Sorpresa gastronómica: si te gusta la (alta) cocina, tienes que ir a Calpe

Es fácil que al pensar en Calpe se te venga a la cabeza el Peñón de Ifach, ese enorme pedrusco, símbolo de la Costa Blanca, que se alza imponente en el Mediterráneo. También es fácil que pienses en un destino de sol y playa, similar al de tantas otras localidades levantinas. Pero si eres aficionado a la alta cocina, harás bien en comenzar a considerar a Calpe como un destino gastronómico en sí mismo. Porque, más allá de sus locales marineros y de sus chiringuitos, más allá de su propuesta costera y veraniega, hay dos restaurantes que no pueden faltar en tu agenda, dos chefs que tienes que conocer.

(Y además porque es fácil que, paseando entre sus calles o sentado en la mesa de al lado, te encuentres con Joël Robuchon, que, lo que son las cosas, tiene casa aquí).

Robuchon -el chef con más estrellas Michelin, nada menos que 31- ha sido precisamente uno de los maestros de Rafa Soler, cocinero valenciano que, tras un periplo por diferentes locales, tiene ya en Calpe, desde hace tres años, su propio restaurante de autor. Se llama Audrey’s, está situado en el hotel AR Diamante Beach y es un gastronómico en el que Soler ha logrado expresarse como quería. ¿Y qué es lo que quiere? “Sabor y territorio”. Porque, nos dice, "cuando comienzo a pensar en un plato busco primero el sabor; una vez localizado, ya monto todo lo demás”. Y ese todo lo demás pasa por las raíces, por la tierra, por la despensa local.

De esta despensa toma Rafa los mejores productos; algunos tan selectos como la gamba roja o las espardeñas, y otros tan aparentemente humildes como el garrofón o el arroz. Hay tomates -de la huerta de Juan-, atún, chufa, sepia, Peix de Calp, salicornia, hinojo marino… Y, con esa materia prima excelsa, toca elaborar delicias, como un reinventado all i pebre con quisquillas o unas espardeñas con sopa de ajo y salicornia cuya potencia de sabor -y su textura- aún no se me ha borrado de la memoria. Son platos aparentemente fáciles y sencillos; como dice el chef, “escondemos la técnica para que el comensal se quede solo con el sabor”.

En Audrey’s hay tres propuestas de menú degustación (nuestra recomendación en la primera visita para conocer la cocina de Soler; en visitas posteriores ya vendrá la carta). El más extenso -seis snacks, ocho principales y dos postres- tiene un precio imbatible: 69 €, vinos aparte. Los otros dos menús, 56 y 42 €. Es una propuesta equilibrada de la que destacamos que, además de los principales, también todos los snacks tienen entidad propia, todos encierran en sí mismos una historia. Sabrosísima la gamba roja de Denia -en tres servicios: cola, cabeza y esencia, potente el guiso de galete y médula de atún con garrofón, y muy original un falso dashi valenciano presentado en bombón y elaborado con agua de tomate y mojama.

A poco más de un kilómetro encontramos la otra gran sorpresa culinaria de Calpe. Hablamos de Beat, un restaurante situado en el hotel gastro-boutique The Cook Book -una delicia para los sentidos-, a cuyo frente tenemos al chef José Manuel Miguel. También valenciano, José Manuel ha llegado a Calpe desde París, ciudad en la que ha trabajado los últimos siete años y en donde logró atesorar dos estrellas Michelin, una por Il Vino y otra por Goust. No es mala carta de presentación para asentarse nuevamente en la terreta.

José Manuel bebe también de los productos valencianos, pero la influencia francesa sobrevuela cada plato, cada fondo, sin por ello restar frescura a la brisa mediterránea que inspira todo el menú. La atmósfera de Beat tiene un punto solemne y teatral -con ese servicio de sala impecablemente coreografiado-, y las creaciones muestran la ambición de quien dejó atrás una estrella y tiene hambre de más, pero, al mismo tiempo, son platos con alma y sabor.

También tiene tres propuestas de menú degustación, por 85, 59 y 42 € (once, nueve y siete pasos, respectivamente). Entre las creaciones, nos hemos quedado rendidos ante una sopa de galeras con cigalitas, perlas de Japón y salicornias; o con una deslumbrante sopa de melón con salmonete, sésamo y pipas de calabaza, de la que entresacamos su inesperado toque picante (fusión española, mexicana y asiática). Y dos lagrimones se nos cayeron con el arroz bomba con espardeña y guiso de manitas de cerdo. Sí, para llorar.

Algo más: José Manuel es el director gastronómico de Komfort, un bistró que reinvidica la tendencia 'comfort food' y que también se encuentra situado dentro del The Cook Book Hotel. Absolutamente recomendable para una comida o cena más informal, tiene una propuesta gastro fresca, divertida y cuidada (atentos a su horno de leña, a sus cocas y a sus modernas tapas para compartir). The Cook Book Hotel pertenece, al igual que el Diamante Beach, a AR Hoteles&Resort, un grupo que está volcándose en ese proyecto de convertir a Calpe en un destino gastronómico al que viajar para comer mejor que bien. Para rematar la jugada, un local en primera línea de playa, Surf Beach, te hará olvidar la caspa de los chiringuitos de antaño. Si vas, no te pierdas ni su tataki ni su hamburguesa gourmet.

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