Mina El Hammani: de su infancia en Majadahonda al duro éxito en 'Élite'

Normalmente, el inicio del camino a la fama de cualquier actor o actriz puede soler ubicarse en una audición para algún papel concreto en el cine o la televisión. Pero en el caso de Mina El Hammani fue, de hecho, un casting al que no acudió el que sellaría su futuro en el mundo del espectáculo.

Resulta que cuando era tan solo una niña, una de sus vecinas, que tenía conocidos en el mundo de la tele, le propuso hacer una prueba para la mítica ficción de Ana Obregón, 'Ana y los siete', ya que a ella le encantaba actuar sin saber aún lo que era eso. Pero sus padres trabajaban y no la pudieron llevar.

"El no ir fue lo mejor que me pasó, porque me dejó la espinita. Así, cada día le imploraba a mi madre: 'Apúntame a teatro", recordaba la ya consolidada actriz en una entrevista para 'Majadahonda Magazín'. Fue en esa localidad madrileña donde Mina pasó su infancia. Nacida de padres marroquíes, supo lo que era el racismo desde muy pequeña cuando en el cole la llamaban 'oveja' por su pelo, convertido ahora en una de las melenas más icónicas de la televisión.

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Decidida ante todo a llegar a ser actriz, trabajó de dependienta y azafata o haciendo de figurante hasta que pudo pagarse la escuela de interpretación. Pronto su esfuerzo encontró sus frutos, ya que tras participar en algunas obras de teatro le llegó el turno de debutar en televisión, en un capítulo en la serie 'Centro Médico'.

Pero su gran oportunidad llegó con 'El Príncipe', la exitosa serie de Telecinco donde durante quince episodios conquistó a los espectadores con su papel de Nur. Después vendrían apariciones breves en series de gran éxito como 'La que se avecina' o 'Servir y proteger', antes de que llegara el gran bombazo de su carrera.

Como a tantos otros actores jóvenes como Ester Expósito o Álvaro Rico, su participación en la serie orientada a los adolescentes 'Élite' la ha colocado en el ojo mediático a nivel internacional, ganando de paso varios millones de seguidores en sus redes sociales. Aquel proyecto supuso una transformación completa en su vida, para bien y para mal.

De la noche a la mañana, Mina tuvo que decir adiós a su relativo anonimato para enfrentarse a una atención que no fue fácil de gestionar para ella. De hecho, como confesaba en una entrevista con la agencia EFE, debió acudir a un especialista para saber cómo lidiar con ella.

"Sabía que iba a trabajar como actriz, pero no esperaba que desapareciera mi anonimato, tener mil ojos mirándome todo el rato, y que te graben sin tu consentimiento", reconocía, a la vez que ponía de manifiesto que los jóvenes cada vez consideran más importante cuidar la salud mental porque "estamos siendo más coherentes con nosotros mismos y nos analizamos un poco más".

En esta misma conversación también se mostraba sorprendida por la criminalización que desde algunos sectores políticos se hace de los inmigrantes, defendiendo que su padre llegó a España hace 36 años de manera irregular "para dejar un legado de trabajo constante, respeto, coherencia y valentía". Reivindicando que muchos niños y niñas que quieren dedicarse a la actuación tienen que verse reflejados en personajes que no estén estigmatizados, aseguraba finalmente que "yo también puedo hacer de médico o abogada".

Una estancia en Londres para desconectar de todo y volver con las pilas cargadas le hizo mucho bien a la actriz, que sigue encadenando trabajo tras trabajo, ya sea en el teatro, dando vida a Yocasta en 'Edipo (A través de las llamas)' o en la pequeña pantalla, con su papel en la segunda temporada de la serie 'Historias para no dormir'.

Muy discreta en lo que respecta a su faceta sentimental, como les ha pasado al resto de sus compañeros en 'Élite', su vida amorosa se ha seguido con lupa. Pero a diferencia de los romances que han trascendido de María Pedraza y Álex González o de Aitana con Miguel Bernardeau, más allá de unos rumores que la relacionaban con el actor Sergio Momo, ninguno de ellos ha cristalizado.