Es noticia
Menú
El día que César Alierta pagó un dineral para enterrar las fotos de su beso con Isabel Sartorius
  1. Famosos
ABSOLUTA DISCRECIÓN

El día que César Alierta pagó un dineral para enterrar las fotos de su beso con Isabel Sartorius

Mantuvieron una relación más que discreta. Y, aunque los paparazis no se lo pusieron fácil, el fallecido empresario hizo todo lo posible para vivir su amor fuera del foco mediático

Foto: Isabel Sartorius, en una imagen de archivo. (Getty/Pablo Cuadra)
Isabel Sartorius, en una imagen de archivo. (Getty/Pablo Cuadra)

Tras su fallecimiento, el pasado miércoles, los titulares de su última historia de amor han vuelto a copar todos los medios. Fue enorme el interés que generó en su momento, hace ya unos años, por mucho que ellos intentaron evitarlo. Al menos en el caso de él, que hizo todo lo posible por que su relación quedara lejos del foco mediático. Hablamos incluso de desembolsar una generosa cantidad de dinero para ocultar las pruebas gráficas. Esta es la historia del día que César Alierta pagó un dineral para enterrar las fotos de su beso con Isabel Sartorius.

Estamos hablando de 2018. Perdonen que no podamos ofrecerles una fecha exacta, pero hay que tener en cuenta que son muchos los reportajes por los que los paparazis luchan cada año, así que a los protagonistas de esta anécdota les es imposible recordarlo. Además, no tienen forma de comprobarlo. Ahora entenderán por qué.

Como decíamos, tenemos que retroceder unos años, hasta un momento en el que la relación entre el expresidente de Teléfonica -había dejado el cargo un par de años antes- era ya pública. Se sabía que estaban juntos y, de hecho, la propia Isabel Sartorius había confesado lo suyo a su revista de cabecera, con ese manido "nos estamos conociendo" tan recurrente. Pero no había muchas fotos que confirmaran su romance.

placeholder César Alierta, en 2017. (EFE/Sergio Barrenechea)
César Alierta, en 2017. (EFE/Sergio Barrenechea)

Con estos ingredientes -él, poderoso; ella, la expareja del rey Felipe-, no era de extrañar que algunos paparazis invirtieran tiempo y esfuerzo en conseguir esas pruebas gráficas que evidenciaran su noviazgo. Es decir, un paseo de la mano, un beso... Nada raro en una pareja, en resumidas cuentas.

Y hubo dos que lo consiguieron, después de muchos días en blanco y sin dar frutos, ya con el cuerpo pidiendo centrarse en otros personajes y objetivos. Quizá menos poderosos, menos escoltados, con una vida más 'normal', si se puede decir así, de los que pasean por la calle y se dejan ver. No era el caso de César Alierta, que, nos apuntan, iba a todas partes en su lujoso vehículo, conducido por un chófer.

En esas estaban estos dos fotógrafos, después de muchas horas de guardia, mucho cansancio y a punto de tirar la toalla, esperando en la casa de Isabel Sartorius situada en el barrio de Chamberí y esperando cualquier movimiento digno de apretar el disparador de la cámara. Y sucedió. Ese lujoso coche que antes mencionábamos se detuvo en la puerta del portal y de él bajó la mismísima Isabel Sartorius, seguida de César Alierta, que no dudó en acompañar a su pareja hasta el portal.

Fueron apenas unos metros, pero suficientes para que a los dos profesionales les diera tiempo a captar muchas fotos. Una de ellas, la más esperada, la que mostraba un beso de la pareja, el gesto de cariño y despedida tras una velada compartida.

placeholder Isabel Sartorius, en una imagen de archivo. (Getty)
Isabel Sartorius, en una imagen de archivo. (Getty)

No imaginen un beso apasionado, al estilo de aquella fotografía del marinero y la enfermera cuando en Estados Unidos se celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial. Fue más bien un beso casto. Pero eso, al fin y al cabo, es lo de menos. Lo importante es que los fotógrafos tenían la imagen más perseguida y por ella podían obtener un buen dinero en las revistas dedicadas al mundo del corazón.

Pero con lo que no contaban es que, si ellos sabían de cómo moverse, Isabel no se quedaba atrás y no tardó en descubrirlos. Hacerlo y acercarse a ellos para que no se publicaran las fotos fue casi inmediato.

Enseguida, argumentos por las dos partes. El de Isabel hacía referencia a que esas fotos podían perjudicar mucho a César Alierta, especialmente por su familia y sus sobrinos, que no veían la relación con muy buenos ojos. El de los fotógrafos quería hacerle entender que, gracias a esas imágenes, podían vivir un mes de tranquilidad económica: "Es que por estas fotos '¡Hola!' nos puede pagar 3.000 euros, Isabel", le decían.

placeholder Portada de la revista '¡Hola!' de noviembre de 2017, que confirmaba la relación de la pareja.
Portada de la revista '¡Hola!' de noviembre de 2017, que confirmaba la relación de la pareja.

Escuchar la cifra y que a Isabel Sartorius se le iluminara la cara fue todo uno. "Solucionado", nos cuentan que dijo. "César, ven". Hasta ese momento, Alierta había permanecido a unos metros, sin entrar en la conversación, pero acudió presto a la llamada de su pareja, que le explicó lo que pasaba: "Estos chicos quieren 3.000 euros por las fotos, vamos a solucionarlo".

Dicho y hecho. Alierta, del que los mismos fotógrafos nos aseguran que era una persona que trataba a la prensa de forma excepcional, en cualquier situación, no dudó en sacar su billetera. De ella asomaron varios billetes de 500 que se apresuró a entregar a los fotógrafos: "Uno detrás de otro, los iba contando. Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis", nos dicen. Una situación que califican como "muy fuerte".

Nunca hubieran imaginado los dos paparazis que acabarían la noche cada uno con 1.500 euros en el bolsillo. En efectivo y en tres billetes de 500. Eso sí, antes de coger el dinero, tuvieron que entregarle la tarjeta de la cámara. Unos y otros cumplieron su trato -por eso es imposible comprobar ahora en qué fecha fueron realizadas-, y las fotos del beso de César Alierta e Isabel Sartorius, dineral mediante, nunca vieron la luz.

Tras su fallecimiento, el pasado miércoles, los titulares de su última historia de amor han vuelto a copar todos los medios. Fue enorme el interés que generó en su momento, hace ya unos años, por mucho que ellos intentaron evitarlo. Al menos en el caso de él, que hizo todo lo posible por que su relación quedara lejos del foco mediático. Hablamos incluso de desembolsar una generosa cantidad de dinero para ocultar las pruebas gráficas. Esta es la historia del día que César Alierta pagó un dineral para enterrar las fotos de su beso con Isabel Sartorius.

Poder
El redactor recomienda