Se trata de una de las últimas sorpresas de Toro. Un vino que nos ha llamado la atención nada más catarlo y probarlo, no solo por su aspecto gamberro y desenfadado, que también, no vamos a negarlo, si no porque nos ha sorprendido la intensidad de su sabor, su elegancia y lo bien que refleja la tierra en la que nace. Nombre gamberro y desenfadado, Madremía 2011, nacido en Toro y elaborado con Tinta de Toro -que es como en tierra toresana se llama a la variedad tempranillo-, ha pasado una crianza de nueve meses en barrica de roble francés y americano y se presenta con una relación calidad-precio digna de mención (10,95 euros).
Pertenece a la bodega Divina Proporción, un proyecto joven que viene pidiendo paso. En 2009 colocaron la primera piedra de la bodega, en 2010 se plantó la viña alrededor y en 2011 nació el primer vino. Detrás de Divina Proporción están dos hermanos, Máximo y Juan San José de la Rosa, quienes cultivan la tierra, vigilan las viñas y gestionan cada rincón de la bodega. Un proyecto familiar, defensor de la naturaleza y de la tierra, que comienza humildemente a sacar la cabeza.
La bodega comercializa tres marcas más además de Madremía: Encomienda de la Vega, Abracadabra y 24 Mozas. Imaginación para bautizar vinos no les falta a estos dos jóvenes bodegueros. Y buen hacer para elaborarlos, tampoco. Ojalá todos los días podamos presentar sorpresas tan agradables como ésta. Quédense con el nombre: Madremía.
Notas de Cata según La Guía Todovino
Vista: Picota violáceo
Nariz: Mermelada de fruta negra, juanola, café, torrefactos, balsámicos, finas maderas, punto especiado. Elegante y sugerente
Boca: Equilibrado, sabroso, goloso, textura agradable, seco, buena estructura, maderas de calidad y buena persistencia
Temperatura de servicio: 16° C
Tiempo de conservación: Hasta 2016
Se trata de una de las últimas sorpresas de Toro. Un vino que nos ha llamado la atención nada más catarlo y probarlo, no solo por su aspecto gamberro y desenfadado, que también, no vamos a negarlo, si no porque nos ha sorprendido la intensidad de su sabor, su elegancia y lo bien que refleja la tierra en la que nace. Nombre gamberro y desenfadado, Madremía 2011, nacido en Toro y elaborado con Tinta de Toro -que es como en tierra toresana se llama a la variedad tempranillo-, ha pasado una crianza de nueve meses en barrica de roble francés y americano y se presenta con una relación calidad-precio digna de mención (10,95 euros).
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