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El último beso de la mujer de Mario Conde
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El último beso de la mujer de Mario Conde

Dos meses después de la muerte de su mujer, Mario Conde no ha superado la pérdida. Lourdes Arroyo, su fiel compañera durante tantos años, se despidió

Foto: El último beso de la mujer de Mario Conde
El último beso de la mujer de Mario Conde

Dos meses después de la muerte de su mujer, Mario Conde no ha superado la pérdida. Lourdes Arroyo, su fiel compañera durante tantos años, se despidió de algunos amigos con un beso semanas antes de morir, quizás presintiendo su final. Al ex banquero todavía le duele recordar aquello.

Conde piensa constantemente en la mujer de su vida. De hecho, ha roto a llorar varias veces en público al recordar su imagen. Dicen que la pareja estuvo siempre profundamente enamorada, que desprendían una química especial, dando siempre a entender que formaban un tándem perfecto. Lourdes fue su gran apoyo durante los años de prisión de Conde. Era una persona dulce, amable y siempre defendió a capa y espada la inocencia de su marido en el ‘Caso Banesto’. Aunque en agosto tuvo que ser ingresada en Mallorca al acentuarse la enfermedad que se le había detectado hacía un año, nunca pensó que el desenlace iba a ser tan rápido.

En público, Arroyo daba muestras de fuerza y entereza, pero presentía algo en su interior. De hecho, durante una salida pocos días antes de fallecer, se despidió de algunas personas solicitándoles un beso. Una de ellas quedó un poco extrañada. Más tarde, al ver la esquela en los periódicos lo entendió todo, aunque no con lágrimas en los ojos. Esas lágrimas son las que embargan a Mario Conde. En más de una ocasión alguien ha sido testigo de esa situación en plena calle de Madrid. El ex banquero nota muy mucho la ausencia de su compañera durante 34 años, pero tiene el consuelo de sus dos hijos y su nieto de pocos meses.

Dos meses después de la muerte de su mujer, Mario Conde no ha superado la pérdida. Lourdes Arroyo, su fiel compañera durante tantos años, se despidió de algunos amigos con un beso semanas antes de morir, quizás presintiendo su final. Al ex banquero todavía le duele recordar aquello.