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Muere el marido de Deborah Kerr
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Muere el marido de Deborah Kerr

Peter Viertel, el esposo de Deborah Kerr, murió la madrugada del sábado al domingo en su casa de Marbella a los 87 años de edad tras

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Muere el marido de Deborah Kerr

Peter Viertel, el esposo de Deborah Kerr, murió la madrugada del sábado al domingo en su casa de Marbella a los 87 años de edad tras una larga enfermedad. Padecía cáncer de estómago desde hace unos años. El sufrimiento de los últimos días, tras el fallecimiento de su esposa, incrementó el mal estado del escritor que tuvo que ser ingresado en el Hospital Costa de Sol, donde se le practicaron diferentes pruebas. Peter Viertel no pudo soportar el dolor de la muerte de su esposa. El escritor alemán reconocía en la que sería su última entrevista que: “lo que mas me duele de mi enfermedad es no haber podido estar los últimos momentos con Deborah. No pude viajar para estar con ella y darle mi ultimo adiós”.

Magdalena, la señora que le cuidaba y que ha estado al lado del escritor los últimos años, confesó que las últimas palabras de Peter Viertel fueron para su esposa. “Le ha matado la pena de su muerte”, dijo. Su ultimo libro, Una bicicleta en la playa, hablaba de su primer amor y cómo afrontaba su vida el guionista de 86 años “a lomos de una ola perfecta”. Escritor por vocación, cayó en el cine casi de casualidad. El alemán Peter Viertel, uno de los grandes nombres del Hollywood dorado, con trabajos para Alfred Hitchcock (Sabotaje) o John Huston (La reina de África), mantuvo hasta el momento de fallecer totalmente la lucidez. En su última conversación comentaba que “trabajar en el cine es más divertido que escribir novelas, pero escribir es lo que me da la vida”.

Sin perder su sentido del humor, el marido de Deborah Kerr precisaba que “juego al tenis todas las semanas y se que este deporte me está alargando la vida. Carlos, mi profesor, me hace mantenerme activo, aunque a veces el cuerpo no aguante”. Peter Viertel estuvo en todo momento activo en la vida cultural marbellí. Sus últimas apariciones coincidieron con la presentación de su novela Una bicicleta en la playa. “Esta es una novela, novela. El primer amor es un tópico, pero es un tema apasionante. Está ambientada en la mejor época de California, que era como Marbella. Pero los sitios de éxito se vuelven complicados. Conocí a Deborah después de su estancia en Hollywood y volvimos a California juntos a trabajar. Deborah ha sido una persona tan abierta y tan simpática que nunca ha importado donde viviéramos, si en Suiza, en California o en España. Sin duda, para ella España ha sido siempre un paraíso”.

Enamorado de los años dorados de Marbella, Peter Viertel se enfadaba cuando alguien atacaba la ciudad por los últimos acontecimientos de corrupción urbanística. “Mi abogado todavía no está en la cárcel. En todos sitios hay corrupción, pero atacar esta ciudad por norma no está bien. La atacan los que no la conocen”, decía. El escritor, en su primera novela Grand Canyon, hablaba de cómo la especulación inmobiliaria acabó con un lugar que el protagonista cree perfecto. Luego, en los cincuenta, se estableció con Deborah Kerr en Marbella. “Gente que se ha dedicado a ganar mucho dinero estropeando sitios maravillosos como Santa Mónica o Marbella han existido toda la vida. Pero Marbella es y seguirá siendo un paraíso aunque haya más ladrones que en Chicago”, reconoció.

El escritor vivía entre España y Suiza. “También resido en Suiza, y es un país magnífico, pero en invierno, una persona mayor tiene que pasarse todo el tiempo en casa y es muy aburrido. Por eso paso cada vez mas temporadas en Marbella donde puedo jugar al tenis, pasear y vivir”, reconoció.

Rodeado de sus películas y de su máquina de escribir, donde aun narraba sus historias, el corazón del escritor dejó de latir la noche del sábado. Le acompañaban sus películas. Las buenas: esas que el definía como “las que duran toda la vida. Las mediocres pierden enseguida su valor. Los filmes pierden más rápido que las novelas. Son más una cosa de su tiempo”. Descanse en paz.

Peter Viertel, el esposo de Deborah Kerr, murió la madrugada del sábado al domingo en su casa de Marbella a los 87 años de edad tras una larga enfermedad. Padecía cáncer de estómago desde hace unos años. El sufrimiento de los últimos días, tras el fallecimiento de su esposa, incrementó el mal estado del escritor que tuvo que ser ingresado en el Hospital Costa de Sol, donde se le practicaron diferentes pruebas. Peter Viertel no pudo soportar el dolor de la muerte de su esposa. El escritor alemán reconocía en la que sería su última entrevista que: “lo que mas me duele de mi enfermedad es no haber podido estar los últimos momentos con Deborah. No pude viajar para estar con ella y darle mi ultimo adiós”.