarme en 2009-2010 y me certifiqué como coach por la ICF (International Coaching Federation) en el año 2012 -explicaba-. Además, soy PCC [Professional Certified Coach], que es el nivel superior”. Mientras la veíamos presentar el 'Corazón Corazón', la sonrisa más vitamínica de la tele preparaba una carrera paralela a base de especializaciones y estudios en las mejores escuelas, tanto a nivel nacional como internacional: “He acudido a formarme con profesionales como Tony Robbins y John Grinder”. Un buen plan B para los tiempos en que no está en televisión (solo tiene programa los fines de semana) que se está convirtiendo en un plan A. Quizás sus conocimientos profesionales sirvan para afrontar esta etapa de su vida de otra manera.
De frente, cogiendo las llamadas y devolviendo los mensajes. Así encajó ayer Anne Igartiburu la publicación de su separación de Pablo Heras-Casado, revelada en exclusiva por la revista 'Lecturas'. La presentadora confirmó la crisis de la pareja y aclaró que, pese a todo, les une aún la lealtad familiar de los hijos en común (uno biológico, dos adoptados). "Nos llevamos superbién, nos queremos un montón, tenemos una familia y adelante", confesó en Vanitatis.