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Espantá, perdón y el testimonio de Ana Rosa: la historia de amor de Carmen Tello y Curro Romero
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LUCES Y SOMBRAS

Espantá, perdón y el testimonio de Ana Rosa: la historia de amor de Carmen Tello y Curro Romero

La mujer de la alta sociedad y el torero han decidido celebrar sus 19 años de casados pasando de nuevo por el altar, esta vez religioso. Aunque su romance no fue para nada sencillo

Foto: Carmen Tello y Curro Romero. (Gtres)
Carmen Tello y Curro Romero. (Gtres)

Fue exactamente el 16 de febrero de 2003 cuando Curro Romero y Carmen Tello se casaron mediante ceremonia civil celebrada en el chalet de Espartinas, propiedad del torero. Una decisión parcialmente obligada: no lo podían hacer por la Iglesia, que era el verdadero deseo de la que había sido marquesa de Valencina. ¿La razón? La oposición total de Concha Márquez Piquer a tramitar la anulación matrimonial. Cada vez que se preguntaba a la artista por esta cuestión, era muy clara: “Mis niñas no van a ser nunca hijas de madre soltera. El matrimonio existió y, por lo tanto, la Iglesia dice que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.

Es así como el torero nunca dejó de ser el marido de Concha ante los ojos de la Iglesia. El caso de Carmen fue diferente. No hubo problemas a la hora de divorciarse, ni tampoco con el trámite favorable que dictó el Tribunal de la Santa Rota. La diferencia entre la pareja era que Tello siempre mantuvo una excelente relación con el padre de sus cuatro hijos, Miguel Angel Solís y Martínez Campos, marqués de Valencina. Sin embargo, el torero solo tuvo encuentros esporádicos con su exmujer por cuestiones relacionadas con sus hijas.

De esta manera, la boda religiosa nunca se pudo realizar y jamás hubo posibilidad de convencer a la otra parte. Incluso las hijas de Curro, Coral y Conchitín, trataron alguna vez el tema con su madre muy de pasada, pero no insistieron porque sabían que la decisión de Concha Márquez era inquebrantable. No fue hasta que falleció la cantante cuando la situación cambió y el vínculo mantenido durante todo ese tiempo desapareció.

placeholder Curro Romero y Carmen Tello, en Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
Curro Romero y Carmen Tello, en Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)

En esos momentos, la pareja se planteó un nuevo matrimonio, esta vez bendecido por Dios y seguramente ratificado por el sacerdote Ignacio Sánchez-Dalp, encargado también de oficiar la ceremonia entre la duquesa de Alba y Alfonso Diez. El periódico 'La Razón' anunciaba este pasado miércoles que la boda estaba cada vez más cerca, seguramente antes de que finalice el año. Además, avanzaba que el enlace será sin exclusivas y solo contará con la asistencia de los más íntimos.

A pesar de esta demostración, la historia de amor de Curro Romero y Carmen Tello tuvo sus luces y sus sombras. Al principio, parte de la sociedad sevillana más influyente no vio con buenos ojos esa relación, ya que no entendía cómo era posible que la entonces noble se separara del hijo de los marqueses de la Motilla para vivir su amor con el torero. Las críticas y desplantes fueron continuos hasta que la duquesa de Alba entró en acción y dio cobijo y apoyo a su amiga del alma. Desde ese momento, las maledicencias desaparecieron; al menos públicamente. La pareja aún no estaba casada, pero a Cayetana Fitz-James Stuart le daba igual y los recibía juntos o separados en el palacio de Dueñas.

Novio a la fuga

El camino hasta llegar a la que será la boda religiosa tampoco fue fácil. Cuando por fin decidieron casarse civilmente, hubo una primera fecha para ese enlace que iba a reunir a lo mejor de cada casa. Cuatrocientos invitados y Carlos Telmo, uno de los mejores relaciones públicas de Sevilla en aquellos años, organizando como jefe de prensa. Todo estaba más o menos controlado hasta que Curro Romero dio lo conocido vulgarmente como 'espantá'. El torero envió un comunicado a los medios donde anunciaba que la boda se había cancelado por “motivos indeterminados” y Carmen Tello se enteró por la prensa de que el torero era un “novio a la fuga”.

Es más, la noche anterior a la ruptura unilateral, la pareja había estado cenando con Ana Rosa Quintana, Juan Muñoz y otros amigos. Nadie jamás supo qué sucedió para que el torero tomara esa decisión y así lo recuerda la presentadora de las mañanas: “Estuvieron en casa y no es verdad que discutieran como se ha dicho, al menos delante de nosotros. Hablamos de la boda y cuando Curro preguntó que si iba a ir con mucha gente, le dije que sí, que mucha. Ahí se acabó el tema. Se fueron y a partir de esa noche la historia cambió”.

placeholder Curro Romero, nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 2020. (EFE/José Manuel Vidal)
Curro Romero, nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 2020. (EFE/José Manuel Vidal)

Efectivamente, Curro, hombre discreto y poco dado a ser el centro de atención al margen de su vida profesional, se asustó. Desapareció y nadie sabía dónde estaba, porque no volvió al chalet familiar de Bellasombra en Espartinas. Algunos conocidos dijeron haberlo visto en una venta escuchando flamenco con su colega Rafael de Paula y otros amigos del mundo taurino y del flamenco. Nadie entendía nada y menos aún Carmen Tello, que no era capaz de reaccionar, lo único que hacía era llorar. Menos mal que tuvo a su lado a Montse Fraile, que fue su paño de lágrimas.

La historia, tal y como estaba escrita en aquellos días, no tenía un buen final. Se canceló la boda y se rompió el noviazgo por el que Tello había dado todo. Hubo otro comunicado, esta vez conjunto, donde contaban que se habían dado un tiempo de reflexión, un eufemismo para anunciar que aparentemente no había vuelta atrás. Sin embargo, el destino cambió la decisión y se convirtió en el mejor aliado de la pareja.

El torero reaccionó, pidió perdón y volvió a pedir a Carmen que se casará con él. Aunque hubo dudas por si se repetía la situación, finalmente el 16 de febrero de 2003 se celebraba en el que era el chalet familiar la boda. Esta vez con cambios importantes. El principal, el número de invitados: se redujo a familia directa y amigos íntimos como eran el modisto Tony Benítez, el ministro Javier Arenas y su mujer, el doctor Javier Trujillo y, por supuesto, José María García, que junto con Montse fueron el nexo de unión entre los novios cuando parecía que su historia sentimental estaba rota definitivamente.

Ahora, diecinueve años después, Carmen Tello y Curro Romero volverán a renovar sus votos matrimoniales, cumpliendo su sueño de bendecir su historia de amor ante los ojos de la Iglesia.

Fue exactamente el 16 de febrero de 2003 cuando Curro Romero y Carmen Tello se casaron mediante ceremonia civil celebrada en el chalet de Espartinas, propiedad del torero. Una decisión parcialmente obligada: no lo podían hacer por la Iglesia, que era el verdadero deseo de la que había sido marquesa de Valencina. ¿La razón? La oposición total de Concha Márquez Piquer a tramitar la anulación matrimonial. Cada vez que se preguntaba a la artista por esta cuestión, era muy clara: “Mis niñas no van a ser nunca hijas de madre soltera. El matrimonio existió y, por lo tanto, la Iglesia dice que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.

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