Fabiola Martínez habla sobre su economía actual, la separación de Bertín y Chiquito de la Calzada

Su larga relación sentimental duró dos décadas, con catorce años de matrimonio y dos hijos en común. Pero el amor se rompió y Fabiola Martínez y Bertín Osborne decidían tomar caminos separados en enero del año pasado. Desde entonces no se han dedicado una mala palabra, siendo el suyo el epítome de divorcio amistoso, cuyos términos desvelaban sus protagonistas hace tan solo dos meses.

Ahora la venezolana es una mujer feliz y libre, y sobre su felicidad y su libertad, entre otras curiosidades, hablaba en una sincera entrevista en el programa 'Enamorados de Madrid' de Telemadrid. Acompañada de Johanna Muller, su amiga y compatriota que se dedica a la restauración, Fabiola arrancaba el programa sorprendida de que haya "cada vez más tequeños en todas partes".

Posteriormente, pasaba a recordar cómo fue su primera aventura televisiva en España. "Hacíamos un programa para Telemadrid que se llamaba 'Latino' y ahí nos conocimos", recuerda sobre un espacio que presentaba, quién si no, Bertín Osborne, el que a la postre acabaría convirtiéndose en su segundo marido.

También recordó Fabiola sus primeros pasos en la capital de España, a la que llegó en octubre de 1994 "y según enciendo la tele me sale un señor diciendo 'condemor', 'fistro pecador', y yo digo: '¿Esto qué es? Si en Madrid hablan así, yo no me voy a enterar de nada", en referencia, por supuesto, al peculiar lenguaje del recordado Chiquito de la Calzada, muy de moda por aquel entonces.

Hubo tiempo para recordar también su vida interesante e intensa en Venezuela. Ella comenzó estudiando Medicina, pero acabó decantándose por ser modelo, ya que, como ella asegura, "allí a todas les ofrecen ser Miss Venezuela". "Yo recuerdo aquellos castings en bikini en los que te sientes tan expuesta", decía antes de asegurar que hoy habría hecho las cosas de otro modo porque "la carne no es lo que te da el premio".

"Disfruto de la cocina y de dar de comer", añadía antes de hablar sobre cómo conoció a Bertín Osborne, cuando la seleccionaron para uno de sus videoclips. "Hubo feeling, pero nada más; yo tenía novio entonces y él tendría novia... o novias. Con Bertín nunca se sabe", aseguraba con humor.

"Un año más tarde nos volvimos a encontrar a través de unos amigos", continuaba recordando antes, lo que desmiente su leyenda de sempiterno seductor. "Él se lo tomó con calma, porque si hubiera entrado a matar...". Hubo espacio por supuesto para hablar de sus hijos, que son lo más importante que guarda de su relación con el cantante, cuyo fin ella dice que fue mutuo porque "si solo hubiese estado mal yo, él hubiese puesto de su parte para mejorar la situación, así que entiendo que él tampoco lo estaba pasando bien".

Asegura así mismo que sintió "liberación desde el instante en que me instalé en mi casa y hacía mi vida y lo que me daba la gana", ya que "disfruto mucho de estar conmigo, lo echaba de menos".

También recalca que para ella la independencia económica era importante, ya que "yo no puedo llevar el nivel de vida de Bertín, porque mi poder adquisitivo no es el mismo, pero él ha sido muy generoso asumiendo gran parte de la manutención de los niños". Por último, hablando sobre si está abierta a un nuevo amor, asegura que le da "pereza" pensar en una "relación estable".