Así fue la pedida de Tamara Falcó: amigos, hortensias, lirios y dos hermanos desde Miami

El sábado por la noche se celebraba en el chalet familiar de Puerta de Hierro la petición de mano de Tamara Falcó por Íñigo Onieva. Un trámite festivo previo a la boda que se celebrará el próximo 8 de julio en el palacio de la finca El Rincón. Esta finca formó parte, junto con el título de marquesa de Griñon, de lo que recibió la novia como herencia de su padre, el añorado Carlos Falcó que fallecía hace algo más de tres años por complicaciones derivadas del coronavirus.

El del sábado fue un encuentro familiar e íntimo para que ambas familias tuvieran un trato más directo. Carolina Molas, madre de Íñigo, e Isabel Preysler se han tratado muy poco y siempre con más gente, como fue el cumpleaños del año pasado de Tamara. La empresaria es una mujer que desde que su hijo y la ganadora de 'MasterChef' se hicieron novios eligió un perfil muy bajo y así lo ha mantenido, aunque no siempre ha sido posible. La ruptura abrupta del noviazgo y la reconciliación posterior de la pareja mediática la colocó en una situación complicada. Su mundo empresarial no necesita de publicidades alternativas. Llegó a enviar un comunicado a los medios pidiendo que por favor la mantuvieran al margen. Y poco a poco lo va consiguiendo y los medios han respetado su decisión.

De la fiesta del sábado no habrá imágenes exclusivas porque como aseguraba la propia Tamara a Vanitatis: "Hemos querido que fuera una cosa muy íntima, muy familiar. Ha sido precioso". Iñigo compartía el comentario de su novia, manifestándolo por mensajes de WhatsApp cuando se le preguntaba por el emotivo acto: "Muy bonito. Lo hemos pasado muy bien”.

Efectivamente hubo muchos detalles que hicieron de la celebración una noche mágica. Para empezar estuvo el padre de Iñigo que se desplazó desde Mexico, donde vive con su mujer y sus hijo. Hacía más de un año que no se veían físicamente y Tamara no conocía personalmente a su futuro suegro hasta la noche del sábado. Llegó en coche acompañado de su mujer y de su hija Alejandra, hermana de Íñigo.

Isabel Preysler fue la perfecta anfitriona y cuidó hasta el último detalle, tanto en el tema gastronómico como en la decoración, de la que se encargó Sally Hambleton, una de las profesionales con mejor gusto y originalidad del sector de la decoración floral, como se podía ver en el reportaje publicado por Vanitatis en febrero pasado.

Según confirmaba Beatriz Cortázar en el programa 'Fiesta' de Mediaset, la casa estuvo repleta de flores, la mayoría hortensias y lirios, que son las preferidas de madre e hija. Desde la misma mañana del sábado se fueron recibiendo centros y ramos que hicieron llegar tanto amigos de la socialité como de la protagonista. Enviar flores es una práctica habitual en las peticiones y se reciben en la casa de la prometida.

La fiesta se dividió en dos partes. La primera estrictamente familiar, con un cóctel y una cena a la que asistieron veinticinco invitados sin contar con los protagonistas de la noche mágica. Fue en ese primer tiempo donde hubo los discursos que Tamara adelantó en 'El hormiguero': "Mi familia es muy dada a hablar y coger micrófonos". No pudieron acudir ni Chábeli ni Enrique, que hicieron conexión vía Skype.

En cambio, sí estuvieron presentes Julio José y su novia, Ana Boyer y Fernando Verdasco, que viven en la casa familiar cuando están en España, los hermanos de Tamara por parte de padre y el primo Álvaro Castillejo que regaló a los novios el DJ y la musica. No faltaron las grandes amigas de la marquesa de Griñón como son las hermanas Finat e Isabelle Junot, que además de íntima es prima política al estar casada con Álvaro Falcó.

Isabel Preysler eligió un vestido de la diseñadora colombiana Silvia Tcherassi y Tamara de la firma australiana Zimmermann, que abrió su primera tienda en Madrid en junio pasado. Madre e hija acudieron ese día al acto lúdico posterior con motivo del estreno de la tienda en Madrid. Una vez que finalizo la cena fueron llegando más invitados, tanto amigos de la pareja como de Isabel Preysler.