41.000 metros de tela y cinturas ajustadas: todos los detalles del vestuario de 'Los Bridgerton' en su tercera temporada

Cuando la idea de que el mundo de los Bridgerton pudiera ser más luminoso y suntuoso parecía imposible, llega el diseñador John Glaser y lo aumenta en la tercera temporada. Cambios en las paletas de colores, en los patrones y mucha época dorada de Hollywood a lo largo de los más de 41.000 de tela con la que se han confeccionado todos los trajes de este año.

Glaser estuvo mano a mano con la diseñadora de la primera temporada de la serie de Netflix, Ellen Mirojnick, y ahora ha vuelto con las pilas cargadas y un toque de aire fresco. El mayor cambio que ha introducido para dar a los vestidos un toque todavía más actualizado ha sido ajustar la cintura de las mujeres.

El detalle moderno en los primeros vestidos lo pusieron los escotes. En vez de utilizar las líneas rectas habituales de la época, Mirojnick diseñó los patrones en redondo. Una forma que se ajusta mejor al busto y que permite ver más cuerpo en pantalla.

Lo que se ha mantenido han sido los referentes de estilo. La diseñadora de la primera temporada contó en su estreno en 2020 que, después de tomar inspiración en grabados del siglo XIX, optó por inspirarse en las paletas de colores de los años 50 y 60.

Las actrices Grace Kelly y Audrey Hepburn han sido la base sobre la que el equipo ha trabajado para crear la adolescente Francesca Bridgerton, que en estos capítulos entra en el mercado matrimonial. Unos diseños clásicos sencillos que recuerdan a los de su hermana mayor Daphne.

El gran descubrimiento de los últimos episodios es Penelope, cuyo viaje emocional se refleja en el vestuario. El personaje crece de manera exponencial en la serie, no solo en cuanto a protagonismo, sino también en cuanto a madurez. Quiere deshacerse de las cadenas que la atan a su madre y se propone que en esta temporada va a encontrar marido.

El renacer de Penelope

El punto de inflexión de la trama, pero también de su armario, se produce en el baile de las cuatro estaciones. Es allí dónde la joven aparece por primera vez con su nueva imagen para dejar perplejos a los asistentes, sobre todo a Collin, que en ese momento empieza a mirar a su amiga de otra manera.

Nicola Coughlan, que encarna a la pequeña de las Featherington, ha explicado en la nota de prensa que todos los trajes estaban perfectamente pensados y el del baile de las cuatro estaciones fue ideado al milímetro. “Hasta la capa que me hicieron estaba magnetizada, de modo que, cuando la abría, caía de una forma muy concreta", ha detallado sobre esa primera aparición.

Nuevo vestido, nuevo peinado y nuevo maquillaje para bajar la escalinata de Lady Danbury a lo Rachel Leigh Cook en ‘Alguien como tú’ (1999), película en la que se ha inspirado la directora, Jess Brownell. Penelope cambia de imagen, pero en ese baile no causa el efecto que quiere.

“El cambio que ella necesita tiene mucho más que ver con la confianza en sí misma que con su imagen física”, explica Brownell. Sus vestidos intentan reflejar su rebeldía y el hastío ante una familia y una sociedad que no la valora. Ahora toma las riendas de su vida y acepta quién es.

Un crecimiento que no solo es visible en su vestuario, también en pequeños elementos que el equipo va dejando como pistas en distintas partes del set. Por ejemplo, la escalera por la que baja está adornada con flores de cerezo que representan su evolución.

Las mariposas son otra pieza de ese puzle. Emergen como un motivo visual dominante que simboliza la trayectoria y la transformación de Penelope. Este delicado insecto se encuentra presente en su diario, en casa de los Featherington y en gran parte del vestuario y los decorados.

El motivo es que, para Brownell, Penelope es una mariposa que emerge de su crisálida. Una referencia que hace falta observar porque, según adelanta la directora, hay un momento visual crucial que dará sentido a esta metáfora al cierre de la temporada.

Coughlan comparte con la creativa su entusiasmo por la evolución del personaje. "Fue muy emocionante ir a las primeras pruebas de vestuario y ver las telas que habían elegido. Me echaron una encima, que por entonces no era ni un vestido, y se me saltaron las lágrimas porque me sentí conectada al personaje", recuerda la actriz.

Durante la primera temporada, las acotaciones sobre Penelope indicaban que su aspecto era descuidado. "Después de dos temporadas, fue muy agradable empezar a llevar por fin una ropa más favorecedora. Tiene que adquirir confianza en sí misma, y a mí también me ayudó a adquirirla", comenta Coughlan.

El estilo de Penelope se vuelve mucho más refinado y sensual conforme el personaje se va adentrando en los últimos capítulos de la historia. De hecho, se deshace de los colores cítricos y chillones y los estampados florales excesivos marca de las mujeres Featherington.

El elemento principal de los estilismos de la serie es el juego con los colores. Hay que recordar que cada casa tiene su propia paleta y la combinación de ellos en algunos de los personajes dan pistas de hacia dónde se dirige su trama durante los capítulos. Todo está medido hasta el último detalle.

Es el caso de Penelope que, además de dejar sus colores como parte de su actitud rebelde contra su madre, empieza a adoptar los azules y verdes de la familia Bridgerton, incluso antes de saber cuál será su destino amoroso. Un detalle que los fans esperaban con ansias ver en pantalla, ya que, en el libro de Julia Quinn dedicado al personaje, declara que va a empezar a vestirse por sí misma.

Hasta esta temporada, es su madre quien marca la pauta de toda la familia con esos colores exagerados que no son más que un cartel luminoso para que sus hijas no pasen desapercibidas. Pero el equipo creativo quiso llevar su paleta al extremo opuesto de la rueda cromática, de manera que escogieron por casualidad los identificativos de los Bridgerton.

Collin vuelve de su viaje como el 'pirata sexy'

Otro personaje que regresa con un look renovado y más maduro es Collin. Qué casualidad que sean justo los dos protagonistas de esta temporada. El vestuario del hermano Bridgerton se asienta sobre los azules propios de su familia, pero con una intensidad y oscuridad que le alejan de los claros y juveniles que ha llevado hasta su viaje por el mundo.

La transformación de Colin no pasa desapercibida por las señoritas de la alta sociedad, atrae todas las miradas y suspiros, pero tampoco de los fans de la serie. "Internet ha bautizado la nueva imagen de Colin como pirata sexy, lo cual no se aleja mucho de lo que buscábamos", comenta Jess Brownell.

Los trajes más sombríos y estilizados le dan un toque cosmopolita e incluso le han convertido en un chico con más confianza en sí mismo y más desparpajo con las mujeres. Sin embargo, la directora confiesa, para la tranquilidad de muchos, que bajo esa fachada de figurín y ese aire casi de canalla, Colin sigue siendo el mismo chico sensible y atolondrado.

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Su cambio, de igual forma que el de Penelope, es el reflejo de su viaje personal. El joven Bridgerton ha adoptado un estilo más desenfadado, con el pelo peinado hacia atrás, que muestra su actitud despreocupada y lo que ha aprendido en cada ciudad que ha visitado.

Un detalle que tiene embaucado a Luke Newton, el actor que da vida al personaje. Para el intérprete, sus aventuras están impresas en su nueva forma de vestir y tiene ganas de ver la reacción de la alta sociedad y de su familia ante su transformación.

Si hay una prenda que fascinó a Newton, esa está en la primera prueba de vestuario que hizo. "Me dieron una chaqueta larga y marrón. Pensé que iba a ser su prenda estrella en la temporada”, recuerda con emoción.

La nueva vida e imagen de casados de Anthony y Kate

Pero la nueva pareja no eclipsa del todo a los protagonistas de la segunda temporada. Anthony y Kate vuelven de su luna de miel para mostrar en pantalla cómo es su vida de casados y eso provoca cambios en sus atuendos.

Sus nuevos aposentos en la casa de los Bridgerton combinan sus dos paletas. El equipo juntó los clásicos azul cielo, crema y champán de los londinenses con los colores más vivos y cálidos que definen la gama de las Sharma en la segunda temporada. Y eso se traduce también en sus trajes, sobre todo en los de la joven.

El vestuario de Kate recuerda en muchas ocasiones al de su suegra Violet. La intención del equipo de diseño era justo esa para así remarcar cómo la mayor de las Sharma está asumiendo su título como vizcondesa.

Pero el detalle más interesante se encuentra en las joyas que lleva, que son un guiño a su legado indio. Además, las telas utilizadas y la caída de algunos de los vestidos recuerdan a los saris. Lo mismo que ocurre con lady Danbury que portará un adinkra, símbolo de la cultura ghanesa, tal y como ha pedido Adjoa Andoh, la actriz que la interpreta y que ha querido recordar así a su abuela.

En busca del color perfecto

A Violet Bridgerton le espera una trama amorosa que cambia radicalmente su forma de vestir. La matriarca de la familia más pudiente de Londres se deshace de los corsés y las varillas que le apretaban, metafóricamente también, y se lanza a por un look mucho más relajado y juvenil. Lejos del aspecto de viuda, sus atuendos comienzan a llevar brillos e incluso a introducir colores como el violeta, guiño a su nombre.

Otro de los personajes que toma relevancia esta temporada es Cressida, que regresa como villana pese a toda la purpurina que lleva encima. Sus vestidos se caracterizan por tener unas mangas enormes y unas colas muy largas. Un estilo que Jessica Madsen, la actriz que la interpreta, define como “ropa que empodera”. Y es que sus tonos pastel destacan con la oscura y funesta casa de los Cowper para que la joven parezca un pájaro enjaulado.

Will y Alice es un matrimonio que busca su sitio entre la alta sociedad. En esa lucha por hacerse un hueco, la pareja adopta tonos dorados y fruncidos románticos para reflejar su reciente riqueza y su nuevo estatus.

Es probable que el personaje de Will haya sido el que más ha crecido a nivel estilístico. El boxeador ha pasado de utilizar continuamente los pantalones de deporte a no quitarse el traje. Entre medias montó un bar y eso le dio el primer empujón para dejar el chándal de la época y vestirse formal.

“Ahora dispone de más libertad y más tiempo para experimentar y disfrutar de todas esas invitaciones a bailes y de un vestuario en consonancia”, explica Martins Imhangbe, el actor que le da vida. Un cambio de estilo con el que se muestra satisfecho y quien no lo estaría si pudiera ponerse en la piel de un hombre de la aristocracia londinense de principios del siglo XIX.