La boda íntima de Carmen Tello y Curro Romero: marido y mujer (otra vez) 28 años después

Por fin son marido y mujer por la iglesia, una ilusión que ambos tenían y que se ha podido cumplir este domingo, 28 años después de comenzar su relación y casi dos décadas de darse el 'sí, quiero' por lo civil. Tal y como adelantaba el diario 'ABC', Carmen Tello y Curro Romero han tenido su boda religiosa, y más que íntima, este fin de semana. Lo han hecho en Sevilla, como no podía ser de otra forma, y en la Casa Pilatos, escenario de las citas más importantes de las últimas décadas en la capital andaluza.

Según adelantaba 'ABC' y los propios novios confirmaban después, la madrina fue María Romero, hermana del torero, que a sus 91 años quiso acompañar a su hermano hasta el altar de la capilla de Casa Pilatos. Mientras, Carmen también lo hacía del brazo de su hermano Javier. En el reducido grupo de invitados, también se encontraban los hijos de la novia, los doctores de Curro y grandes amigos de la pareja, como Marta Talegón y Pascual Álvarez o José María García y Montse Fraile, además de Alfonso Diez, viudo de la duquesa de Alba. El torero estuvo arropado por sus hermanas y su sobrina, siendo la gran ausente su hija Concha, que se encontraba de viaje.

Fue una celebración más que íntima, de la que han trascendido pocos detalles. Los novios han querido que sea una boda más que discreta, mucho más que las que hemos visto este fin de semana en diferentes puntos de nuestro país. Bodas que tuvieron mucha presencia mediática, principalmente por las invitadas con las que contaban. En esta, en cambio, aunque no faltaron nombres ilustres entre los asistentes, primó la privacidad y fue el propio matrimonio el que quiso compartir imágenes de su 'sí, quiero' con los medios de comunicación.

En el recuerdo, varias personas. Por un lado, Coral, una de las hijas que el torero tuvo con Concha Márquez Piquer, fallecida en un accidente en 1986. Por otro, los padres de Carmen Tello, que siempre tuvieron la ilusión de verla casada con Curro por la iglesia. La propia Carmen nos lo cuenta así a Vanitatis: "La ilusión de ellos era esa y yo me emocioné mucho cuando el sacerdote lo dijo. Mi madre murió hace seis meses y mi padre hace cinco años". Y es que la pareja no lo había ha podido hacer hasta ahora por la negativa de la ex del torero a concederle la nulidad matrimonial. Así, una vez que Concha fallecía, en octubre de 2021, tenían el camino libre para poder darse el 'sí, quiero' como siempre habían deseado. Un año después, respetando así algo que por fin cumplían este domingo, casi tres décadas después de iniciar su relación.

La boda de Carmen Tello y Curro Romero también supone la reaparición del torero después de muchos meses de desaparición. Lo veíamos la pasada primavera asistiendo a algunas corridas de la feria taurina junto a su mujer, pero desde hacía meses no asistía a actos públicos. De hecho, fue uno de los grandes ausentes en la misa que organizó Cayetano Martínez de Irujo por el aniversario de la muerte de la duquesa de Alba y era Carmen la que explicaba que había preferido quedarse en casa por cuestiones de salud. Estaba resfriado y prefería no arriesgarse.

Su historia de amor

No lo tuvieron precisamente fácil. Carmen estaba casada con el marqués de Valencina, con el que tenía cuatro hijos. La sociedad sevillana entonces le dio la espalda y las cosas no mejoraron cuando conoció a Curro, una de las grandes figuras del toreo de nuestro país. Con la duquesa de Alba como amiga íntima protectora y paño de lágrimas, la aristócrata sevillana pudo vivir su amor sin que le importaran mucho los comentarios de la ciudad, convirtiéndose en la mujer del diestro en 2003, cuando se casaron en una ceremonia civil e igual de íntima que la que ha tenido lugar este domingo.

La negativa de Concha Márquez Piquer a tramitar la nulidad matrimonial impidió a la pareja celebrar un enlace religioso, sin que hubiera forma de convencerla para facilitar a la pareja casarse por la iglesia. Aun así, han sido siempre un matrimonio sólido y feliz, que por fin ha visto cómo se cumplía uno de sus grandes deseos.