María Teresa Campos, la mujer que nos hizo formar parte de su familia

Desde hace una temporada, la salud de María Teresa Campos era muy frágil. Se sabía de esa evolución negativa por sus propias hijas, pero siempre quedaba la esperanza de que remontara. No ha sido así. El domingo por la mañana ingresaba de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con pronóstico reservado. Desde ese momento, las noticias que se recibían eran poco esperanzadoras. Por la tarde, la dirección del hospital remitía a los medios un comunicado por encargo de Carmen y Terelu. Un informe muy parco donde quedaba poco espacio para la interpretación.

Pero lo que realmente marcaba la situación era la llegada de familiares y de amistades conocidas como Rocío Carrasco y Belén Rodríguez. Precisamente la visita de la periodista a la clínica marcaba la intensidad de la situación. Hacía tiempo que las relaciones entre las hermanas Borrego y la hija de Chari Gómez Miranda (Doña Adelaida) estaban rotas. La evolución de la enferma no era buena y de ahí ese aviso. Igual que con Gustavo, que había dejado de ser su chófer muchos años atrás para convertirse en parte de la familia. Ella misma lo dijo muchas veces: “Gus es el hijo que no he tenido”.

Teresa Campos era una segunda madre para la colaboradora del programa 'Fiesta'. Se sumaba también la llegada de parientes de Málaga. Eran pistas que marcaban lo que sucedía en esas últimas horas para la comunicadora. La Campos (así la llamábamos los que trabajamos con ella) fallecía a los 82 años. Una noticia que ha supuesto la desaparición de un referente en el mundo televisivo. Muchos de sus seguidores, incluso parte de sus conocidos, no sabían de la gravedad de su estado. Hace un año, las hijas Carmen y Terelu preferían ser prudentes.

Desembarcó en Telecinco con todo su equipo, que convirtió en familia más allá de lo que suponía el aspecto exclusivamente profesional. Si algo la caracterizaba era su generosidad, lo mismo que sus 'prontos'. Cuando algo no funcionaba en un momento concreto del programa se enfurecía. Por ejemplo, si una llamada importante no entraba en el momento justo del directo en la primera publicidad había consecuencias. Lo bueno es que minutos después ya se le había olvidado.

Subía a la redacción y si ese día tenía que grabar alguna publicidad, por la tarde se iba con algunos redactores del equipo a comer. Como casi siempre estaba a dieta pedía una ensalada y pescado o carne a la plancha, y a continuación se lo cambiaba a quien estuviera cerca por unos huevos fritos o una milanesa. Y pedía muerta de risa que no le contaran esa permuta a sus hijas. En realidad a Carmen, que era la que manejaba 'el corralito' (así se denominaba) y que era la que compartía más horas con su madre y estaba al tanto de todo.

Nunca fue 'mamá' para ninguna de las hermanas Borrego mientras coincidían en los espacios profesionales. Después, en la vida cotidiana sí.

Campos era la matriarca de un clan muy amplio. Su familia de Málaga, sus amigas con las que jugaba a las cartas casi todas las tardes. Ejercía de paraguas protector sobre su gente hasta que aparecieron los síntomas del olvido. Quizá lo más doloroso para una mujer con una capacidad de trabajo inagotable y una rapidez mental impresionante haya sido el perder el pasado y el presente.

Sus registros eran inagotables y consiguió cambiar una imagen de programa matinal para un sector muy concreto en un espacio de entretenimiento y actualidad. Consiguió con el espacio 'Su señoría es persona' que políticos en ejercicio y con poder acudieran a la mañana de Telecinco. Conseguía que bailaran, tocaran el acordeón, que enseñaran las fotos del álbum personal y que incluso llegaran a enfadarse los jefes de prensa si su jefe iba después de otro con menos importancia en el Congreso.

Teresa Campos ha sido un referente profesional, pero sobre todo una mujer a la que la vida no le regaló nada y consiguió con esfuerzo y trabajo ser la 'reina de las mañanas'. Para los que la conocimos y quisimos era solamente la Campos o Mari Tere y formó parte importante de nuestras vidas.