Un huerto en casa: aprende a cultivar pimientos (y mucho más) en una maceta
¿Sueñas con cultivar tus propias hortalizas? ¿Con presumir de ensaladas eco-trendy-sanas? Planta un tiesto en tu salón y entrégate a la fiebre del huerto en casa.
Admitámoslo. No sabemos plantar una tomatera ni nos ha sobrevivido la hierbabuena más de una semana en el balcón. Pero,con la fiebre de lo sano, eco, mediterráneo y verde a todos se nos ha pasado por la cabeza aprender a cultivar nuestras propias ensaladas. El curioso fenómeno de la 'agriculturización'de los 'millenials' y la generación Z se explica porque precisamente han nacido en una época de 'gadgets' y vida virtual, sin acceso habitual al campo y mucho menos a los productores ecológicos. No es que ignoren de dónde proceden frutas, verduras y hortalizas. Pero no han tenido la suerte de mancharse las manos de tierra al plantar una semilla o aliñar una lechuga recién cortada. Supone todo un reto que una planta tarde casi una semana en germinar, se ponga mustia si no recibe suficiente luz, se ahogue con exceso de agua, directamente muera por una plaga y solo con mucha suerte y todos los astros de su parte consiga florecer. Aún así, los 'macetahuerteros'son la nueva tribu urbana.
Por dónde empezar
Todo depende del espacio vital disponible. Si dispones de una azotea en tu edificio puedes proponer a la comunidad de vecinos la instalación de un minihuerto urbano. Cada vez más las políticas municipales fomentan la creación de espacios verdes y existe infinidad de información 'online' sobre cuántos metros de espacio y tierra se necesita, qué tipo de riego sería el más económico y qué plantas sobrevivirían en cada circunstancia.
Si no tenemos azotea... podemos desterrar los geranios del balcón y reconvertir las macetas. La marca de jardinería Fronda acaba de lanzar el concepto 'metro-huerto'para balcones y ventanas: consiste en un saco fabricado en geotextil de poliéster no tejido, resistente al sol y la lluvia, donde plantar flores comestibles y hierbas aromáticas para coctelería.
En tan solo un metro cuadrado de superficie se puede cultivar perejil, hierbabuena, romero y pensamientos, cuyas flores de sabor suave aderezan pasteles y ensaladas. Para espacios más desahogados, se puede probar con las mesas de cultivo de madera de la firma Urbanic o la 'escalera-huerto' Nikol en distintas alturas, ambas para instalar en terrazas.
"Uno de los mejores consejos que podemos dar a los principiantes es que no abonen ni rieguentodas las plantas por igual. Las lechugas necesitan más agua que las cebollas, por ejemplo, y los tomates más que las lechugas cuando está creciendo la tomatera... Por eso es mejor separar las especies por macetas y observar los cuidados concretos que necesitan",aconseja Ester Casanovas, especialista en huertos urbanos desde hace más de una década y autora del libro'Hortelanos de ciudad', donde explica paso a paso cómo adentrarse en este mundo. En su webPicarona Blogactualiza sus trucos y recomendaciones como horticultora, anuncia sus talleres y resuelve dudas de los novatos."Tampoco deberíamos llenar una jardinera de semillas porque eso hará que ninguna crezca con suficiente fuerza y estarán luchando por el agua y los nutrientes. Cuatro tomateras en una pequeña maceta no van a sobrevivir. Es mejor ir poco a poco, dar espacio, considerar la orientación del sol y marcarse una rutina para cuidar las plantas".
Todas las verduras de hoja, como escarolas, acelgas y espinacas son muy resistentes y agradecidas. Empiece por ahí. Las de raíz como cebollas y ajos sobreviven a las manos más inexpertas. Aunque la utopía del autoabastecimiento es muy tentadora, no podemos perder de vista que serían necesarios mil metros cuadrados para alimentar a una familia. Para una dieta equilibrada, a no ser que viva en una finca, seguirá siendo necesario ir al supermercado. Pero se puede empezar por plantar todas las variedades posibles de lechuga, cortar solo las hojas que vamos a comer, y olvidarnos de incluir esta verdura en la lista de la compra durante el resto del año.
Según los especialistas, la clave de los huertos urbanos no es la alimentación del cuerpo, sino de la mente. "Si se busca alimento corporal es mejor ir al supermercado, por los tiempos de crecimiento y la escasa producción en el espacio disponible, pero para iniciarse en la horticultura es un buen paso. En el caso de los huertos urbanos en familia sirve para inculcar en los niños valores como la responsabilidad y la paciencia. Además de reducir el estrés, el cultivo implica una satisfacción personal cuando se ve el fruto de lo que has plantado, aunque sepas que no vas a poder alimentarte solo de comer tomates", explica Óscar Domínguez, botánico experto en instalación de jardines y huertos urbanos en Vertiarte.
Huertos caseros para 'dummies'
En el caso de no tener azotea, ni terraza ni balcón... se podría cultivar junto a una ventana. La firma de decoración Casa Viva acaba de sacar a la venta kits de SeedBox para probar la agricultura ecológica de interior con especies resistentes a situaciones de poca luz. Pimientos de padrón, hierbas aromáticas y tomatitos 'cherry' pueden crecer en el salón, por ejemplo. El kit de iniciación incluye una mesa de cultivo de prolipropileno con ranuras de drenaje para reutilizar el agua, humus de lombriz, fibra de coco y semillas. Y un manual de instrucciones: esto es clave.
Incluso en el caso extremo de vivir en un zulo sin ventanas -aunque habría que considerar la posibilidad de mudarse- también se podría cultivar. Al menos en teoría. Es lo que propone Ikea con su huerto de interior hidropónico Krydda/Vaxer, que sale a la venta este mes. Su propuesta no requiere sustrato: las semillas germinan en tapones de espuma absorbente instalados en una bandeja que autorregula el agua que necesita y crece bajo una lámpara solar. Sin tierra ni sol despierta el escepticismo de los detractores de los cultivos hidropónicos. Sin embargo, este sistema cuenta con el respaldo de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y cumple su objetivo: ya no puede ser más fácil, solo hay que mantener el nivel del agua y la luz encendida. Punto. Este podría ser el primer paso para que los 'dummies' comprueben que cultivar no es tan difícil.
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Admitámoslo. No sabemos plantar una tomatera ni nos ha sobrevivido la hierbabuena más de una semana en el balcón. Pero,con la fiebre de lo sano, eco, mediterráneo y verde a todos se nos ha pasado por la cabeza aprender a cultivar nuestras propias ensaladas. El curioso fenómeno de la 'agriculturización'de los 'millenials' y la generación Z se explica porque precisamente han nacido en una época de 'gadgets' y vida virtual, sin acceso habitual al campo y mucho menos a los productores ecológicos. No es que ignoren de dónde proceden frutas, verduras y hortalizas. Pero no han tenido la suerte de mancharse las manos de tierra al plantar una semilla o aliñar una lechuga recién cortada. Supone todo un reto que una planta tarde casi una semana en germinar, se ponga mustia si no recibe suficiente luz, se ahogue con exceso de agua, directamente muera por una plaga y solo con mucha suerte y todos los astros de su parte consiga florecer. Aún así, los 'macetahuerteros'son la nueva tribu urbana.