Fidel Albiac: del grave accidente de coche junto a Rocío Carrasco... a ponerse la toga

Fidel Albiac es posiblemente uno de los personajes de crónica social de los que más se ha hablado en las últimas dos décadas, pero sobre el que menos información hay. Esta realidad es consecuencia de la actitud vital del marido de Rocío Carrasco, quien nunca ha realizado declaraciones ni ha buscado el primer plano, salvo en contadas ocasiones como su boda, el 7 de septiembre de 2016, que fue portada de la revista '¡Hola!'. Ahora con la emisión de la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', vuelve al primer plano de la actualidad, pero con la misma actitud: el silencio.

De su pasado no han trascendido muchos detalles más allá de sus orígenes humildes en Sevilla, de que intentó opositar al cuerpo de policía municipal y el de bomberos de la ciudad, que se planteó ser modelo y que trabajó en una fábrica de aluminios. Fidel, que cumplió 48 años el pasado 14 de febrero, es licenciado en Derecho, una carrera de cuatro cursos que terminó en tres.

Posteriormente realizó un máster en Práctica de la Abogacía en el despacho del prestigioso penalista Javier Vasallo y está inmerso en la actualidad en la elaboración de su tesis doctoral. Conocimientos, sin duda, que han sido de gran ayuda para la pareja, que se ha visto inmersa en diversas batallas judiciales con Antonio David Flores, exmarido de Rocío, y padre de sus dos hijos, Rocío y David, y también con la mujer del ahora colaborador televisivo, Olga Moreno.

Fidel Albiac, a quien se le conocen dos relaciones sentimentales previas, con Elizabeth Martín y Rocío Mestre, hija del peluquero de Rocío Jurado, conoció a la que hoy es su mujer porque Rocío Carrasco era amiga de esta última. Su relación saltó a los medios a finales de los 90 y siempre estuvo salpicada por los litigios que la hija de 'la más grande' tuvo tras su controvertida separación de Antonio David Flores en 1999, tras tres años de matrimonio.

Meses después, en febrero de 2000 fueron protagonistas también de las crónicas de sucesos por un grave accidente de tráfico que sufrieron en Pinilla del Valle (Madrid), por el que Rocío tuvo que ser ingresada con traumatismo craneoencefálico en la UCI del hospital Doce de Octubre de Madrid. Un episodio duro y de incertidumbre en el que la joven contó con el apoyo de sus padres, Pedro Carrasco y Rocío Jurado, a los que perdió de manera prematura. Duros golpes en los que Rocío Carrasco siempre tuvo a su lado a Fidel.

El abogado se encargó de la producción del especial 'Rocío, siempre', que emitió TVE y que supuso la despedida artística de la cantante, muy enferma. Una labor que supuso fricciones con Amador Mohedano, mánager de la intérprete de 'Como las alas al viento', que se sintió excluido de esta emocionante y exitosa gala, que se comercializó en CD y DVD, en la que participaron diversas estrellas nacionales e internacionales como Mónica Naranjo, Paulina Rubio, David Bisbal, Lolita Flores o Raphael. Y no faltó Rosario Mohedano, a quien la cantante adoraba, y que fue la única invitada a la boda de la hija de Rocío y Fidel en Valdepalacios, en la provincia de Toledo.

En septiembre de 2019 se estrenó en el teatro Zorrilla de Valladolid el musical 'Punto de partida', que toma prestado su título de una de las canciones más populares de Rocío, compuesta por Juan Pardo. Producido por Rocío Carrasco y dirigido por Fidel Albiac, tuvo como protagonista a Anabel Dueñas, que asumió uno de los mayores retos de su carrera.

Ese día tan importante no contaron con la presencia de ningún familiar, lo que escenificaba la distancia que les separa de gran parte de la familia de Rocío Carrasco. Fidel, que tantos comentarios ha suscitado (sobre todo por parte de Antonio David, que le ha descrito como "el hombre que maneja los hilos") y que no ha contestado públicamente, sí goza, sin embargo, del beneplácito de María Teresa Campos ("Yo le adoro", ha dicho de él) y de sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego, a quienes Rocío considera como su madre y sus hermanas.

Recordemos que posteriormente llegaría 'Qué no daría yo... por ser Rocío Jurado', que presentó a los medios en enero del año pasado. De nuevo, sin presencia de ningún otro familiar. En la rueda de prensa decía, de frente: "Que venga quien tenga que venir, están todos invitados".

Y, por cierto, hacía unas declaraciones que, a priori, parecen un trabalenguas, pero que eran todo un aviso a navegantes: "No he hablado nunca de mis relaciones maternofiliales, ni de mis relaciones familiares. Ni de la vida de alguien que un día pasó por mi vida y perteneció a ella. No lo he hecho ahora, pero no quiere decir que el que calla otorga. Ya que el que está callado es porque en un momento de su vida ha decidido que es eso lo que tenía que hacer, pero eso dura hasta el momento en el que decide que tiene que hacer lo contrario”.