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Ana María Obregón, una madre nuclear que no tuvo que procesar la muerte de Aless
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OBITUARIO

Ana María Obregón, una madre nuclear que no tuvo que procesar la muerte de Aless

Una mujer buena, tranquila y generosa. Así era la esposa de Juan Antonio García, con el que formó equipo durante 68 años en los que tuvieron cinco hijos, entre ellos a la famosa Ana Obregón

Foto: Ana Obregón, con su madre. (IG)
Ana Obregón, con su madre. (IG)

Ana María Obregón Navarro ha fallecido a los 95 años en su casa de Madrid. Era la madre de Ana. Hace un mes ingresó por última vez en la clínica en la que le habían tratado el ictus que padeció hace unos años. Su recuperación fue lenta, pero consiguió movilidad, como explicaban sus hijos cuando los conocidos les preguntaban por su estado de salud. La simpatía y la amabilidad con la prensa eran uno de sus rasgos característicos. Cuando los reporteros de calle la interpelaban a la salida o entrada de alguna fiesta por alguna cuestión relacionada con los avatares sentimentales de su hija o alguna noticia intempestiva que tenía como protagonista a la actriz, sonreía y no se metía en jardines ajenos. “Son las cosas de Ana”, y así zanjaba posibles polémicas.

Este último año ya no estaba en el mundo real y la muerte de su nieto Aless no la tuvo que procesar. Sus alegrías eran ya otras. Había entrado en el mundo de los recuerdos y no de las emociones actuales. La propia Ana García Obregón contaba que todos los días iba a verla porque necesitaba abrazarla. A veces, su madre comentaba en voz alta: “dile a Aless que venga a vernos”. No era consciente de la gran tragedia que vivía su hija cuando su mundo se apagó.

Ana María Obregon y su marido, Juan Antonio García, formaban un gran equipo. Tuvieron cinco hijos, once nietos y dos bisnietos a los que supieron transmitir esa unidad familiar. Las comidas de los domingos, las fiestas navideñas, los veranos en la Costa de Los Pinos, su cumpleaños eran citas a las que acudían todos los hijos. La familia García Obregon aumentaba y Ana madre era ese hilo conductor, ese pegamento amoroso que los unía a todos.

Foto: Ana Obregón con su madre. (IG)

Su vida estuvo siempre al lado de su marido durante los 68 años que han estado juntos. Se casó a los veintiséis años con el que ha sido el amor de su vida. Ana hija reconocía que gracias a sus padres sabía que “el amor eterno existe". "Hoy es el primer día que no lloro”, y hacía referencia con esta frase a la salida de su madre del hospital.

placeholder La familia García Obregón, dando un paseo. (Gtres)
La familia García Obregón, dando un paseo. (Gtres)

'Mamá Obregon', como la llamábamos los periodistas, era una mujer elegante, divertida y siempre dispuesta a echar una mano a esas amistades que en momentos determinados no lo pasaban bien. Era elegante hasta en esas circunstancias y si veía que la situación económica de esa amiga era complicada utilizaba la delicadez. Por ejemplo, la invitaba a un restaurante, a la peluquería o le comunicaba que hacía limpieza de ropa y que fuera a su casa a recogerla.

Foto:  Ana Obregón y Álex Lequio. (Instagram @ana_obregon_oficial)

Durante años vivieron en un chalé en la calle Carbonero y Sol en la zona del Paseo de la Castellana, donde muchas veces Ana hija recibía a los periodistas para sus entrevistas. Con el tiempo, vendieron el domicilio familiar y el matrimonio se instaló en un piso con menos complicaciones de mantenimiento.

Las palabras que más definirían a la matriarca del clan García Obregón serían las de una mujer tranquila, buena y generosa.

Ana María Obregón Navarro ha fallecido a los 95 años en su casa de Madrid. Era la madre de Ana. Hace un mes ingresó por última vez en la clínica en la que le habían tratado el ictus que padeció hace unos años. Su recuperación fue lenta, pero consiguió movilidad, como explicaban sus hijos cuando los conocidos les preguntaban por su estado de salud. La simpatía y la amabilidad con la prensa eran uno de sus rasgos característicos. Cuando los reporteros de calle la interpelaban a la salida o entrada de alguna fiesta por alguna cuestión relacionada con los avatares sentimentales de su hija o alguna noticia intempestiva que tenía como protagonista a la actriz, sonreía y no se metía en jardines ajenos. “Son las cosas de Ana”, y así zanjaba posibles polémicas.

Ana Obregón