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"Malos modos y buenas propinas": así era el conde de Atarés, presunto autor del crimen de Serrano
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"Malos modos y buenas propinas": así era el conde de Atarés, presunto autor del crimen de Serrano

Los que le conocieron le definen como una persona rara que se saltaba las normas de convivencia y a la que le gustaba disparar sobre una diana que tenía en el patio

Foto: Fernando González de Castejón. (YouTube)
Fernando González de Castejón. (YouTube)

Fernando González de Castejón se convertía en mayo de 2012 en conde de Atarés con grandeza de España y marqués de Perijá, a la muerte de su tío abuelo José Miguel López. Murió sin descendencia y con una inmensa fortuna, que al igual que los títulos fue a parar al sobrino. La familia era propietaria del palacio Galiano, en la calle Alcalá Galiano, cerca de la plaza de Colón. Los anteriores aristócratas vendieron el edificio neoclásico, que acabó convertido en hotel, mientras que otra parte del inmueble alberga el museo y la fundación María Cristina Masaveu. Parte de ese importante patrimonio lo recibió González Castejón.

Su nombre aparecía este lunes en la prensa por ser el protagonista de un suceso trágico. En su domicilio de la calle Serrano 205 de Madrid, la policía encontraba tres personas muertas: el propio conde, su pareja Gemma Jiménez y otra mujer que, según las informaciones publicadas, se trataría de una amiga. Aún no está claro si pudiera ser la empleada de hogar. El aristócrata se habría disparado con una escopeta de caza después de cometer, supuestamente, los asesinatos. La voz de alarma la dio el portero al ver un cuerpo tendido en el suelo a través de los cristales. Cuando llegaron los miembros del Grupo V de Homicidios se encontraron con el conde de Atarés en el salón junto a la mujer de más edad y a su pareja en la cocina.

placeholder Fernando González de Castejón, en una intervención en 'Espejo público'. (Atresmedia)
Fernando González de Castejón, en una intervención en 'Espejo público'. (Atresmedia)

Una historia dramática muy parecida a la del marqués de Cirella, que asesinó a su exmujer en su chalet de Somosaguas en junio de 2021. En aquel suceso también utilizó los mismos medios: ambos eran cazadores y usaron la escopeta como arma de fuego.

​Mal vecino, buenas propinas

González Castejón, de 53 años, "no era un buen vecino" y, según algunos de los propietarios de la vivienda, le gustaba alardear de su patrimonio y de sus relaciones. En junio de 2015 y con motivo del bicentenario de la fundación de la Diputación de la Grandeza, acudió junto con otros cuatrocientos nobles al palacio de El Pardo para ser recibidos por el rey Felipe. A la vuelta de ese acto, González Castejón se fue a celebrarlo y al regresar a su casa, sin llaves, molestó a una parte del vecindario, a quienes increpó por no abrirle.

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No tenía buena prensa y le definen como "un hombre raro, de carácter complicado y con poca amabilidad" con su entorno más cercano. Según testigos, y como confirma ‘El Plural’, más de una vez tuvo que acudir la policía al domicilio porque disparaba a una diana que tenía en el patio. Hubo quejas por parte de la comunidad de propietarios, pero no se podía hacer nada si no había denuncias, según les explicaba la policía. Durante el confinamiento, salía del domicilio saltándose las normas establecidas por el estado de alarma. Si alguien le decía algún comentario, respondía de malas maneras.

“Fernando era el mayor de tres hermanos. El único chico. Y sus dos hermanas están destrozadas. No tenían una relación fluida, pero esta tragedia las ha dejado fuera de juego. Sobre todo por la sobrina, que es pequeña”, explican a Vanitatis.

Hace unos días, el presunto asesino acudía al club Puerta de Hierro para almorzar. A diferencia del trato desagradable con su vecindario, con el servicio "era condescendiente y dejaba buenas propinas". Le gustaba el fútbol, era del Real Madrid y participaba en monterías.

Ahora tendrá que ser la familia directa la que se encargue de todas las diligencias tras este horrible suceso.

Fernando González de Castejón se convertía en mayo de 2012 en conde de Atarés con grandeza de España y marqués de Perijá, a la muerte de su tío abuelo José Miguel López. Murió sin descendencia y con una inmensa fortuna, que al igual que los títulos fue a parar al sobrino. La familia era propietaria del palacio Galiano, en la calle Alcalá Galiano, cerca de la plaza de Colón. Los anteriores aristócratas vendieron el edificio neoclásico, que acabó convertido en hotel, mientras que otra parte del inmueble alberga el museo y la fundación María Cristina Masaveu. Parte de ese importante patrimonio lo recibió González Castejón.

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