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Ella Kweku, la actriz sorpresa de ‘Beguinas’: “Recuerdo llorar de niña cuando vi una serie de mujeres negras e inteligentes. No era lo habitual”
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ENTREVISTA

Ella Kweku, la actriz sorpresa de ‘Beguinas’: “Recuerdo llorar de niña cuando vi una serie de mujeres negras e inteligentes. No era lo habitual”

Hablamos con la actriz canaria de personajes racializados, de su aventura musical y del abuso de poder en la industria del entretenimiento

Foto: Foto: Carlos Villarejo/ Estilista: Cristina Terron Maquillaje / Pelo: Kley Kafé para Dior
Foto: Carlos Villarejo/ Estilista: Cristina Terron Maquillaje / Pelo: Kley Kafé para Dior

Decir que Ella Kweku es una mujer del Renacimiento es recurrir a un cliché necesario cuando hablamos de una chica que, a sus 37 años, ha hecho sus pinitos en la música allende los mares, ha paseado palmito como modelo, canta todo lo que le echen y sigue con fuerza su carrera como actriz. A este respecto, últimamente la podemos ver en ‘Beguinas’, serie que nos lleva a la Segovia medieval y a unas mujeres que vivían al margen de la todopoderosa Iglesia católica. Ella es una de esas fñeminas, encarnando a un personaje que la proyecta como una de las futuras estrellas del audiovisual de nuestro país.

La actriz canaria estuvo diez años en Los Ángeles, ha sido imagen de Dior y también ha estado en series como ‘Sagrada Familia’. Un currículum extenso que no para de crecer.

En este entrevista para ‘Vanitatis’ nos habla de las posibilidades que tienen las chicas racializadas de hacer personajes diversos, del abuso de poder que sufrió durante sus años en Estados Unidos y de los musicales que hacen que su día a día sea un poco más feliz.

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(FOTO: Carlos Villarejo/ Cortesía)

P. De tu trayectoria multidisciplinar me llama la atención la cantidad de marcas que han recurrido a ti como modelo… ¿Qué recuerdas de esa época?

R. Siempre lo hice como una forma de pagar mis clases de canto y mis clases de interpretación. Era una forma muy fácil de ganar dinero. Me di cuenta que, haciendo un trabajo al mes, ganaba la misma cantidad que ganaba mi padre. Llega un momento que para buscar oportunidades, ya que en ese momento no había muchas oportunidades aquí en España para la interpretación, decidí irme a Los Ángeles.

-También fuiste reportera…

Es curioso, porque he hecho tantas cosas que muchas veces ni me acuerdo. Siempre supe que me gustaba el mundo del artisteo y busqué la forma de entrar ahí.

-Lo que más te gustaba era cantar. Cuéntanos qué tal fue tu aventura musical

Siempre fui muy musical, pero nunca lo había intentado. En Los Ángeles empecé a grabar con Capitol Records. Pero siempre te encuentras a gilipollas… Como en todas las profesiones, hay alguien que se quiere aprovechar de su poder. Alguien con quien trabajé quiso tener algo más conmigo.

-¿Quieres decir que hubo un señor que intentó ejercer un abuso de poder?

Sí, porque el de la música era mi sueño. Pero, francamente, eso pasa mucho en Los Ángeles. O sea, yo nunca tuve contacto directo con Capitol Records. Siempre era a través de él. Estuvimos grabando incluso. Pero después de decirle que no quería nada con él, desapareció.

-Ha llegado un momento en el que las mujeres ya no se callan ese tipo de cosas…¿Cómo crees que han cambiado las cosas en este sentido?

Creo que sí cambian algunas cosas, pero siempre va a haber alguien que
pueda abusar de su poder y salir indemne. El maltrato psicológico sigue teniendo lugar por parte de gente muy poderosa. Pero yo he aprendido muchísimas cosas de eso. Hay gente maravillosa con la que hasta el día de hoy sigo teniendo contacto, que me han cuidado mucho. Lo veo un poco como un jardín. Para crear ese jardín de rosas primero tienes que quitar las malas hierbas.

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(FOTO: Carlos Villarejo/ Cortesía)

-Debió ser duro, porque viviste sola mucho tiempo en Estados Unidos…

Sí. Vivir allí sola, sin familia, y que encima te traten como un objeto es terrorífico. Por culpa de aquella persona comencé a desconfiar de todo el mundo.

-Tus padres son de diferentes nacionalidades pero no provienen del mundo del espectáculo. ¿Cómo llegaste ahí?

Pese a que mi familia no es del mundo del espectáculo, siempre lo tuve claro. Uno de los primeros recuerdos que tengo es despertarme por la mañana en casa con mi padre e ir corriendo a la televisión porque estaba Michael Jackson cantando. Recuerdo pensar ‘quiero estar ahí dentro’.

-¿Qué esperaban tus padres de ti?

Mi madre siempre pensó que iba a ser médico, que sería cirujana, porque también me gustaba mucho todo lo que tenía que ver con el cuerpo humano. Yo pensaba que iba a ser cirujano, pero fuese lo que fuese, mis padres siempre me apoyaron, especialmente mi madre. Si quería ir a clase de baile, me llevaban a la clase de baile. Tampoco tuve miedo de salir fuera porque mis padres son los dos de fuera e íbamos de vacaciones a Inglaterra cuando era chiquitita. Ya estaba acostumbrada a los aviones. Puede que ese sea el legado de ellos, lo que me ha influenciado para no tener miedo a salir.

-Sé que parte de tus inicios en el cine tienen que ver con la negativa de Berta Vázquez a hacer un personaje en una película con Fernando Tejero, Óscar Jaenada… ¿cómo sucedió eso?

Me llamaron para hacer un papel de hogar que se llamaba ‘La piel en llamas’. Yo iba a ser la coprotagonista. Al final creo que decidió no hacerlo. No sé si por la pandemia o por qué. Así que, justo una semana antes de filmar o una semana y media, me cambiaron el papel y me dijeron que hiciese el de ella. Me lo tuve que aprender súper rápido.

placeholder Cartel de 'La piel en llamas'.
Cartel de 'La piel en llamas'.

-En 2013, años antes, hiciste ‘Ismael’, con Belén Rueda y Mario Casas. Pero sin embargo te volviste a ir a Los Ángeles

En aquella época había tocado en la puerta de Eva y Yolanda (unas agentes). Les dije: ‘Mira, quiero actuar, quiero hacer algo’. Yo me había ido a Los Ángeles porque veía que aquí no había mucha cosa para gente de color. Me contactó mi representante y me mandó un email diciéndome: “están buscando a una chica negra. Creo que tú podrías ser Alika”. Hice la audición y me vine volando para conocer a Marcelo Piñeiro, el director. Me dieron un papel y fue así como hice mi primera película.

-También has trabajado con Macarena Gómez y en ‘Sagrada Familia’. ¿Tienes algún reto profesional?

Quiero hacer lo que venga. Estoy en un momento de mi carrera donde tampoco es que pueda elegir. Realmente, aún estoy empezando. Lo que quiero es coger impulso. Hago lo que me va viniendo. Lo único que he rechazado es un personaje que no me veía haciendo.

-Eres una chica con un físico normativo, racializada. ¿Ha influido eso en el tipo de personajes que te ofrecen?

Creo que hoy por hoy no es como antes. En los 80 y en los 90, cuando una actriz o una modelo tenía que ser alta, delgada, guapa, perfecta… Creo que ahora buscamos algo que sea más natural y algo en lo que las personas puedan ver reflejadas. También te digo una cosa, que yo no he hecho muchos de los papeles que pensaba que me iban a tocar por mi tipo de físico. Pero es cierto que la mezcla de culturas está en nuestra vida diaria.

-¿Qué tipo de películas veías cuando eras pequeña?

Gracias a la influencia de mi madre, que es inglesa, vi muchas películas como ‘The Sound of Music’, o ‘Sonrisas y lágrimas’ como la llamamos aquí en España. Cuando me sentía sola en Los Ángeles me ponía ‘My fair lady’ cada noche. Me sé todos los diálogos. También me gustaban los musicales con Fred Astaire y Ginger Rogers.

-¿Qué ha aportado ‘Beguinas’ a tu carrera?

Me devolvió la ilusión porque me encanta la trama y el personaje. La propia historia sobre mujeres que el feminismo en Europa es muy interesante. Además, es una historia perdida. Poder llevar eso a la gente me llena de satisfacción.

-¿Te gusta o te gustaría ser un referente?

Creo que es importante tenerlos. Recuerdo ver en una serie a mujeres negras inteligentes, con carreras, que conducían buenos coches y vestían de forma elegante. Y recuerdo ponerme a llorar porque nunca antes lo había visto. Para mí es importante que puedan ver eso. Tengo mucho cuidado en ese sentido, con los roles que me dan. Nunca he hecho un rol de chacha, por ejemplo.

-¿Qué te parece que hoy en día se cancele a películas como ‘Lo que el viento se llevó’ por ese tipo de cuestiones?

Son películas que han marcado en su época. Tirarles piedras ahora mismo es una tontería. Al final es como un mapa de lo que hemos creado en el tiempo. Gracias a que tenemos esos clásicos y vemos lo no se ha hecho bien en el pasado, podemos cambiarlo.

-Para terminar, ¿te gustaría volver a la música?

La música la hago para mí, me da felicidad. Pero si tengo que elegir es que, de aquí a que me vaya, cuando tenga 80 y pico, 90 o los que sean, me gustaría haber inspirado a la gente joven.

Fotógrafo: Carlos Villarejo
Estilista: Cristina Terrón
Maquillaje / Pelo: Kley Kafé para Dior

Decir que Ella Kweku es una mujer del Renacimiento es recurrir a un cliché necesario cuando hablamos de una chica que, a sus 37 años, ha hecho sus pinitos en la música allende los mares, ha paseado palmito como modelo, canta todo lo que le echen y sigue con fuerza su carrera como actriz. A este respecto, últimamente la podemos ver en ‘Beguinas’, serie que nos lleva a la Segovia medieval y a unas mujeres que vivían al margen de la todopoderosa Iglesia católica. Ella es una de esas fñeminas, encarnando a un personaje que la proyecta como una de las futuras estrellas del audiovisual de nuestro país.

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