El capón de Cortina

Todos los años por estas fechas, y como aperitivo de los encuentros navideños, se celebra una subasta de capones en el Hotel Ritz de Madrid. El fin es recaudar fondos para la asociación de ‘Lucha contra el cáncer’. De ahí que la participación de los convocados fuera amplia y elevada.

En esta ocasión, se trataba de colocar en la almoneda festiva diez hermosos y gordos capones -entre cinco y siete kilos- de la empresa palentina Cascajares con denominación de origen, que alcanzaron en la subasta un precio de 61.0000 euros. El capón es un pollo castrado para su posterior engorde que alcanzó su cota máxima de popularidad al formar parte del menú nupcial de los Príncipes de Asturias

Aunque parezca que lo de menos son las aves, los asistentes pujaron con el mismo frenesí y pasión que Tita Cervera en la subastas de Sotheby´s. Uno de los ‘pujadores’ de lujo fue Alberto Cortina, primogénito de Alicia Koplowitz y del que fuera primo de la gabardina, que no primo de Zumosol. El hijo de la empresaria ha heredado de su madre la vena solidaria y de ahí que pagara una cantidad elevada por el “caponcito” navideño.

Bertín Osborne ejerció de maestro de ceremonia y regaló su vino Conde de Donadio. Alfonso Ussia cedió una corbata y el comentarista Josemi Rodríguez-Sieiro su presencia, ya que le une lazos familiares con el propietario de Cascajares.

Mientras que el presidente Bush indultó dos pavos para acción de gracias, Alberto Cortina Junior prefirió que los pollos castrados se convirtieran en el exquisito manjar del fin de semana.