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La duquesa de Alba y Francisco Rivera, del amor al silencio
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SU DISTANCIAMiENTO

La duquesa de Alba y Francisco Rivera, del amor al silencio

Todo cambió ante lo que la duquesa de Alba consideró como la gran traición del que había acogido como a un hijo

Foto: Francisco Rivera y la duquesa de Alba, en una imagen de archivo. (EFE/Julio Muñoz)
Francisco Rivera y la duquesa de Alba, en una imagen de archivo. (EFE/Julio Muñoz)

Francisco Rivera ha vuelto a actualizar informaciones que en su día fueron portadas de revistas, titulares de prensa y contenido de programas. Eran tiempos en los que los datos de las historias de los protagonistas se cruzaban y no coincidían. Los desacuerdos interpretativos llegaban hasta el entorno de familiares y amigos respectivos que se colocaban a favor o en contra del torero, de Eugenia, de Isabel Pantoja o de Carmen Ordóñez.

Foto: Fran Rivera en el photocall de un evento musical. (EFE)

La temática era algo así como “estás conmigo o contra mí”. Así fue durante años hasta que el tiempo fue colocando cada cosa en su sitio. Eugenia es feliz con Narcís Rebollo, con quien ha encontrado la estabilidad emocional que no tuvo en su primer matrimonio. Como ella misma ha declarado en muchas ocasiones, el presidente de Universal Music es el hombre de su vida. Eugenia dejó de agobiarse con los reporteros de calle y está centrada en sus proyectos y en su niña, Tana.

placeholder Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo, en una imagen reciente. (EFE/Raúl Caro)
Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo, en una imagen reciente. (EFE/Raúl Caro)

El torero se volvió a casar, tiene dos hijos y una vida económica aparentemente resuelta. De ahí que sorprenda esta vuelta de tuerca que supone “confesarse” públicamente en un programa de máxima audiencia como es 'De viernes'. Durante años despotricaba contra este tipo de espacios, pero ahora ha querido mostrar a la audiencia su historia personal.

Varias de sus afirmaciones no coinciden con lo que sucedió en su momento. Es lo bueno de la hemeroteca. Cuando se echa la vista atrás y se consulta, la diferencia de antes y ahora es como el agua y el aceite. No concuerdan.

Una de las historias tiene que ver con el distanciamiento con la duquesa de Alba. Para la aristócrata, la boda de su hija con un torero fue rememorar lo que ella no pudo hacer. Estuvo muy enamorada de Pepe Luis Vázquez, pero fue un amor imposible. Cayetana lo relataba así en sus memorias: “Mi padre me lo impidió tajantemente. Mi vida se derrumbó ante aquel amor imposible. Pensé que nunca volvería a estar enamorada”. La pasión inconclusa con el matador no impidió casarse tres veces a lo largo de su vida. Pero se le quedó la espina de ese primer amor de juventud que nunca olvidó.

placeholder La duquesa de Alba bailando, con Francisco Rivera en una imagen de archivo. (EFE/Julio Muñoz)
La duquesa de Alba bailando, con Francisco Rivera en una imagen de archivo. (EFE/Julio Muñoz)

Por eso, cuando su hija le anunció que quería casarse con el nieto de Antonio Ordóñez, tuvo muy claro que no se opondría a esa boda. A diferencia de la suegra Carmen, que según las palabras de Rivera en el documental, le aconsejó que pusiera tierra de por medio. Esta parte de las confesiones del torero sí se ajustan seguramente a la realidad que vivieron ambos.

Lo que sí es demostrable con la maldita hemeroteca es que Francisco Rivera sí quiso volver con Eugenia tras la ruptura matrimonial. Él mismo declaraba públicamente que en ese espacio amoroso entre Carla Goyanes y la prima, Blanca Martínez de Irujo, quería recuperar a la madre de su hija.

La duquesa siempre pensó que era posible esa vuelta y así se lo decía a Eugenia. Incluso llegó a no creer la historia de Fran con la sobrina Blanca hasta que el romance apareció en las revistas y confirmado a través de una exclusiva. Esta historia duró poco y por lo tanto la aristócrata volvió a ilusionarse con la posibilidad de que el torero volviera a ser su yerno. Tras el divorcio, las puertas de sus palacios siguieron estando abiertas. Siempre que podía, la titular de la Casa de Alba tenía buenas palabras para el padre de su nieta.

placeholder Francisco Rivera, en la boda de la duquesa de Alba en Sevilla. (Getty)
Francisco Rivera, en la boda de la duquesa de Alba en Sevilla. (Getty)

Todo cambió ante lo que consideró la gran traición del que había acogido como a un hijo. Francisco Rivera interpuso una demanda en la que solicitaba la custodia de Tana Rivera Martínez de Irujo. Hasta ese momento, el protagonista de ‘De viernes’ podía estar con su hija siempre que quisiera y la niña viajaba a menudo a Sevilla, donde el padre había decidido vivir su nueva existencia con Lourdes Montes.

La hija, al ser menor de edad, no tuvo que estar presente en el juicio, pero sí respondió a las cuestiones previas. Cuando la preguntaron con quién prefería vivir, respondió que con los dos. La sentencia fue desfavorable al torero y la niña siguió viviendo en el domicilio familiar de la madre.

Como testigos acudieron al juicio los hermanos de Eugenia, que hicieron piña con la pequeña de la casa.

A raíz de esa demanda, la duquesa de Alba nunca quiso saber de Francisco. Quitó las fotos en las que aparecía, ya fuera solo o con el resto de la familia, en los palacios de Liria y Dueñas, y pasó a ser invisible. Consideró la reclamación judicial como una gran traición. Lo borró de la lista de afectos para siempre.

Francisco Rivera ha vuelto a actualizar informaciones que en su día fueron portadas de revistas, titulares de prensa y contenido de programas. Eran tiempos en los que los datos de las historias de los protagonistas se cruzaban y no coincidían. Los desacuerdos interpretativos llegaban hasta el entorno de familiares y amigos respectivos que se colocaban a favor o en contra del torero, de Eugenia, de Isabel Pantoja o de Carmen Ordóñez.

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